PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros (1 Jn 4,9-11).
Pensamiento franciscano:
San Francisco escribe a todos los fieles: --Hagamos frutos dignos de penitencia. Y amemos al prójimo como a nosotros mismos. Y si alguno no quiere o no puede amarlo como a sí mismo, al menos no le cause mal, sino que le haga bien (2CtaF 25-27).
Orar con la Iglesia:
El Verbo eterno del Padre se nos manifestó hecho niño en Belén. Pidámosle con cariño y confianza:
-que se nos reconozca a cuantos nos llamamos cristianos por la vida de hijos de Dios que llevamos.
-que nuestro amor a todos los hombres tenga preferencia por los niños y los abandonados, los pobres y los atribulados, los enfermos y los ancianos.
-que sepamos reconocer en el mundo y en las personas los muchos signos de la presencia de Dios entre nosotros.
-que, como María, ofrezcamos a todos los que lo buscan el rostro sonriente y acogedor de su Hijo.
Oración: Señor Jesús, escucha nuestras plegarias y haz que la tierra entera pueda contemplar tus maravillas. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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