Jueves en la octava de Pascua (21 abril 2022, S.Anselmo)
De Corazón a corazón: Hch 3,11-26 (“Dios lo resucitó y nosotros somos testigos … Por la fe en su nombre, ha restablecido a este – tullido-”); Lc 24,35-48 (“Jesús se presentó en medio de ellos… La paz sea con vosotros… Soy yo mismo”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: Jesús resucitado se hace presente para restaurar la paz en el corazón y en la comunidad humana. Para ello, examina de amor, perdona y salva. Entonces Jesús Resucitado comunica la paz definitiva, la paz que sana de verdad los corazones y reconcilia las comunidades. La fe, como adhesión personal y comunitaria a Cristo, sana todas las heridas y repara todas las rupturas. Cuando Jesús está en su puesto, es decir, “en medio” para servir, se caen por su peso todos los disfraces. No se puede anunciar el perdón de Jesús, si no se ha experimentado su misericordia.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: La “paz” que Jesús resucitado nos ofrece, es la que los ángeles cantaron en Belén y que María meditó en su corazón (cfr. Lc 2,14.19). Ella es la Reina de la paz. "Que María, la Madre del Resucitado, nos ayude a superar nuestros miedos y nos conceda la pasión por la verdad" (Papa Francisco, 18 abril 2022).
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