sábado, 27 de febrero de 2021

El don de Ciencia

 


EL DON DE CIENCIA 

«Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo del varón clarividente. Oráculo del que escucha los dichos de Dios, del que conoce la ciencia del Altísimo; del que ve lo que le hace ver Sadday, del que obtiene la respuesta, y se le abren los ojos. (Núm 24, 15-16). 

En el nº 6 de los llamados “lineamenta” del próximo sínodo de los obispos sobre la evangelización, se puede leer: “… la ciencia y la tecnología corren el riesgo de transformarse en los nuevos ídolos del presente. Es fácil en un contexto digitalizado y globalizado hacer de la ciencia nuestra nueva religión. Nos encontramos frente al surgir de nuevas formas de gnosis, que asumen la técnica como una forma de sabiduría. Asistimos a una afirmación de nuevos cultos, en los que se proponen en modo terapéutico prácticas religiosas que los hombres están dispuestos a vivir, estructurándose como religiones de la prosperidad y de la gratificación instantánea.” 

 La verdadera ciencia valora la realidad temporal desde la perspectiva trascendente. ¡Qué distinto es iluminar los acontecimientos con visión horizontal, la que concede la sabiduría de este mundo, a hacerlo con la luz del conocimiento teologal, que está más allá de los límites naturales!  

Con frecuencia abordo los problemas desde las capacidades normales, desde el esfuerzo y la técnica. En demasiadas ocasiones acuden a mí los criterios sociales, psicológicos, que dicta el subjetivismo, por los que se intenta justificar el comportamiento humano. 

 Espíritu Santo, que actúe con los recursos humanos que tú nos regalas, desde la perspectiva de tu don, y no desde la emancipación y autonomía de mis destrezas, ni desde el desencanto por mis incapacidades. Cómo resuenan las palabras de Benedicto XVI: “El cristianismo tiene mucho que ofrecer en el ámbito práctico y moral, pues el Evangelio nunca deja de inspirar a hombres y mujeres a ponerse al servicio de sus hermanos y hermanas. Pocos podrían negarlo. Sin embargo, quienes fijan la mirada en Jesús de Nazaret con ojos de fe saben que Dios ofrece una realidad más profunda y, sin embargo, inseparable de la "economía" de la caridad operante en este mundo (cf. Caritas in veritate, 2): él ofrece la salvación”. (…) “El Evangelio no es una ideología, no pretende bloquear dentro de esquemas rígidos las realidades sociopolíticas que evolucionan. Más bien, trasciende las vicisitudes de este mundo y arroja nueva luz sobre la dignidad de la persona humana en cada época. (Discurso en el encuentro ecuménico, en Praga, 27 de septiembre, 2009). 

 Ven, Espíritu Santo, concédeme el Don de Ciencia para que sepa emplear mis facultades y leer la realidad y su potencialidad en tu clave. 

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