jueves, 8 de julio de 2021

Reflexión 189: Superar el miedo

  




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 189: Superar el miedo

El miedo es el resultado de varias causas. La percepción de alguna amenaza inmediata provoca un miedo repentino como una especie de mecanismo de defensa. De hecho, esto podría salvarle la vida si, por ejemplo, la amenaza inmediata es un automóvil que se desvía hacia su carril. El miedo repentino te obliga a actuar y evitar una colisión. Sin embargo, el miedo también puede resultar de otros factores más remotos que experimentamos como amenazas a nuestro bienestar. Por ejemplo, uno puede luchar contra el miedo por una recesión económica o la pérdida de ganancias en una empresa. El miedo puede ser: "¿Cómo voy a mantener a mi familia?" O uno puede tener problemas de salud y esto causa un miedo creciente sobre el futuro. Y la lista podría seguir. Aunque algunas formas de miedo son saludables (desviarse para evitar un accidente automovilístico), la mayoría de las otras no lo son. Específicamente, cuando el miedo causa ansiedad y preocupación, llevar a uno a perder la confianza en Dios y su providencia, esto es un problema. Pero si Dios está vivo en su corazón, viviendo y reinando allí, Su presencia produce una confianza sobrenatural y una confianza en medio de todas y cada una de las luchas que enfrentamos (VerDiario # 1001).

Reflexione sobre el miedo específico con el que lucha en este momento. ¿Qué es lo que causa preocupación y ansiedad excesivas? Sea lo que sea, el Señor quiere que confíes en Él. Sí, un cierto temor “santo” puede ayudarnos a evaluar todas las situaciones correctamente y actuar con diligencia y responsabilidad, pero con demasiada frecuencia lo que realmente luchamos es la falta de confianza en Dios. Reflexione sobre su miedo y su confianza e invite a Cristo más profundamente a su corazón para que Su presencia arroje todo temor inútil, permitiéndole confiar plenamente en Su cuidado, providencia y Misericordia.

Señor, en Ti confío. Ayúdame a confiar aún más en Ti. Te entrego todo lo que me tienta a temer. Confío en Tu perfecto amor y deseo confiar completamente en Tu misericordia en mi vida. Mi vida es tuya, querido Señor, haz conmigo lo que quieras y guíame siempre. Jesús, en Ti confío.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario