martes, 16 de agosto de 2022

Ser Primero! 16 de agosto de 2022 Martes de la vigésima semana del tiempo ordinario

 




Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

Ser Primero!
16 de agosto de 2022
Martes de la vigésima semana del tiempo ordinario
Lecturas para hoy

San Esteban de Hungría—Memoria opcional

“Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos serán primeros”. Mateo 19:30

Esta pequeña línea, insertada al final del Evangelio de hoy, revela mucho. Revela una contradicción entre el éxito mundano y el éxito eterno. Muy a menudo buscamos el éxito mundano y fallamos en buscar las riquezas que duran por la eternidad.

Comencemos con los “muchos que son primeros”. ¿Quienes son esas personas? Para entender esto, debemos entender la diferencia entre el “mundo” y el “Reino de Dios”. El mundo se refiere a una popularidad puramente vana dentro de una cultura dada. El éxito, el prestigio, la vanagloria y demás acompañan la popularidad y el éxito mundanos. El maligno es el señor de este mundo y con frecuencia buscará levantar a aquellos que sirven a su voluntad profana. Pero al hacerlo, muchos de nosotros nos sentimos atraídos y atraídos por esta forma de notoriedad. Esto es un problema, especialmente cuando empezamos a tomar nuestra identidad en las opiniones de los demás.

Los “muchos primeros” son aquellos a quienes el mundo encumbra como íconos y modelos de este éxito popular. Esta es una declaración general que ciertamente no se aplica a cada situación y persona en particular. Pero debe reconocerse la tendencia general. Y según esta Escritura, los que sean atraídos a esta vida serán los “últimos” en el Reino de los Cielos.

Contrasta esto con aquellos que son “primeros” en el Reino de Dios. Estas almas santas pueden o no ser honradas en este mundo. Algunos pueden ver su bondad y honrarlos (como se honró a Santa Madre Teresa), pero muy a menudo son menospreciados y considerados indeseables de una manera mundana.

¿Qué es más importante? ¿Qué prefieres honestamente para toda la eternidad? ¿Prefieres ser bien considerado en esta vida, aunque eso signifique comprometer los valores y la verdad? ¿O están tus ojos fijos en la verdad y las recompensas eternas?

Reflexiona, hoy, sobre la meta de acumular tesoro en el Cielo y la recompensa eterna prometida a aquellos que viven una vida de fidelidad. No hay nada de malo en ser bien considerado por los demás en este mundo, pero nunca debes permitir que tal deseo te domine o te disuada de mantener tus ojos en lo que es eterno. Reflexiona sobre lo bien que lo haces y busca hacer de las recompensas del Cielo tu objetivo exclusivo.

Mi eterno Señor, ayúdame a buscarte a Ti y a Tu Reino por encima de todo. Que complacerte y servir a tu santísima voluntad sea mi único deseo en la vida. Ayúdame a deshacerme de las preocupaciones malsanas de la notoriedad y la popularidad mundanas, preocupándome solo de lo que Tú piensas. Te entrego, amado Señor, todo mi ser. Jesús, en Ti confío.




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