Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 46: Los deberes diarios son el camino al cielo
Es cierto que nuestra meta debe ser el Cielo. Debemos mantener constantemente nuestros ojos en esta realidad eterna. ¿Por qué? Porque en comparación con este mundo pasajero, el Cielo es todo lo que finalmente importa. Entonces, ¿cómo mantenemos nuestro enfoque en el Cielo sin volvernos complacientes con nuestros deberes diarios? ¿Sería apropiado descuidar nuestros deberes y responsabilidades diarios para pasar todo el día en la iglesia? Ciertamente no. De hecho, el camino al Cielo pasa centralmente por vivir bien nuestros deberes. Debemos vivirlos en fidelidad, diligencia y amor. Vivir bien mientras estamos aquí en la Tierra es la mejor preparación para el Cielo (Ver Diario #107).
Reflexionad, hoy, sobre el Cielo. Vea esta gloriosa realidad por lo que es. ¡Es la felicidad eterna! ¡Es alegría sin fin! Mira también todo lo que Dios te llama a hacer todos los días. Ya se trate de pequeñas tareas menores o de obras grandes y visibles, hacedlo todo por amor de Dios, considerando cada responsabilidad que os ha sido dada como un camino central por el cual obtenéis el gozo eterno.
Señor, te invito a entrar en mi vida todos los días. Oro para que todo lo que hago sea hecho como un acto de amor por Ti y por los demás. Que cumpla bien con todas mis responsabilidades y, a través de ellas, obtenga la vida gloriosa que me espera. Jesús, en Ti confío.
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 46: Los deberes diarios son el camino al cielo
Es cierto que nuestra meta debe ser el Cielo. Debemos mantener constantemente nuestros ojos en esta realidad eterna. ¿Por qué? Porque en comparación con este mundo pasajero, el Cielo es todo lo que finalmente importa. Entonces, ¿cómo mantenemos nuestro enfoque en el Cielo sin volvernos complacientes con nuestros deberes diarios? ¿Sería apropiado descuidar nuestros deberes y responsabilidades diarios para pasar todo el día en la iglesia? Ciertamente no. De hecho, el camino al Cielo pasa centralmente por vivir bien nuestros deberes. Debemos vivirlos en fidelidad, diligencia y amor. Vivir bien mientras estamos aquí en la Tierra es la mejor preparación para el Cielo (Ver Diario #107).
Reflexionad, hoy, sobre el Cielo. Vea esta gloriosa realidad por lo que es. ¡Es la felicidad eterna! ¡Es alegría sin fin! Mira también todo lo que Dios te llama a hacer todos los días. Ya se trate de pequeñas tareas menores o de obras grandes y visibles, hacedlo todo por amor de Dios, considerando cada responsabilidad que os ha sido dada como un camino central por el cual obtenéis el gozo eterno.
Señor, te invito a entrar en mi vida todos los días. Oro para que todo lo que hago sea hecho como un acto de amor por Ti y por los demás. Que cumpla bien con todas mis responsabilidades y, a través de ellas, obtenga la vida gloriosa que me espera. Jesús, en Ti confío.
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