jueves, 31 de diciembre de 2020

La luz disipa la oscuridad Jueves 31 de diciembre de 2020 Séptimo día de la octava de lecturas navideñas de hoy San Silvestre I, Papa - Memorial opcional

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

La luz disipa la oscuridad
Jueves 31 de diciembre de 2020
Séptimo día de la octava de
lecturas navideñas de hoy

San Silvestre I, Papa - Memorial opcional

Lo que vino a ser a través de él fue la vida, y esta vida fue la luz de la raza humana; la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Juan 1: 3-5

Qué gran imagen para la meditación: "... la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la han vencido". Esta línea completa el enfoque único adoptado por el Evangelio de Juan para presentar a Jesús, el "Verbo" Eterno que existió desde el principio y por quien todas las cosas llegaron a ser.

Aunque hay mucho sobre lo que meditar en las primeras cinco líneas del Evangelio de Juan, consideremos la línea final sobre la luz y las tinieblas. Dentro del mundo material, hay mucho que podemos aprender sobre nuestro Divino Señor a partir del fenómeno físico de la luz y la oscuridad. Si consideramos brevemente la luz y la oscuridad desde la perspectiva de la física, sabemos que las dos no son dos fuerzas opuestas que luchan entre sí. Más bien, la oscuridad es simplemente la ausencia de luz. Donde no hay luz, hay oscuridad. Del mismo modo, el calor y el frío son iguales. El frío no es más que la ausencia de calor. Introduce calor y el frío desaparece.

Estas leyes básicas del mundo físico también nos enseñan sobre el mundo espiritual. La oscuridad, o el mal, no es una fuerza poderosa que lucha contra Dios; más bien, es la ausencia de Dios. Satanás y sus demonios no intentan imponernos un poder oscuro del mal; más bien, buscan extinguir la presencia de Dios en nuestras vidas haciendo que rechacemos a Dios a través de nuestras elecciones, dejándonos así en la oscuridad espiritual.

Esta es una verdad espiritual muy significativa de entender, porque donde hay Luz espiritual, la Luz de la gracia de Dios, la oscuridad del mal se disipa. Esto se ve claramente en la línea "y la oscuridad no lo ha vencido". Vencer al maligno es tan fácil como invitar a la Luz de Cristo a nuestras vidas y no permitir que el miedo o el pecado nos alejen de la Luz.

Reflexione hoy sobre la batalla espiritual muy real que tiene lugar cada día dentro de su alma. Pero reflexione sobre ello en la verdad de este pasaje del Evangelio. La batalla se gana fácilmente. Invite a Cristo la Luz, y Su Divina Presencia reemplazará rápida y fácilmente cualquier oscuridad interior.

Señor, Jesús, Tú eres la Luz que disipa toda oscuridad. Tú eres el Verbo Eterno que responde a todas las preguntas de la vida. Te invito a mi vida este día para que Tu Divina Presencia me llene, me consuma y me conduzca por el camino hacia las alegrías eternas. Jesús, en Ti confío.




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