miércoles, 30 de septiembre de 2020

Reflexión 274: Renovar sus votos

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 274: Renovar sus votos

Es una práctica común para los casados ​​renovar sus votos de vez en cuando, especialmente en aniversarios importantes. La renovación de votos y promesas también se lleva a cabo por sacerdotes y religiosos. Esta práctica es buena y santa porque debemos renovar constantemente nuestra total dedicación a Dios en nuestra vocación. Pero la renovación de votos y promesas a Dios debe ir más allá de nuestras vocaciones particulares y entrar en toda vocación universal a la santidad. A través del Bautismo, la Confirmación y la Sagrada Comunión, has sido entregado a Dios para Su servicio. Ustedes son Suyos y Él es suyo y este intercambio mutuo de sus corazones debe renovarse diariamente. De hecho, la recepción de la Sagrada Comunión tiene esta renovación como uno de sus objetivos. No solo recibes a nuestro Señor en tu alma en este precioso regalo, también renuevas tu entrega total a Dios a través de su recepción. Al renovar diariamente su compromiso total con nuestro Señor, permítale consumir cada parte de su vida como si un fuego ardiente estuviera consumiendo un tronco. Deja que tu renovación consuma tu pecado, debilidad, sufrimientos e incluso alegrías. Deje que todo en su vida sea para la gloria de Dios y la manifestación de Su Divina Misericordia (VerDiario # 1369).

Reflexiona hoy con qué frecuencia renuevas tu total compromiso con nuestro Señor y Su santa Voluntad. Reflexione sobre la imagen de un fuego ardiente consumiendo un tronco. Vea esto como una imagen de lo que sucede cuando renueva su amor por Dios y su compromiso con Él a través de su vocación a la santidad. No retengas nada, rindiéndote todo todos los días. Deja que Dios te consuma por completo, transformándote en Su Misericordia.

Señor, renuevo hoy los votos de mi Bautismo, Confirmación y Sagrada Eucaristía. Renuevo la dedicación total de mi vida a Ti y lo entrego todo para Tu servicio. Recíbeme, Señor, y haz de mí lo que quieras. Soy Tuyo, Señor, entregado sin reservas. Jesús, en Ti confío

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