martes, 21 de junio de 2022

Hacer a los demás… 21 de junio de 2022 Martes de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario

 




Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

Hacer a los demás…
21 de junio de 2022
Martes de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas para hoy

San Luis Gonzaga, Religioso—Memoria

“Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti. Esta es la Ley y los Profetas.” Mateo 7:12

Esta frase familiar fue un mandato de Dios establecido en el Antiguo Testamento. Es una buena regla general por la cual vivir.

¿Qué harías que otros te “hicieran”? Piensa en eso y trata de ser honesto. Si somos honestos, debemos admitir que queremos que los demás hagan mucho por nosotros. Queremos ser respetados, ser tratados con dignidad, ser tratados con justicia, etc. Pero en un nivel aún más profundo, queremos ser amados, comprendidos, conocidos y cuidados.

En el fondo, todos debemos tratar de reconocer el anhelo natural que Dios nos dio de compartir una relación amorosa con los demás y de ser amados por Dios. Este deseo va al corazón de lo que significa ser humano. Nosotros como humanos estamos hechos para ese amor. Este pasaje de las Escrituras anterior revela que debemos estar listos y dispuestos a ofrecer a los demás lo que deseamos recibir. Si podemos reconocer dentro de nosotros los deseos naturales de amor, también debemos esforzarnos por fomentar el deseo de amar. Debemos fomentar el deseo de amar en la misma medida en que lo buscamos para nosotros mismos.

Esto es más difícil de lo que parece. Nuestra tendencia egoísta es exigir y esperar amor y misericordia de los demás, mientras que al mismo tiempo nos mantenemos en un nivel mucho más bajo con respecto a cuánto ofrecemos. La clave es poner nuestra atención en nuestro deber primero. Debemos esforzarnos por ver qué estamos llamados a hacer y cómo estamos llamados a amar. A medida que veamos esto como nuestro primer deber y nos esforcemos por vivirlo, descubriremos que encontramos mucha mayor satisfacción en dar que en buscar recibir. Descubriremos que “hacer a los demás”, independientemente de lo que “nos hagan”, es en lo que realmente encontramos satisfacción.

Reflexiona, hoy, sobre el deseo natural que tienes en tu corazón por el amor y el respeto de los demás. Luego, haz de esto el centro de cómo tratas a los que te rodean.

Señor de los deseos perfectos, ayúdame a hacer a los demás lo que deseo que me hagan a mí. Ayúdame a usar el deseo de amor en mi propio corazón como la motivación para mi amor por los demás. Al darme a mí mismo, ayúdame a encontrar realización y satisfacción en ese regalo. Jesús, en Ti confío.




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