sábado, 3 de octubre de 2020

Santidad de vida 3 de octubre de 2020 Sábado de la Vigésima Sexta Semana del Tiempo Ordinario

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Santidad de vida
3 de octubre de 2020
Sábado de la Vigésima Sexta Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas de Hoy

Los setenta y dos discípulos regresaron regocijados y le dijeron a Jesús: "Señor, hasta los demonios se nos sujetan a causa de tu nombre". Jesús dijo: “He observado a Satanás caer como un rayo del cielo. He aquí, te he dado el poder de 'hollar serpientes' y escorpiones y sobre toda la fuerza del enemigo y nada te hará daño. Sin embargo, no se regocijen porque los espíritus están sujetos a ustedes, sino regocíjense porque sus nombres están escritos en el cielo ”. Lucas 10: 17-20

Vaya, eso hubiera sido impresionante. Los setenta y dos tenían poder sobre los demonios cuando invocaban el nombre del Señor Jesús. Este era un poder que tenían que los asombraba más que nada.

Lo más probable es que si viéramos a alguien realmente poseído por un demonio y fuéramos y exigiéramos que el demonio se fuera en el nombre de Jesús, y el demonio se fue, también estaríamos impresionados. Aunque esta es una experiencia poco común en el sentido más estricto. Hay algunas cosas que decir al respecto.

Primero, sí, es impresionante y, sí, Jesús tiene plena autoridad sobre el maligno. Por lo tanto, los setenta y dos deberían haberse regocijado al ver Su poder obrar a través de ellos.

En segundo lugar, debemos ser conscientes del hecho de que, aunque no encontremos personas que estén completamente poseídas, sí nos encontramos con las obras del maligno a diario. Entonces, una cosa que esta Escritura debería decirnos es que debemos confiar en el poder de Jesús para actuar a través de nosotros mientras se combate el mal. Debemos orar con confianza para que nuestro mundo sea liberado del maligno y debemos tener plena fe en que el poder de Cristo obrará a través de nuestra oración.

En tercer lugar, aunque combatir el mal directamente es esencial, Jesús aprovecha esta ocasión para señalar que hay algo mucho más importante. Él dice que debemos regocijarnos principalmente porque nuestros "nombres están escritos en el cielo". En otras palabras, el poder sobre el maligno no es el objetivo final. El cielo es. El crecimiento en santidad y virtud son las metas principales que debemos tener en la vida.

Reflexione hoy sobre su deber de reprender al maligno y sus obras en el nombre de Jesús. Pero reflexione aún más sobre su llamado a la santidad de vida y al crecimiento en la virtud. ¡Estos, más que cualquier otra cosa, son el camino al cielo!

Señor, ayúdame a tener confianza en tu poder para vencer al maligno y sus obras. Pero lo más importante es que ayúdame a volver continuamente mis ojos hacia ti y el cielo, haciendo de la santidad de la vida mi objetivo principal. Jesús, en Ti confío.



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