y Te doy gracias por todos los regalos que me has dado,
especialmente por haberme dado en este Sacramento
Tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad,
por haberme dado como abogada a Tu Santísima Madre,
la Virgen Maria,
por haberme llamado a visitarte es este momento.
Adoro a Tu Amantísimo Corazón
y deseo adorarlo por tres motivos.
Primero, en agradecimiento de esta tan preciosa dádiva,
segundo, para desagraviarte de todas las injurias que recibes de Tus enemigos en este Sacramento y
tercero porque deseo en esta visita
adorarte en todos los lugares de la tierra,
aun donde estás ahora oculto y más abandonado.
Jesús mío, Te amo con todo mi corazón,
perdona todas las veces que Te he ofendido en el pasado
a Tu infinita bondad.
Propongo con la ayuda de Tu gracia,
enmendarme en el futuro,
y ahora miserable como soy,
me consagro totalmente a Ti,
te doy y entrego toda mi voluntad,
mis afectos, mis deseos y todo cuanto me pertenece.
De hoy en adelante, haz Señor de mí y de mis cosas
todos lo que Te agrada.
Lo que yo quiero y Te pido es tu amor,
la perfecta obediencia a Tu Santísima voluntad
y la perseverancia final.
Te pido por las almas del Purgatorio,
especialmente las mas devotas del Santísimo Sacramento y de Tu Madre.
En fin mi amado,
uno todos mis afectos y deseos con los de Tu Amorosísimo Corazón
y así unidos los ofrezco a Tu eterno Padre
y te pido en Tu Nombre que por Tu amor los acepte
y mire benignamente.
Amén.
Oración publicada por Fray Nelson
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