domingo, 4 de octubre de 2020

La realidad de la mala intención 4 de octubre de 2020 Vigésimo séptimo domingo del tiempo ordinario, año A.

 



Reflexiones diarias católicas
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La realidad de la mala intención
4 de octubre de 2020
Vigésimo séptimo domingo del tiempo ordinario, año A
Lecturas de hoy

“Finalmente, les envió a su hijo, pensando: 'Respetarán a mi hijo'. Pero cuando los labradores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: 'Este es el heredero. Venid, matémosle y adquiriremos su herencia. Lo apresaron, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron ”. Mateo 21: 37-39

Este pasaje de la parábola de los inquilinos es impactante. Si hubiera sucedido en la vida real, el padre que envió a su hijo al viñedo a recoger el producto se habría sorprendido más allá de lo creíble por el hecho de que los malvados inquilinos mataron incluso a su hijo. Por supuesto, si hubiera sabido que esto habría sucedido, nunca habría enviado a su hijo a esta mala situación.

Este pasaje, en parte, revela la diferencia entre el pensamiento racional y el pensamiento irracional. El padre envió a su hijo porque supuso que los inquilinos serían racionales. Supuso que se le ofrecería un respeto básico, pero en cambio se encontró cara a cara con el mal.

Enfrentarse a una irracionalidad extrema, que se basa en el mal, puede ser espantoso, desesperante, aterrador y confuso. Pero es importante que no caigamos en ninguno de estos. En cambio, debemos esforzarnos por ser lo suficientemente prudentes para discernir el mal cuando lo encontramos. Si el padre de esta historia hubiera sido más discernidor del mal con el que estaba lidiando, no habría enviado a su hijo.

Así es con nosotros. A veces, debemos estar dispuestos a nombrar el mal por lo que es en lugar de intentar confrontarlo con la racionalidad. El mal no es racional. No se puede razonar ni negociar con él. Simplemente hay que oponerse y oponerse con mucha fuerza. Por eso Jesús concluye esta parábola diciendo: "¿Qué hará el dueño de la viña con esos labradores cuando venga?" Ellos le respondieron: “A esos miserables les dará una muerte miserable” (Mateo 21: 40-41).

Reflexiona hoy sobre cualquier situación en la que te encuentres cara a cara con el mal. Aprenda de esta parábola que hay muchas ocasiones en la vida en las que la racionalidad gana. Pero hay ocasiones en las que la poderosa ira de Dios es la única respuesta. Cuando el mal es "puro", debe ser confrontado de manera directa con la fuerza y ​​la sabiduría del Espíritu Santo. Busque discernir entre los dos y no tenga miedo de nombrar el mal por lo que es cuando está presente.

Señor, dame sabiduría y discernimiento. Ayúdame a buscar resoluciones racionales con aquellos que están abiertos. Dame también el valor que necesito para ser fuerte y contundente con Tu gracia cuando sea Tu voluntad. Te entrego mi vida, querido Señor, úsame como quieras. Jesús, en Ti confío.

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