domingo, 2 de agosto de 2020

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Transformación
2 de agosto de 2020
Decimoctavo domingo del tiempo ordinario,
lecturas del año A para hoy


Tomando los cinco panes y los dos peces, y mirando al cielo, dijo la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes a su vez se los dieron a las multitudes. Todos comieron y quedaron satisfechos, y recogieron los fragmentos sobrantes: doce cestas de mimbre llenas. Mateo 14: 19b-20

¿Alguna vez sientes que tienes poco que ofrecer? ¿O que no puedes tener un impacto en este mundo? A veces, todos podemos soñar con ser alguien "importante" con gran influencia para hacer "grandes cosas". Pero el hecho es que puedes hacer grandes cosas con el "poco" que tienes para ofrecer.

El pasaje del Evangelio de hoy revela que Dios pudo tomar algo muy pequeño, cinco hogazas de pan y dos peces, y transformarlos en suficiente comida para alimentar a decenas de miles de personas ("Cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños". Mateo 14 : 21)

Esta historia no es solo un milagro con el propósito de proporcionar la comida necesaria para la multitud que vino a escuchar a Jesús en un lugar desierto, también es una señal para nosotros del poder de Dios para transformar nuestras ofrendas diarias en bendiciones exponenciales para mundo.

Nuestro objetivo no debe ser determinar qué queremos que Dios haga con nuestra ofrenda; más bien, nuestro objetivo debe ser hacer la ofrenda de todo lo que somos y todo lo que tenemos y dejar la transformación a Dios. A veces nuestra oferta puede parecer pequeña. Puede parecer que lo que ofrecemos no tendrá ningún beneficio. Por ejemplo, hacer una ofrenda a Dios de nuestras tareas cotidianas mundanas o cosas similares puede parecer infructuoso. ¿Qué puede hacer Dios con esto? La misma pregunta podría haber sido hecha por aquellos con los panes y los peces. ¡Pero mira lo que Jesús hizo con ellos!

Debemos confiar diariamente en que todo lo que ofrecemos a Dios, ya sea grande o pequeño, será utilizado por Dios de manera exponencial. Aunque es posible que no veamos los buenos frutos como los de esta historia, podemos estar seguros de que los buenos frutos serán abundantes.

Reflexione hoy sobre cada pequeña oferta que puede hacer. Pequeños sacrificios, pequeños actos de amor, actos de perdón, pequeños actos de servicio, etc., tienen un valor inconmensurable. Haga la ofrenda hoy y deje el resto a Dios.

Señor, te doy mi día y cada pequeña acción de este día. Te doy mi amor, mi servicio, mi trabajo, mis pensamientos, mis frustraciones y todo lo demás que encuentro. Por favor toma estas pequeñas ofrendas y transfórmalas en gracia para Tu gloria. Jesús, confío en ti.


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