domingo, 18 de febrero de 2018

Tus caminos, oh Señor, son amor y verdad. - Salmo 25


Querido JOSE D:   

El primer domingo de Cuaresma, la lectura del Evangelio siempre trata sobre la tentación de Jesús en el desierto. En el Evangelio de Marcos, el desierto marca el comienzo de la batalla de Jesús con Satanás; la prueba definitiva será en las horas finales de Jesús en la cruz. De manera similar, nuestro viaje cuaresmal es solo un comienzo. Las lecciones de la Cuaresma apoyan nuestra lucha constante para hacer lo correcto. Esta semana, las Naciones Unidas observan el Día Mundial de la Justicia Social . Es una oportunidad para examinar nuestra comprensión de la justicia social, uno de los siete temas de la enseñanza social católica. 

Carol Zinn, una Hermana de San José de Chestnut Hill, en las afueras de Filadelfia, es miembro de la junta directiva de CMMB. Invitamos a la hermana Carol a compartir sus reflexiones sobre este tema tan oportuno:
La justicia social está haciendo lo correcto, es decir, respetuoso, digno y honrando a cada persona como él o ella es una imagen y semejanza de Dios. 


Hay una diferencia entre la caridad y la justicia social. No se trata de dar un plato de sopa. Se trata de atender a las necesidades de las bases. La justicia social exigiría que si le das un tazón de sopa sin entender por qué tienes que darles un tazón de sopa, y no trates de cambiar por qué tienes que darles ese cuenco de sopa, estarás repartiendo sopa Siempre. Por lo tanto, es necesario que haya mucha educación, mucha concienciación. Es por eso que la enseñanza social católica es muy útil. También se llama el secreto mejor guardado de la Iglesia Católica. La enseñanza social católica puede hacer que la gente se sienta incómoda, porque pone un espejo frente a usted. Algunas personas pueden sentirse perturbadas por lo que ven en ese espejo.

Todos merecen que se escuche su voz y se satisfagan sus necesidades. No son necesidades exorbitantes, sino necesidades humanas básicas. El concepto de justicia social, basado en la dignidad humana, está en el Evangelio y en cada texto sagrado que conozco. Jesús dijo: Viste a alguien hambriento, viste a alguien sediento y cuidaste de sus necesidades. Y entonces, me cuidaste. Estas mujeres y niños vulnerables son nuestras hermanas y hermanos. Ese es un gran componente del trabajo de CMMB. De hecho, recibimos más de estas experiencias que las personas a las que ayudamos. Todos se transforman cuando la dignidad humana y la justicia social son los objetivos.

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