martes, 18 de julio de 2017

“¿PASADOS DE MODA?”

Posted: 17 Jul 2017 03:00 PM PDT
Ser cristiano no es una moda, como no serlo tampoco lo es

Me miran “raro”. Me toman por un integrista o un radical cuando digo que sólo se debe comulgar estando en gracia de Dios. ¿Qué tiene de raro? Aunque a alguien le suene a cosa rancia y extraña: ¡Quiero ser santo! ¡Quiero ir al cielo! Y sé que es lo más importante de mi vida. Confío en la misericordia de Dios.

Hace unas semanas, en Sao Paulo ―Brasil―, con ocasión del funeral que se estaba celebrando durante una misa de diario, el sacerdote que presidía, después de dar las gracias a las personas que habían acudido a rezar por el difunto, recordó a los asistentes que nosotros los católicos creemos en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Y encareció a todos, especialmente a quienes no profesaran el catolicismo ―no pocos en Sao Paulo―, así como a quienes, aun siendo católicos, alejados de la práctica habitual, hiciese mucho tiempo que no recibían el sacramento de la confesión, que no se acercasen a comulgar, pues sería una ofensa al Padre. Se produjo un murmullo. No pasó nada.

¿Cómo vas a decir eso en una homilía? Lo dije en mi parroquia, en Madrid. Varias personas me enviaron un “anónimo” afeándomelo. Habría agradecido que se hubiesen acercado a la sacristía para hablar del asunto.

Los carmelitas de la parroquia de Sta. Teresa de Ávila en Sao Paulo acogen a todo el que se acerca. Una señora dirigía los cantos y nos saludaba al comienzo de la misa de siete y media de la tarde ―que, por cierto, incluía el rezo de Vísperas―, recordando, bien clarito y en voz alta, que debíamos apagar los móviles y participar en la celebración. Como defiendo desde hace muchos años, una cosa es acoger y otra dar la razón.

Hay quien me pregunta cuándo vamos a tocar fondo. Esa no es la cuestión. Ya hemos tocado fondo. La cuestión es cuánto tiempo vamos a tener que caminar por el fondo. Es que lo que dices, Jaime, está pasado de moda. Entonces… “¿vivamos pasados de moda?” Que se nos note en la vida cotidiana, en el lugar de trabajo, al conversar en familia, al salir de paseo, etc., que somos hijos de Dios y queremos comportarnos como Él espera de nosotros. Porque ser cristiano no es una moda, como no serlo tampoco lo es.

Jaime Noguera

Diácono permanente


Fuente: Alfa y Omega

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