sábado, 6 de mayo de 2017

Salir de mi mismo para proyectar a Dios


ORAR CON EL CORAZÓN ABIERTO
Meditaciones diarias para un sincero diálogo con Dios

Cuando discuto con mi mujer, cuando riño a uno de mis hijos, cuando me enfado porque las cosas no me salen como las había previsto, cuando mi corazón siente rencor, cuando juzgo, cuando soy poco generoso, cuando soy insensible al sufrimiento de un amigo, cuando pongo por delante lo mío o mis intereses… Si quiero ahondar en la profundidad de cómo es mi mansedumbre, no me queda más que examinar si todo lo que hago en servicio del prójimo lo hago movido por el amor a Dios, para agradarle y porque es mandato suyo, o por quedar bien delante de los demás y darme una satisfacción.
Entonces soy consciente de que he de salir de mi mismo para proyectar en los que me rodean ese amor de Dios, amándoles, dándoles mis pequeños servicios, mi oración, mis deseos; hacerlo así es poseer un corazón manso que arde en el amor. ¿Actúa siempre así mi corazón?. Y, entonces, surgen preguntas que van directas a lo más profundo de mi alma: ¿Sienten las personas con quienes convivo el beneficio de mis acciones, de mis obras, de mis actitudes? ¿Procuro encender en las personas con las que me unen lazos de amistad ese amor de Dios, bondad y misericordia infinita, para que todos le conozcan y amen hasta anhelar vivir la santidad? ¿Soy capaz de transmitir caridad, dulzura, paciencia, humildad y mansedumbre? Si sé que la gentileza es un bálsamo en las relaciones humanas, ¿por qué no soy capaz de poner más gentileza en mis palabras, en mis gestos y, antes que nada, en los sentimientos de mi corazón?




¡Señor, que sea capaz de darme con generosidad a mi familia, a mis amigos y mis compañeros de trabajo, que aprenda de Ti, que eres manso y humilde de corazón! ¡Que en el silencio de la entrega y el sacrificio, de la renuncia a la propia voluntad, en ese aceptar con humildad las cosas que no entiendo, encuentre la verdadera mansedumbre! ¡Señor, quiero unirme más a Ti a través de la aceptación del dolor, de la prueba, del sufrimiento, de las situaciones que me superan, de las personas y situaciones desagradables quesalen a mi paso! ¡Que sepa sonreír siempre, con alegría serena, para hacer la vida más agradable a los demás!

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