Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 40: Entrar en el Corazón de Nuestro Señor
Una mota de polvo o un grano de arena son algo insignificantes en la mayoría de las circunstancias. Nadie nota una mota o un grano en el jardín o incluso en el piso de una casa. Pero si alguno entrara en el ojo, este grano o mota se notaría de inmediato. ¿Por qué? Por la sensibilidad del ojo. Así es con el Corazón de nuestro Señor. Él nota el más pequeño de nuestros pecados. Muchas veces fallamos en ver incluso nuestros pecados más graves, pero nuestro Señor ve todas las cosas. Si deseamos entrar en Su Corazón de Divina Misericordia, debemos permitir que los rayos de Su Misericordia brillen sobre la más pequeña mota de pecado en nuestras almas. Lo hará con delicadeza y amor, pero nos ayudará a ver y experimentar los efectos de nuestro pecado, incluso los más pequeños, si dejamos entrar Su Misericordia (Ver Diario #71).
Mira dentro de tu alma hoy y pregúntate qué tan consciente eres del pecado más pequeño. ¿Dejas que Su Misericordia brille en tu interior, iluminando todo lo que hay allí? Será un descubrimiento gozoso cuando dejes que Jesús te revele lo que Él ve tan claramente.
Señor, oro para que Tu Divina Misericordia llene mi alma de tal manera que pueda ver todo lo que hay dentro de mí como Tú lo ves. Gracias por Tu Corazón tierno y compasivo y por estar atento al más mínimo detalle de mi vida. Gracias por estar atento hasta al más pequeño de los pecados que necesito vencer. Jesús, en Ti confío.
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Reflexión 40: Entrar en el Corazón de Nuestro Señor
Una mota de polvo o un grano de arena son algo insignificantes en la mayoría de las circunstancias. Nadie nota una mota o un grano en el jardín o incluso en el piso de una casa. Pero si alguno entrara en el ojo, este grano o mota se notaría de inmediato. ¿Por qué? Por la sensibilidad del ojo. Así es con el Corazón de nuestro Señor. Él nota el más pequeño de nuestros pecados. Muchas veces fallamos en ver incluso nuestros pecados más graves, pero nuestro Señor ve todas las cosas. Si deseamos entrar en Su Corazón de Divina Misericordia, debemos permitir que los rayos de Su Misericordia brillen sobre la más pequeña mota de pecado en nuestras almas. Lo hará con delicadeza y amor, pero nos ayudará a ver y experimentar los efectos de nuestro pecado, incluso los más pequeños, si dejamos entrar Su Misericordia (Ver Diario #71).
Mira dentro de tu alma hoy y pregúntate qué tan consciente eres del pecado más pequeño. ¿Dejas que Su Misericordia brille en tu interior, iluminando todo lo que hay allí? Será un descubrimiento gozoso cuando dejes que Jesús te revele lo que Él ve tan claramente.
Señor, oro para que Tu Divina Misericordia llene mi alma de tal manera que pueda ver todo lo que hay dentro de mí como Tú lo ves. Gracias por Tu Corazón tierno y compasivo y por estar atento al más mínimo detalle de mi vida. Gracias por estar atento hasta al más pequeño de los pecados que necesito vencer. Jesús, en Ti confío.
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