viernes, 20 de octubre de 2017

CUIDAR A LA ABUELA ANCIANA: DAR SIN ESPERAR NADA A CAMBIO

Posted: 19 Oct 2017 03:02 PM PDT
Queremos escoger lo mejor para ellos... ¿de dónde sacaremos las fuerzas?

Estuve muchos años cuidando a mi suegra. Sufría una enfermedad física y después se le desarrolló una demencia senil prematura.

Cuando pasan estas coses siempre tienes que tomar una decisión y el factor más importante es que la persona esté lo mejor posible: acompañada, cuidada,… querida.

Muchas veces es difícil, porque en esta situación hay muchos momentos en que no puedes vivir con la libertad que quisieras.

Por otra parte, desde el punto de vista del sentimiento, a menudo esperamos de nuestra donación una respuesta del otro hacia nosotros. Necesitamos que nos agradezcan lo que hacemos, que nos contesten al menos con una sonrisa o con alguna expresión.

Cuando haces las coses, siempre esperas un agradecimiento del otro y mentiría si dijera que en mi caso no era así. ¡Claro que lo era!

Muchas veces me costaba mucho que no hubiera respuesta en sus ojos, en su cara.

También empezaba a dudar de hacerlo lo suficientemente bien…

Cuando pasa esto es muy difícil decir que hay amor. Al menos no lo sientes.

Pero Dios nos pone a nuestro lado a las personas para nuestro bien y tenemos que ver las coses buenas que nos aportan.

No puedo dejar de agradecer poder haber estado tantos años viviendo este aprendizaje de amor.

Podría decir que en aquel momento y cada vez más fui entendiendo lo que es amar sin esperar respuesta. No sé si es muy osado decirlo, pero quiero hacerlo. Y dar gracias a Jesús por haberme permitido probar un poco el amor sin esperar nada a cambio.

Mientras lo estaba viviendo no me di cuenta. Pero ahora voy comprendiendo…

La relación con las personas, empezando por las que tenemos más cerca, es como una red que se va tejiendo con amor, y esta red es más bonita y agradable a medida que vamos entendiendo el amor.

Pero en cambio parece que estos hilos se rompen cuando nosotros damos (amamos) y los otros no nos aman, no corresponden a esta donación (amor). Nosotros les damos y no lo agradecen, no sonríen, “pasan” de lo que tú haces.

Dios es Amor. Lo hemos oído muchas veces. Cuando sentimos las cosas de manera repetitiva puede pasar que nos resbalen y pierdan su valor.

¿Quién nos acerca a este Dios que es Amor? JESÚS.

Jesús ama y nos lo demuestra al máximo. Da su vida sin esperar nada a cambio. Jesús, con su vida, da sentido al sufrimiento.

Por Maria Carme Valls

Fuente: Aleteia

No hay comentarios. :

Publicar un comentario