sábado, 10 de diciembre de 2022

Humillación y Humildad

 


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Humillación y Humildad
Lección: Una forma de crecer en humildad es a través de la humillación. Cuando te humillan, debes elegir. O reaccionará a la defensiva, orgullo e ira, o aceptará la humillación y crecerá en humildad.
Se te puede imponer la humillación desde afuera, o puedes imponértela tú mismo a través de la oración y la meditación. En cuanto al último enfoque, imagina que tuviste algún pecado gravemente humillante que fue vergonzoso. Lo mantuviste oculto para no sentirte abrumado por la vergüenza. Ahora imagina que un día cometes ese pecado y se grabó en secreto, y luego se transmitió en todos los noticieros importantes. Toda tu familia y amigos vieron este pecado y no podía negarlo de tu parte.
¿Cómo reaccionarías? La humillación es bastante dolorosa, pero lo que puede ser útil es meditar sobre la vergüenza que sentirías si tu pecado secreto se divulgara al mundo. Antes de enfocarte en la misericordia de Dios, debes fomentar una respuesta adecuada a tu pecado. Una respuesta esencial es una vergüenza saludable por lo que has hecho.
Reflexión: Reflexione sobre la experiencia humillante de todos sus pecados sin arrepentirse saliendo a la luz para que todos los vean. Permítete experimentar los efectos de esos pecados siendo revelados públicamente a todos tus conocidos. Reflexiona sobre esta realidad ahora y permite que el dolor e incluso una santa vergüenza se fomenten en tu corazón. (Reflejo silencioso)
Por último, mientras consideras tu humillación, imagina esa humillación como una nueva herramienta que nuestro Señor te ha dado para vencer todo tu pecado. Véalo como una motivación poderosa para hacer una resolución inquebrantable de alejarse del pecado y volverse a Dios. (Reflejo silencioso)
Nota : Las últimas tres meditaciones de esta sección deben considerarse opcionales. San Ignacio tiene muy claro que Los Ejercicios Espirituales deben adaptarse a las necesidades particulares de quien los practica. Este es principalmente el papel del director espiritual. Sin embargo, la mayoría de las personas no tendrán acceso a un director espiritual bien capacitado que pueda guiarlos a través de estos ejercicios y, por lo tanto, deben estar más atentos a las diversas trampas en el camino.

Una de esas trampas en este punto para algunos sería sentirse abrumados por una sensación de pecado. Por lo tanto, si se siente abrumado, lucha con la escrupulosidad, lucha con la depresión o se encuentra desanimado, puede ser prudente repasar brevemente las próximas tres meditaciones u omitirlas todas juntas. El objetivo es claramente no causar una ansiedad indebida por los pecados de uno, y es muy posible que realizar estos ejercicios sin la guía de un director espiritual pueda conducir a pensamientos y sentimientos poco saludables. Por favor, discierna lo que es mejor para usted. Si estás luchando con demasiado enfoque dirigido al pecado, entonces trata de prepararte para tu confesión ahora y comienza la siguiente sección de meditaciones en lugar de continuar con las siguientes meditaciones de la hora santa. Este consejo es consistente con lo que escribió San Ignacio en la anotación 18.


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