sábado, 1 de agosto de 2020

El triste fruto del odio


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El triste fruto del odio
1 de agosto de 2020
Sábado de la decimoséptima semana en
lecturas del tiempo ordinario para hoy

 San Alfonso María de Liguori, Obispo y Doctor de la Iglesia — Memorial



"Dame aquí en bandeja la cabeza de Juan el Bautista". Mateo 14: 8

Ugh, qué mal día para decir lo menos. San Juan Bautista fue decapitado a petición de Salomé, la hija de Herodías. John estaba en prisión por decirle la verdad a Herodes sobre su matrimonio, y Herodias estaba lleno de odio hacia John. Entonces Herodías hizo que su hija bailara en presencia de Herodes y sus invitados. Herodes estaba tan impresionado que le prometió a Salomé hasta la mitad de su reino. En cambio, su pedido fue para la cabeza de Juan el Bautista.

Incluso en la superficie, esta es una solicitud extraña. Se le promete a Salomé hasta la mitad del reino y, en cambio, ella pide la muerte de un hombre bueno y santo. De hecho, Jesús dijo de Juan que nadie nacido de mujer era más grande que él. Entonces, ¿por qué todo el odio de Herodías y su hija?

Este triste incidente ilustra el poder de la ira en su forma más extrema. Cuando la ira crece y crece, causa una profunda pasión, tanto que nubla el pensamiento y la razón de una persona. El odio y la venganza pueden consumir a una persona y conducir a una completa tontería. 

Herodes también es testigo de extrema irracionalidad aquí. Está presionado para hacer lo que no quiere hacer porque tiene miedo de hacer lo correcto. Está abrumado por el odio en el corazón de Herodías y, como resultado, cede ante la ejecución de John, a quien en realidad parecía gustarle y disfrutaba escucharlo.

Normalmente buscamos inspirarnos en el buen ejemplo de los demás. Pero, en este caso, descubrimos que podemos "inspirarnos" de una manera diferente. Deberíamos usar el testimonio de la ejecución de John como una oportunidad para mirar cualquier lucha que tengamos con ira, resentimiento y especialmente odio. El odio es una pasión fea que puede colarse y causar mucha destrucción en nuestras vidas y en las vidas de los demás. Incluso los comienzos de esta pasión desordenada deben ser confesados ​​y superados.

Reflexione hoy sobre si ve algún odio en su corazón. ¿Has guardado algún rencor o amargura que no va a desaparecer? ¿Está creciendo esa pasión y causando daño a tu vida y la vida de los demás? Si es así, resuelve soltarlo y perdonar. Es la cosa justa que hacer.

Señor, dame la gracia que necesito para mirar dentro de mi corazón y ver cualquier tendencia de ira, resentimiento y odio. Purifícame de estos y libérame. Jesús, confío en ti.


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