Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!
Evita ofender a otro
8 de agosto de 2022
Lunes de la XIX semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy
Santo Domingo, Presbítero—Memoria
Video
“Pero para que no los ofendamos, ve al mar, echa un anzuelo y toma el primer pez que salga. Abre su boca y encontrarás una moneda que vale el doble del impuesto del templo. Dales eso por mí y por ti”. Mateo 17:27
Esta es una situación interesante. Los recaudadores de impuestos del templo se acercan a Pedro y le preguntan por qué Jesús no paga el impuesto normal del templo. Pedro, a su vez, le hace esta pregunta a Jesús y Jesús deja claro que Él no debe impuestos, dado quién es Él. Sin embargo, envía a Pedro a obtener una moneda milagrosamente de la boca de un pez para que los demás no se ofendan.
Una cosa que revela esta historia es que, a veces, no vale la pena pelear por las preocupaciones tontas y sin importancia de los demás (como la recaudación de impuestos). Este principio básico puede aplicarse a muchas otras situaciones de la vida. Es fácil permitir que cuestiones sin importancia se interpongan en nuestro servicio a Dios. No es una experiencia poco común que las personas conviertan preocupaciones triviales en problemas importantes. Nosotros, como cristianos, debemos mantener nuestros ojos en lo que es importante en la vida y no permitirnos ser arrastrados a estas batallas tontas.
La humildad, cuando se abraza por completo, nos ayudará a evitar “ofender” a las personas, incluso si tenemos razón. La humildad, tal como se ve en esta situación con Jesús, nos permite ver que tal o cual batalla no vale la pena pelear. Ciertamente no podemos comprometer la verdad, pero podemos y debemos comprometernos con las demandas más triviales y sin importancia de los demás en lugar de permitir que surjan conflictos por razones tontas.
Reflexione, hoy, sobre esos “problemas” en la vida que parecen recibir más atención de lo que valen. Reflexiona sobre cómo puedes disipar estas situaciones humillándote ante los demás. Es posible que a veces se le llame a aceptar pequeñas injusticias por el bien del panorama general. Mire cuáles pueden ser esos en su vida y pídale al Señor que le dé la gracia de seguir Su ejemplo.
Mi humilde Señor, llena mi corazón de verdadera humildad. Ayúdame a alejarme de los conflictos sin importancia en la vida, incluso hasta el punto de abrazar la injusticia de una manera sacrificial. Que nunca reclame mis derechos sobre la alegría de abrazar la humildad profunda. Jesús, en Ti confío.
¡Mi vida católica!
Evita ofender a otro
8 de agosto de 2022
Lunes de la XIX semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy
Santo Domingo, Presbítero—Memoria
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“Pero para que no los ofendamos, ve al mar, echa un anzuelo y toma el primer pez que salga. Abre su boca y encontrarás una moneda que vale el doble del impuesto del templo. Dales eso por mí y por ti”. Mateo 17:27
Esta es una situación interesante. Los recaudadores de impuestos del templo se acercan a Pedro y le preguntan por qué Jesús no paga el impuesto normal del templo. Pedro, a su vez, le hace esta pregunta a Jesús y Jesús deja claro que Él no debe impuestos, dado quién es Él. Sin embargo, envía a Pedro a obtener una moneda milagrosamente de la boca de un pez para que los demás no se ofendan.
Una cosa que revela esta historia es que, a veces, no vale la pena pelear por las preocupaciones tontas y sin importancia de los demás (como la recaudación de impuestos). Este principio básico puede aplicarse a muchas otras situaciones de la vida. Es fácil permitir que cuestiones sin importancia se interpongan en nuestro servicio a Dios. No es una experiencia poco común que las personas conviertan preocupaciones triviales en problemas importantes. Nosotros, como cristianos, debemos mantener nuestros ojos en lo que es importante en la vida y no permitirnos ser arrastrados a estas batallas tontas.
La humildad, cuando se abraza por completo, nos ayudará a evitar “ofender” a las personas, incluso si tenemos razón. La humildad, tal como se ve en esta situación con Jesús, nos permite ver que tal o cual batalla no vale la pena pelear. Ciertamente no podemos comprometer la verdad, pero podemos y debemos comprometernos con las demandas más triviales y sin importancia de los demás en lugar de permitir que surjan conflictos por razones tontas.
Reflexione, hoy, sobre esos “problemas” en la vida que parecen recibir más atención de lo que valen. Reflexiona sobre cómo puedes disipar estas situaciones humillándote ante los demás. Es posible que a veces se le llame a aceptar pequeñas injusticias por el bien del panorama general. Mire cuáles pueden ser esos en su vida y pídale al Señor que le dé la gracia de seguir Su ejemplo.
Mi humilde Señor, llena mi corazón de verdadera humildad. Ayúdame a alejarme de los conflictos sin importancia en la vida, incluso hasta el punto de abrazar la injusticia de una manera sacrificial. Que nunca reclame mis derechos sobre la alegría de abrazar la humildad profunda. Jesús, en Ti confío.
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