lunes, 26 de octubre de 2020

¿A qué se parece el Reino de Dios?

 

 ¿A qué se parece el Reino de Dios?

Martes 27 de octubre

¡Paz y Bien!

Evangelio

Lucas 13, 18-21

En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas".

Y dijo de nuevo: "¿Con qué podré comparar al Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa".

Palabra del Señor

Reflexión

Este pasaje nos llena de esperanza, pues nos instruye sobre una realidad muy importante del Reino, y es el hecho de que éste se realiza de manera oculta, pero con el tiempo llega a ser como un gran árbol. A veces nos podría dar la impresión de que nada ha cambiado en nuestra vida o en nuestros ambientes; que todo nuestro trabajo apostólico y nuestro esfuerzo por anunciar el Reino de Dios ha sido en vano. Tantos años de evangelización y el pecado todavía reina en tantos lugares, esto sería como para desanimar a cualquiera. Sin embargo, si miramos atentamente, nos daremos cuenta que la levadura está haciendo su efecto y que la masa, aunque lentamente, va fermentando.

Lo importante para que se fermente la masa es que tenga levadura; si la levadura está presente, tarde o temprano toda la masa terminará por fermentar. De manera que no nos desanimemos; Dios nos pide ser levadura, llevar a todos nuestros ambientes el buen aroma de Cristo; del resto, él mismo se encargará a su debido tiempo. Si tu vida y tu testimonio son acordes con el Evangelio, tarde o temprano los valores del Reino serán una realidad visible, como lo puede ser un arbusto de mostaza o una masa fermentada.

¡Feliz Martes!

1 comentario :

  1. Las Parábolas del grano de mostaza y de la levadura forman una pareja. Ambas hablan del desarrollo del mal del reino visible. La Parábola de la semilla de mostaza ilustra el pequeño inicio del reino y su desarrollo a través de los siglos. Comenzó sólo con Jesús y un grupo de discípulos consagrados. Sin embrago, el reino manifestado en forma visible se desarrolla hasta llegar a ser grande, organizado y poderoso. Entonces aceptara en sus "ramas" (comunión) "las aves del cielo", es decir, los malvados impostores que quitan la semilla de la verdad. Nótese que en mt.13:4,19, las aves son agentes del mal en la parábola de Cristo, y en Ap. 18;2, la gran Babilonia (replantando la iglesia apóstata) se convierte en "habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible" (véanse Ap 2 y 3 para la descripción de Cristo de como el deterioro espiritual había impregnado a la mayoría de las siete iglesias; Y Ap 18;4 "4 Entonces oí otra voz del cielo, que decía: «Ustedes son mi pueblo.
    Salgan de Babilonia, y no pequen como ella, para que no caigan sobre ustedes las terribles plagas que le vendrán."
    Este el llamado profético de Dios a la última generación de creyentes a que salgan de la gran Babilonia porque aquellos del pueblo de Dios que permanezcan en el sistema impío inevitablemente son "participes de sus pecados" y por eso los alcanzarán "sus plaga". El llamado a separarse del mundo y de las falsas instituciones religiosas ha sido aspecto esencial de salvación a lo largo de la historia de la redención.

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