En aquella oportunidad, el Santo Padre habló sobre el “aspecto positivo y decisivo de la figura del padre”.
1. Alegrarse con lo correcto
“Toda familia necesita un padre. Un padre que no se vanagloríe de que su hijo sea como él, sino que se alegre de que aprenda la rectitud y la sensatez que es lo que cuenta en la vida. Esto será la mejor herencia que podrá transmitir al hijo y se sentirá henchido de gozo cuando vea que la ha recibido y aprovechado”.
2. Educar con cariño
“El padre trata de enseñarle lo que el hijo aún no sabe: corregir los errores que aún no ve, orientar su corazón, protegerlo en el desánimo y la dificultad. Todo ello con cercanía, con dulzura y con una firmeza que no humilla”.
3. Acompañar con paciencia
“Estar presente en la familia, compartir los gozos y las penas con la mujer, acompañar a los chicos a medida que van creciendo. La parábola evangélica del Hijo pródigo nos muestra al padre que espera en la puerta de casa el retorno del hijo que se equivocó. Sabe esperar, sabe perdonar, sabe corregir”.
"También hoy los hijos al volver a casa con sus fracasos necesitan a un padre que los espere, que los proteja, los anime, les enseñe cómo seguir por el buen camino. A veces tiene que castigarlo, pero nunca le da una bofetada en la cara".
4. Orar con confianza
“Muchas veces no admitirán los fracasos, los hijos, pero necesitan del padre como todos necesitamos acudir al único Padre Bueno, como dice el Evangelio, el Padre nuestro que está en los cielos”.
5. Seguir a San José
“Pidamos al Señor que nunca falte en las familias la presencia de un buen padre, que sea mediador y custodio de la fe en la bondad, en la justicia y la protección de Dios, como lo fue San José”.
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