O
La vida cristiana es vida de sacrificio, de penitencia, de expiación. Con el auxilio de Dios, aprendemos a descubrir, a lo largo de cada jornada en apariencia siempre igual, todos los sufrimientos que nos trae la vida; y en esos momentos es cuando hacemos propósitos de mejorar. Este es el camino para disponernos a la gracia y a las inspiraciones del Espíritu Santo en el alma.En cambio, seremos hombres mortificados si sabemos que hacernos todo para todos, para ganar a todos.
orar con el corazon abierto
¡Señor, dame la fuerza para que mi vida se organice en torno a la mortificación! ¡Soy consciente, Señor, que el amor me transformará y que necesito ser más mortificado para demostrarte lo mucho que te quiero! ¡Dame Espíritu Santo la la humildad para confesarme con mayor frecuencia y confesarme de corazón lo que más me humilla! ¡Espíritu de paz y de gracia, ayúdame a no salirme con la mía y dejar a los demás lo más honroso! ¡Concédeme, Espíritu de fortaleza, luchar contra la comodidad y ese espíritu de independencia que tanto me caracteriza!
Jaculatoria a la Virgen en el mes de mayo: Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Precioso Jesús, cantamos hoy al Señor:
No hay comentarios. :
Publicar un comentario