por FOPSME.
“No es suficiente que te consagres totalmente a María una vez para siempre, ni aun que renueves la consagración cada mes o cada semana. Devoción bien pasajera sería ésta, incapaz de llevarte a la perfección a que puede conducirte. Porque no es muy difícil alistarse en las cofradías, abrazar esta devoción y recitar diariamente algunas oraciones vocales prescritas.
Lo realmente difícil es entrar en el espíritu de esta consagración, que te coloca en actitud de total y absoluta disponibilidad respecto de María y por Ella, de Jesucristo.
Muchas personas he hallado que hicieron con entusiasmo admirable su consagración, pero sólo exteriormente.
Pocas, en cambio, han asimilado su espíritu, y aun menos numerosas son las que han perseverado en él.
La práctica esencial de esta devoción consiste en obrar en todo con María, es decir, en tomar a la Santísima Virgen como el modelo acabado de tu conducta cristiana. Para ello, antes de obrar debes renunciar a tu egoísmo y a tus mejores puntos de vista, anonadarte ante Dios, consciente de tu incapacidad para todo bien sobrenatural y para toda acción útil a tu salvación.
Tienes que acudir a la Santísima Virgen y unirte a sus intenciones, aunque no las conozcas; participar por María en las intenciones de Jesucristo, es decir, entrar en sintonía con su voluntad y en armonía con sus disposiciones, para que Ella obre en ti y haga de ti lo que mejor le parezca, para mayor gloria de su Hijo Jesucristo y del Padre del cielo.
No hay, pues, vida interior ni acción espiritual posibles que no dependan de Ella”
No hay comentarios. :
Publicar un comentario