viernes, 30 de noviembre de 2018

Papa Francisco: Si tienes malos sentimientos hacia otros, no los dejes crecer

papa francisco habla con un microfono en una mano levanta su dedo serio


Papa Francisco: Cuando tenemos malos pensamientos contra los demás, malos sentimientos, cuando tenemos antipatía, odio, no los dejes crecer  


"Para huir del orgullo de ser los primeros, sólo existe el camino de abrir el corazón a la humildad y a la humildad jamás se llega sin la humillación. Esto es algo que no se entiende naturalmente. Es una gracia que debemos pedir", fue parte de lo expresado por el Papa Francisco durante su homilía de la Misa celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.

El Papa Francisco centró su reflexión en el episodio de los Hechos de los Apóstoles, en el que los Apóstoles son sometidos a juicio ante el Sanedrín, por ser acusados de predicar el Evangelio de Jesucristo. A continuación su mensaje:

No reaccionar al odio
Un fariseo del Sanedrín, Gamaliel, de modo puro, sugiere que los dejen actuar, porque, citando casos análogos del pasado, sostiene que si la doctrina de los Apóstoles fuera de origen humano, se aniquilaría, mientras no sucedería si viniera de Dios.


El Sanedrín acepta la sugerencia, es decir toma tiempo. No reacciona siguiendo el instintivo sentimiento de odio. Y esto es un remedio justo para cada ser humano. Da tiempo al tiempo.

Esto nos sirve a nosotros, cuando tenemos malos pensamientos contra los demás, malos sentimientos, cuando tenemos antipatía, odio, no los dejes crecer, detenerse, dar tiempo al tiempo.

El tiempo pone las cosas en armonía y nos hace ver lo justo de las cosas. Pero si tú reaccionas en el momento de la furia, seguramente serás injusto. Serás injusto. Y también te hará mal a ti mismo. Éste es un consejo: el tiempo, el tiempo en el momento de la tentación.

El orgullo de ser los primeros puede llevarte a matar a los demás.
Cuando nosotros alimentamos un resentimiento es inevitable que estalle. Estalla en el insulto, en la guerra y con estos malos sentimientos contra los demás, luchamos contra Dios, mientras Dios ama a los demás, ama la armonía, ama el amor, ama el diálogo, ama caminar juntos. También a mí me sucede.

Cuando una cosa no gusta, el primer sentimiento no es de Dios, es malo, siempre. Detengámonos en cambio y demos espacio al Espíritu Santo, para que nos haga llegar a lo justo, a la paz, como los Apóstoles, que son flagelados y dejan el Sanedrín contentos de haber padecido ultrajes por el nombre de Jesús.

El orgullo de ser los primeros te lleva a querer matar a los demás, la humildad, también la humillación, te lleva a asemejarte a Jesús. Y esto es algo que no pensamos.

Abrir el corazón a la humildad
En este momento en el que tantos hermanos y hermanas nuestros son martirizados por el nombre de Jesús, ellos están en este estado, tienen en este momento la alegría de haber sufrido ultrajes, incluso la muerte, por el nombre de Jesús.

Para huir del orgullo de ser los primeros, sólo existe el camino de abrir el corazón a la humildad y a la humildad jamás se llega sin la humillación. Esto es algo que no se entiende naturalmente. Es una gracia que debemos pedir.

Debemos pedir la gracia de la imitación de Jesús. Una imitación testimoniada no sólo por los mártires de hoy, sino también por aquellos tantos hombres y mujeres que padecen humillaciones cada día y por el bien de su propia familia y cierran la boca, no hablan, soportan por amor de Jesús.

Y ésta es la santidad de la Iglesia, esta alegría que da la humillación, no porque la humillación sea bella, no, eso sería masoquismo, no: porque con esa humillación tú imitas a Jesús.

Dos actitudes:

El de la cerrazón que te lleva al odio, a la ira, a querer matar a los demás.

Y el de la apertura a Dios por el camino de Jesús, que deja que las humillaciones te lleguen, incluso aquellas fuertes, con esta alegría interior porque tienes la seguridad de estar en el camino de Jesús

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