domingo, 20 de septiembre de 2020

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN - lunes,21 de septiembre de 2020




PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN.
lunes,21 de septiembre de 2020

Pensamiento bíblico:

Cuando Jesús se hospedó en casa de Zaqueo, jefe de publicanos y rico, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido» (Lc 19,6-10).

Pensamiento franciscano:

Dice san Francisco en su Carta a toda la Orden: «Considerad vuestra dignidad, hermanos sacerdotes, y sed santos, porque Él es santo. Y así como el Señor Dios os ha honrado a vosotros sobre todos por causa de este ministerio, así también vosotros, sobre todos, amadlo, reverenciadlo y honradlo. Gran miseria y miserable debilidad, que cuando lo tenéis tan presente a Él en persona, os preocupéis de cualquier otra cosa del mundo». (CtaO 23-25).

Orar con la Iglesia:

Oremos a Dios nuestro Padre, que espera y acoge a los hijos que, después de haberse extraviado, vuelven al hogar.

-Por la Iglesia, que ha recibido de Cristo la misión de reconciliar: para que, aun en situaciones de odio o desamor, sea fermento de unidad y de paz.

-Por nuestro mundo, dividido en ricos y pobres, dominadores y dominados, vencedores y vencidos...: para que sea posible la paz, fruto de la justicia y del amor.

-Por los que se indignan contra los que perdonan y los que son perdonados: para que depongan su actitud intransigente y aprendan la misericordia de Dios Padre.

-Por todos los que confiamos en la misericordia y el perdón de Dios: para que apreciemos el sacramento de la penitencia y la reconciliación eclesial con Cristo.

Oración: Dios Padre nuestro, que hiciste expiar nuestros pecados a tu Hijo Jesús, escucha nuestras súplicas y alégranos con el gozo de su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




 

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