domingo, 17 de febrero de 2019

ORACIÓN A SAN JOSÉ-COMO SER UN VERDADERO DEVOTO DE SAN JOSÉ



ORACIÓN A SAN JOSÉ

¡Oh!, San José: cuya protección es tan grande, tan poderosa y eficaz ante el Trono de Dios, en vuestras manos entrego todos mis intereses y mis deseos.

¡Oh!, San José: asistidme con vuestra poderosa intercesión, conseguidme de vuestro Divino Hijo Nuestro Señor todas las bendiciones particulares que necesito a fin de que habiendo conseguido aquí e la tierra la ayuda de vuestro poder celestial pueda ofrecer mi gratitud y homenaje al padre más amoroso.

Amén.

Como ser un verdadero devoto de San José.

Dos padres franciscanos navegaban por las costas de Flandes, cuando se levantó una horrorosa tempestad que sumergió el buque con trescientos pasajeros que llevaba. La Divina Providencia dispuso que estos dos religiosos se amparasen de una de las tablas del buque, sobre la cual se sostuvieron entre la vida y la muerte durante tres días, teniendo siempre el abismo debajo de ellos, que amenazaba tragarlos.

Siendo muy devotos de San José, llenos de confianza en su protección poderosa, se encomendaron a él como verdadera tabla de salvación, y como benigna estrella que debía conducirles al puerto. Apenas terminada su plegaria, fueron atendidos; la tempestad cesó, el cielo se puso despejado y sereno, la mar se calmó y la esperanza volvió a tener cabida en el fondo de sus corazones. Pero lo que colmó su alegría fue la aparición de un joven lleno de gracia y majestad, quien después de haberlos saludado bondadosamente, se ofreció a servirles de piloto, lo que hizo con tanta felicidad, que al cabo de poco saltaban ya en tierra.



Allí los dos religiosos se arrojaron a los pies de su libertador, y después de haberle declarado con afectuosas palabras su eterno agradecimiento, le rogaron encarecidamente que se dignase decirles quién era. “Yo soy José, les respondió; si queréis hacer algo que me sea agradable, no dejéis pasar día sin rezar devotamente siete veces la oración dominical y la salutación angélica en memoria de los siete dolores con que mi alma fue afligida y en consideración a los siete gozos con que mi corazón fue consolado en grado eminente, durante el tiempo que pasé sobre la tierra viviendo con Jesús y María”. Dichas estas palabras desapareció, dejándolos llenos de alegría y penetrados de un sincero deseo de honrar y servir durante toda la vida a su glorioso Protector.

Devoto josefino, acepta esta promesa y está seguro que el mejor medio de alcanzar los favores de este gran Santo es, como él mismo lo ha declarado terminantemente, tomar parte en sus dolores y sus gozos, rezando con esta intención las oraciones aprobadas y enriquecidas de indulgencias por los Sumos Pontífices. Los sentimientos que llenarán tu corazón meditando estos tiernos misterios, serán uno de los más poderosos testimonios de amor que puedes tributar a san José y le inclinarán infaliblemente a protegerte en vida, a socorrerte en todas tus necesidades y a alcanzarte una santa muerte.


Algunos comentarios sobre los santos
Publicado por José Miguel Almonte Solís 

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