Viernes semana quinta de Cuaresma (8 abril 2022)
De Corazón a corazón: Jer 20,10-13 ("El Señor está conmigo"); Jn 10,31-42 ("El Padre está en mí y yo en el Padre")
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: Las cosas y la historia de cada ser humano ya pueden recobrar su brillo de “epifanía” de Dios Amor, gracias a Jesús, el Hijo de Dios, ungido y enviado para dar sentido a la creación y a la historia, y recuperar su orientación. La vida de Jesús (de la que participamos) es "misión" para bien de toda la humanidad. Su vida nos pertenece como el gran regalo de Dios. Los demás dones o regalos (todos pasajeros) son sólo preparación o "aperitivo" de un encuentro definitivo. En Jesús descubrimos cómo es Dios Amor y cómo nos ama desde toda la eternidad. Cada palabra evangélica (también los gestos y silencios de Jesús) es un latido del corazón de Dios. Sin esta luz, toda nuestra vida sería un absurdo.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: María oyó decir a Jesús niño: "Mi Padre" (Lc 2,49). En la cruz, las últimas palabras que oyó de Jesús, fueron: "Padre -papá querido- en tus manos" (Lc 23,46). Con ella, en el día a día, aprenderemos a ver en Jesús la epifanía personal de Dios, siempre cercano ("Emmanuel", Dios con nosotros). “Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar” (Papa Francisco, consagración 25 marzo 2022).
No hay comentarios. :
Publicar un comentario