viernes, 19 de febrero de 2021

El poder transformador del ayuno 19 de febrero de 2021 Viernes después del Miércoles de Ceniza

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

El poder transformador del ayuno
19 de febrero de 2021
Viernes después del Miércoles de Ceniza
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“Llegarán días en que el novio les será quitado, y entonces ayunarán”. Mateo 9:15

Nuestros apetitos y deseos carnales pueden fácilmente nublar nuestro pensamiento y evitar que deseemos solo a Dios y su santa voluntad. Por tanto, para frenar los apetitos desordenados, es útil mortificarlos mediante actos de abnegación, como el ayuno. Pero durante el ministerio público de Jesús, cuando estaba diariamente con sus discípulos, parece que la abnegación era innecesaria para sus discípulos. Uno solo puede especular que esto se debió a que Jesús estaba tan íntimamente presente para ellos todos los días que su presencia divina fue suficiente para frenar cualquier afecto desordenado.

Pero llegó el día en que Jesús fue arrebatado de ellos, primero por Su muerte, y luego poco después por Su Ascensión al Cielo. Después de la Ascensión y Pentecostés, la relación de Jesús con sus discípulos cambió. Ya no era una presencia física y tangible. Ya no fue una dosis diaria de enseñanzas autorizadas y milagros inspiradores lo que vieron. En cambio, su relación con nuestro Señor comenzó a adquirir una nueva dimensión de conformidad con la Pasión de Jesús. Los discípulos ahora estaban siendo llamados a imitar a nuestro Señor volviendo sus ojos de fe hacia Él interiormente y actuando exteriormente como Su instrumento de amor sacrificado. Y por eso, los discípulos necesitaban controlar sus pasiones y apetitos carnales. Por tanto, después de la Ascensión de Jesús y con el comienzo del ministerio público de los discípulos,

Cada uno de nosotros está llamado a ser no solo un seguidor de Cristo (un discípulo) sino también un instrumento de Cristo (un apóstol). Y si vamos a cumplir bien estos roles, nuestros apetitos carnales desordenados no pueden interponerse en el camino. Necesitamos permitir que el Espíritu de Dios nos consuma y nos guíe en todo lo que hacemos. El ayuno y todas las demás formas de mortificación nos ayudan a mantenernos enfocados en el Espíritu en lugar de en nuestras debilidades y tentaciones carnales.

Reflexione, hoy, sobre la importancia del ayuno y la mortificación de la carne. Estos actos penitenciales no suelen ser deseables al principio. Pero esa es la clave. Al hacer lo que nuestra carne no "desea", fortalecemos nuestro espíritu para que tome un mayor control, lo que permite que nuestro Señor nos use y dirija nuestras acciones de manera más eficaz. Comprométase con esta práctica sagrada y se sorprenderá de lo transformadora que será.

Mi querido Señor, te agradezco por elegir usarme como Tu instrumento. Te agradezco que me envíes a compartir Tu amor con el mundo. Dame la gracia de conformarme más plenamente a Ti mortificando mis apetitos y deseos desordenados para que Tú y solo Tú puedas tomar el control total de mi vida. Que esté abierto al don del ayuno y que este acto penitencial ayude a transformar mi vida. Jesús, en Ti confío.




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