viernes, 18 de septiembre de 2020

Siguiendo a Jesúsm- 18 de septiembre de 2020 Viernes de la vigésimo cuarta semana del tiempo ordinario.

 



Jesús viajó de un pueblo y pueblo a otro, predicando y proclamando las buenas nuevas del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades ... Lucas 8: 1-2

Jesús estaba en una misión. Su misión era predicar incansablemente a un pueblo tras otro. Pero no hizo esto solo. Este pasaje señala que estuvo acompañado por los Apóstoles y varias mujeres que habían sido sanadas y perdonadas por Él.

Hay mucho que nos dice este pasaje. Una cosa que nos dice es que cuando permitimos que Jesús toque nuestras vidas, nos sane, nos perdone y nos transforme, queremos seguirlo dondequiera que vaya.

El deseo de seguir a Jesús no era solo emocional. Ciertamente hubo emociones involucradas. Hubo una gratitud increíble y, como resultado, un vínculo emocional profundo. Pero el vínculo fue mucho más profundo. Fue un vínculo creado por el don de la gracia y la salvación. Estos seguidores de Jesús experimentaron un mayor nivel de libertad del pecado que nunca antes. La gracia cambió sus vidas y, como resultado, estaban listos y dispuestos a hacer de Jesús el centro de sus vidas siguiéndolo a dondequiera que fuera.

Reflexione hoy sobre dos cosas. Primero, ¿has permitido que Jesús derrame una abundancia de gracia en tu vida? ¿Le has permitido que te toque, te cambie, te perdone y te sane? Si es así, ¿ha pagado esta gracia tomando la decisión absoluta de seguirlo? Seguir a Jesús, dondequiera que vaya, no es solo algo que estos apóstoles y santas mujeres hicieron hace mucho tiempo. Es algo que todos estamos llamados a hacer a diario. Reflexione sobre estas dos preguntas y vuelva a comprometerse cuando vea una deficiencia.

Señor, por favor ven y perdóname, cúrame y transfórmame. Ayúdame a conocer Tu poder salvador en mi vida. Cuando reciba esta gracia, ayúdame a devolverte en agradecimiento todo lo que soy y a seguirte dondequiera que me lleves. Jesús, en Ti confío.



No hay comentarios. :

Publicar un comentario