jueves, 27 de mayo de 2021

Mi casa será casa de oración

 

Mi casa será casa de oración

Viernes 28 de mayo

¡Paz y Bien!

Evangelio

Marcos 11, 11-26

Después de haber sido aclamado por la multitud, Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y miró todo lo que en él sucedía; pero como ya era tarde, se marchó a Betania con los Doce.

Al día siguiente, cuando salieron de Betania, sintió hambre. Viendo a lo lejos una higuera con hojas, Jesús se acercó a ver si encontraba higos; pero al llegar, sólo encontró hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces le dijo a la higuera: "Que nunca jamás coma nadie frutos de ti". Y sus discípulos lo estaban oyendo.

Cuando llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a arrojar de ahí a los que vendían y compraban; volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas; y no dejaba que nadie cruzara por el templo cargando cosas. Luego se puso a enseñar a la gente, diciéndoles: "¿Acaso no está escrito: Mi casa será casa de oración para todos los pueblos? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".

Los sumos sacerdotes y los escribas se enteraron de esto y buscaban la forma de matarlo; pero le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de sus enseñanzas. Cuando atardeció, Jesús y los suyos salieron de la ciudad.

A la mañana siguiente, cuando pasaban junto a la higuera, vieron que estaba seca hasta la raíz. Pedro cayó en la cuenta y le dijo a Jesús: "Maestro, mira: la higuera que maldijiste se secó".

Jesús les dijo entonces: "Tengan fe en Dios. Les aseguro que si uno le dice a ese monte: "Quítate de ahí y arrójate al mar", sin dudar en su corazón y creyendo que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso les digo: Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán. Y cuando se pongan a orar, perdonen lo que tengan contra otros, para que también el Padre, que está en el cielo, les perdone a ustedes sus ofensas; porque si ustedes no perdonan, tampoco el Padre, que está en el cielo, les perdonará a ustedes sus ofensas".

Palabra del Señor

Reflexión

Como de ordinario, Marcos condensa en un breve pasaje diferentes enseñanzas y la actividad de Cristo. Centremos hoy nuestra atención en el acontecimiento del Templo. En esta cita, nos hace ver cómo la comunidad había convertido el Templo, más que en lugar de oración, en un centro de comercio. Se habían aprovechado para vender los animales necesarios para el sacrificio y cambiar las monedas romanas por monedas Israelitas de manera de no "profanar" el templo.

En pocas palabras habían buscado FACILITARLES las cosas a los que visitaban el templo. Esta es una actitud muy cómoda, promovida y provocada por muchos hermanos, y que de manera particular continua dándose en nuestra cultura del confort. Las necesidades han cambiado, pero en muchos casos la actitud es la misma. Por ejemplo, nos gusta el día de la misa, APROVECHANDO la vuelta, confesarnos. Salvando las excepciones, el sacramento se debe recibir en el momento y lugar apropiado, dándole la importancia que éste merece.

Es común ver en algunas parroquias largas filas de hermanos que mientras "oyen" la misa (digo "oyen", pues en la fila o se hace el examen de conciencia o se participa de la Eucaristía) están esperando el turno para confesarse. Recordemos que ir el domingo a la casa del Señor es su invitación y a la oración y a la participación COMPLETA y ACTIVA de la celebración Eucarística, centro y culmen de la vida Cristiana. Recuerda que en la vida espiritual no siempre lo más cómodo es lo que más aprovecha al alma.

¡Feliz Viernes!

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