Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos.
San Blas, obispo y mártir (ml), rojo. MR, p. 703 (692).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sab 10, 12
El Señor le concedió un duro combate, para que supiera vencer, porque la sabiduría es más poderosa que todo.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, a tu pueblo que, con la ayuda del mártir san Blas, te suplica le concedas gozar de paz en la vida presente, y tu auxilio para alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo…
Te pido que me concedas sabiduría de corazón para gobernar a tu pueblo.
Del primer libro de los Reyes: 3, 4-13
En aquellos días, el rey Salomón fue al santuario de Gabaón a ofrecer sacrificios y ofreció mil holocaustos sobre el altar. Una noche, estando él dormido en aquel lugar, se le apareció el Señor y le dijo: "Salomón, pídeme lo que quieras y yo te lo daré".
Salomón le respondió: "Señor, tú trataste con misericordia a tu siervo David, mi padre, porque se portó contigo con lealtad, con justicia y rectitud de corazón. Más aún, también ahora lo sigues tratando con misericordia, porque has hecho que un hijo suyo lo suceda en el trono. Sí, tú quisiste, Señor y Dios mío, que yo, tu siervo, sucediera en el trono a mi padre, David. Pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar. Soy tu siervo y me encuentro perdido en medio de este pueblo tuyo, tan numeroso, que es imposible contarlo. Por eso te pido que me concedas sabiduría de corazón para que sepa gobernar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal. Pues sin ella, ¿quién será capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan grande?"
Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido sabiduría y le dijo: "Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino sabiduría para gobernar, yo te concedo lo que me has pedido. Te doy un corazón sabio y prudente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Te voy a conceder, además, lo que no me has pedido: tanta gloria y riqueza, que no habrá rey que se pueda comparar contigo".
Te alabamos, Señor.
R/. Enséñanos, Señor, a cumplir tus preceptos.
Sólo cumpliendo tus mandatos puede un joven vivir honestamente. Con todo el corazón te voy buscando, no me dejes desviar de tus preceptos. R/.
En mi pecho guardé tus mandamientos, para nunca pecar en contra tuya. Señor, bendito seas; enséñame tus leyes. R/.
Con mis labios he ido enumerando todos los mandamientos de tu boca. Más me gozo cumpliendo tus preceptos que teniendo riquezas. R/.
ACLAMACIÓN Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
Andaban como ovejas sin pastor.
Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: "Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco". Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean aceptables, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de tu mártir san Blas y que agraden a tu majestad, del mismo modo que fue preciosa ante ti la efusión de su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 10, 39
Quien pierda su vida por mí, dice el Señor, la salvará para siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el santo sacramento que recibimos, Señor, nos comunique aquella fortaleza de espíritu que hizo a tu mártir san Blas fiel en tu servicio y victorioso en su pasión. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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