Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!
¿Cuál es tu levadura?
15 de febrero de 2022
Martes de la VI semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy
Jesús les ordenó: “Cuidado, guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Marcos 8:15
¿Qué es esta “levadura” de la que habla Jesús? Después de dar esta advertencia a sus discípulos, Jesús les da una explicación de lo que quiere decir y lo que no quiere decir. Pero incluso la explicación parece estar por encima de sus cabezas. Así que concluye diciendo: "¿Aún no entiendes?" Hasta el día de hoy, Jesús sigue haciéndonos esta pregunta a cada uno de nosotros.
Este era ciertamente Jesús tratando de hacerlos pensar, escuchar y mirar más profundamente. Les estaba advirtiendo: “¡Cuidado!” Cuidado con esta levadura. Es una advertencia de amor para ayudarlos a ver y comprender un peligro muy real.
Todo el que hornea pan conoce el efecto de un poco de levadura (como la levadura) en la masa. Agregue solo un poco y afecta a todo el pan. Si un niño está ayudando a hornear, este niño puede regresar varias veces, viendo cómo la masa sube poco a poco. Puede convertirse en algo fascinante de ver. Y todo resultó de esta pequeña levadura.
Entonces, ¿qué es esta levadura de los fariseos y Herodes? Son las malas palabras, las malas intenciones y los errores que difunden. Para los fariseos, puede ser que sea solo un pequeño concepto erróneo o una tergiversación de lo que Jesús dijo o hizo. Pueden torcer Sus palabras o simplemente dar opiniones no verbales a otros. Esto es contagioso y tiene el potencial de afectar a todos. Poco a poco, sus pequeñas semillas de duda y disidencia pasan factura a los demás.
Es posible que tiendamos a pensar en todas “esas” personas que conocemos que hacen esto. Pero perderíamos una importante oportunidad de crecimiento si no nos miramos primero a nosotros mismos. ¿Hago esto a veces? ¿Digo cosas que inducen a error de forma pequeña o sutil? ¿O engaño a los demás con mis actitudes negativas no verbales? ¿Soy una “persona negativa” a veces?
No es necesario que nos sintamos culpables o nos deprimamos si nos sentimos culpables. Más bien, debemos mirar esta pequeña lección de Jesús para darnos cuenta del gran poder de nuestras palabras. La más pequeña de las palabras puede hacer mucho daño con el tiempo.
Pero eso no es todo en lo que debemos centrarnos. Es igualmente importante darse cuenta de que las pequeñas palabras de amor que decimos también tienen el potencial de marcar una gran diferencia con el tiempo. Tal vez sea solo esa pequeña sonrisa que damos o una acción amable que creemos que pasa desapercibida. Estas pequeñas acciones y palabras son la levadura del Evangelio. Marcan la diferencia y también pueden volverse contagiosos.
Reflexiona, hoy, sobre las pequeñas cosas de la vida. Sepa que estos pequeños pecados y pequeños actos de amor hacen una gran diferencia al final.
Mi Señor atento, ayúdame a ser honesto y ver qué tipo de levadura siembro todos los días. Ayúdame a ser limpiado de lo malo y lleno de lo bueno. Que me inspires a ser esa buena levadura en todas las muchas interacciones diarias que tengo. Jesús, en Ti confío.
¡Mi vida católica!
¿Cuál es tu levadura?
15 de febrero de 2022
Martes de la VI semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy
Jesús les ordenó: “Cuidado, guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Marcos 8:15
¿Qué es esta “levadura” de la que habla Jesús? Después de dar esta advertencia a sus discípulos, Jesús les da una explicación de lo que quiere decir y lo que no quiere decir. Pero incluso la explicación parece estar por encima de sus cabezas. Así que concluye diciendo: "¿Aún no entiendes?" Hasta el día de hoy, Jesús sigue haciéndonos esta pregunta a cada uno de nosotros.
Este era ciertamente Jesús tratando de hacerlos pensar, escuchar y mirar más profundamente. Les estaba advirtiendo: “¡Cuidado!” Cuidado con esta levadura. Es una advertencia de amor para ayudarlos a ver y comprender un peligro muy real.
Todo el que hornea pan conoce el efecto de un poco de levadura (como la levadura) en la masa. Agregue solo un poco y afecta a todo el pan. Si un niño está ayudando a hornear, este niño puede regresar varias veces, viendo cómo la masa sube poco a poco. Puede convertirse en algo fascinante de ver. Y todo resultó de esta pequeña levadura.
Entonces, ¿qué es esta levadura de los fariseos y Herodes? Son las malas palabras, las malas intenciones y los errores que difunden. Para los fariseos, puede ser que sea solo un pequeño concepto erróneo o una tergiversación de lo que Jesús dijo o hizo. Pueden torcer Sus palabras o simplemente dar opiniones no verbales a otros. Esto es contagioso y tiene el potencial de afectar a todos. Poco a poco, sus pequeñas semillas de duda y disidencia pasan factura a los demás.
Es posible que tiendamos a pensar en todas “esas” personas que conocemos que hacen esto. Pero perderíamos una importante oportunidad de crecimiento si no nos miramos primero a nosotros mismos. ¿Hago esto a veces? ¿Digo cosas que inducen a error de forma pequeña o sutil? ¿O engaño a los demás con mis actitudes negativas no verbales? ¿Soy una “persona negativa” a veces?
No es necesario que nos sintamos culpables o nos deprimamos si nos sentimos culpables. Más bien, debemos mirar esta pequeña lección de Jesús para darnos cuenta del gran poder de nuestras palabras. La más pequeña de las palabras puede hacer mucho daño con el tiempo.
Pero eso no es todo en lo que debemos centrarnos. Es igualmente importante darse cuenta de que las pequeñas palabras de amor que decimos también tienen el potencial de marcar una gran diferencia con el tiempo. Tal vez sea solo esa pequeña sonrisa que damos o una acción amable que creemos que pasa desapercibida. Estas pequeñas acciones y palabras son la levadura del Evangelio. Marcan la diferencia y también pueden volverse contagiosos.
Reflexiona, hoy, sobre las pequeñas cosas de la vida. Sepa que estos pequeños pecados y pequeños actos de amor hacen una gran diferencia al final.
Mi Señor atento, ayúdame a ser honesto y ver qué tipo de levadura siembro todos los días. Ayúdame a ser limpiado de lo malo y lleno de lo bueno. Que me inspires a ser esa buena levadura en todas las muchas interacciones diarias que tengo. Jesús, en Ti confío.
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