martes, 15 de septiembre de 2020

El Doloroso Corazón de Nuestra Santísima Madre


Reflexiones diarias católicas


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El Doloroso Corazón de Nuestra Santísima Madre
Martes, 15 de septiembre de 2020

Memorial de Nuestra Señora de los Dolores

Lecturas para hoy



"He aquí, este niño está destinado a la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a ser una señal que será contradecida y a ti mismo te traspasará una espada para que se revelen los pensamientos de muchos corazones". Lucas 2: 34-35

Qué fiesta más profunda, significativa y muy real celebramos hoy. Hoy tratamos de adentrarnos en el profundo dolor del corazón de nuestra Santísima Madre al soportar los sufrimientos de su Hijo.

La Madre María amaba a su Hijo Jesús con el perfecto amor de una madre. Curiosamente, fue ese amor perfecto que tenía en su corazón por Jesús lo que fue la fuente de su profundo sufrimiento espiritual. Su amor la llevó a estar presente ante Jesús en su propia Cruz y sufrimientos. Y por eso, como sufrió Jesús, también sufrió su madre.

Pero su sufrimiento no fue de desesperación, fue un sufrimiento de amor. Por tanto, su dolor no fue tristeza; más bien, fue un profundo compartir en todo lo que Jesús soportó. Su corazón estaba perfectamente unido al de su Hijo y, por tanto, soportó todo lo que Él soportó. Este es el amor verdadero en el nivel más profundo y hermoso.

Hoy, en este memorial de su Corazón Doloroso, estamos llamados a vivir en unión con el dolor de la Mater. Cuando la amamos, nos encontramos sintiendo el mismo dolor y sufrimiento que su corazón todavía experimenta como resultado de los pecados del mundo. Esos pecados, incluidos los nuestros, son los que clavaron a su Hijo en la Cruz.  

Cuando amamos a nuestra Santísima Madre ya su Hijo Jesús, también nos lamentaremos por el pecado; primero los nuestros y luego los pecados de los demás. Pero es importante saber que el dolor que experimentamos por el pecado también es un dolor de amor. Es un dolor santo que finalmente nos motiva a una compasión más profunda y una unidad más profunda con quienes nos rodean, especialmente con aquellos que están heridos y aquellos atrapados en el pecado. También nos motiva a apartarnos del pecado en nuestras propias vidas.

Reflexiona hoy sobre el perfecto amor del corazón de nuestra Santísima Madre. Ese amor es capaz de elevarse por encima de todo sufrimiento y dolor y es el mismo amor que Dios quiere poner en tu corazón.

Señor, ayúdame a amar con el amor de Tu querida Madre. Ayúdame a sentir el mismo dolor santo que ella sintió y a permitir que ese dolor santo profundice mi preocupación y compasión por todos los que sufren. Jesús, en Ti confío. Madre María, ruega por nosotros.

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