miércoles, 25 de noviembre de 2020

 


Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

La persecución venidera
25 de noviembre de 2020
Miércoles de la trigésima cuarta semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy

Santa Catalina de Alejandría, Virgen y Mártir: Memorial opcional

Jesús dijo a la multitud: “Los apresarán y perseguirán, los entregarán a las sinagogas ya las cárceles, y los llevarán ante reyes y gobernadores por mi nombre. Te llevará a dar testimonio ". Lucas 21: 12-13

Este es un pensamiento aleccionador. Y a medida que este pasaje continúa, se vuelve aún más desafiante. Continúa diciendo: “Incluso los padres, hermanos, parientes y amigos los entregarán y matarán a algunos de ustedes. Todos te odiarán por mi nombre, pero ni un cabello de tu cabeza será destruido. Con su perseverancia asegurarán sus vidas ".

Hay dos puntos clave que debemos tomar de este pasaje. Primero, como el Evangelio de ayer, Jesús nos ofrece una profecía que nos prepara para la persecución que vendrá. Al decirnos lo que está por venir, estaremos mejor preparados cuando llegue. Sí, ser tratado con dureza y crueldad, especialmente por parte de la familia y las personas cercanas a nosotros, es una cruz pesada. Puede sacudirnos hasta el punto del desánimo, la ira y la desesperación. ¡Pero no te rindas! El Señor previó esto y nos está preparando para ello.

En segundo lugar, Jesús nos da la respuesta a cómo lidiamos con ser tratados con dureza y malicia. Él dice: "Con su perseverancia, asegurarán sus vidas". Al permanecer fuertes a través de las pruebas de la vida y al retener la esperanza, la misericordia y la confianza en Dios, seremos victoriosos. Este es un mensaje tan importante. Y es un mensaje que ciertamente es más fácil decirlo que hacerlo.

Reflexione hoy sobre la invitación que Jesús nos hace a vivir con perseverancia. Muchas veces, cuando más se necesita la perseverancia, no tenemos ganas de perseverar. En cambio, es posible que tengamos ganas de arremeter, contraatacar y enojarnos. Pero cuando se nos presentan oportunidades difíciles, podemos vivir este Evangelio de una manera que nunca podríamos haberlo vivido si todas las cosas en nuestra vida fueran fáciles y cómodas. A veces, el mayor regalo que se nos puede dar es el más difícil, porque fomenta esta virtud de la perseverancia. Si hoy se encuentra en una situación así, vuelva sus ojos a la esperanza y vea cualquier persecución como un llamado a una mayor virtud.

Señor, te ofrezco mis cruces, heridas y persecuciones. Te ofrezco todas las formas en que me han maltratado. Por esas pequeñas injusticias, pido piedad. Y cuando el odio de los demás me causa mucha angustia, oro para poder perseverar en Tu gracia. Jesús, en Ti confío.



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