miércoles, 23 de febrero de 2022

Regocijarse en las buenas obras de los demás 23 de febrero de 2022 Miércoles de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario.

 



Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

Regocijarse en las buenas obras de los demás
23 de febrero de 2022
Miércoles de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas para hoy

San Policarpo, obispo y mártir—Memoria

Juan le dijo a Jesús: “Maestro, vimos a alguien expulsar demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no nos sigue”. Jesús respondió: “No se lo impidáis. No hay nadie que realice un acto poderoso en mi nombre que pueda al mismo tiempo hablar mal de mí”. Marcos 9:38-39

Este pasaje nos ofrece una lección de celos o lo que podemos llamar “exclusivismo”. Juan y los otros Apóstoles ven a alguien con quien no estaban familiarizados, haciendo la muy buena obra de expulsar a un demonio en el nombre de Jesús. Es una imagen algo extraña de imaginar. John ve este buen acto y trata de interferir pidiéndole a la persona que se detenga. Luego va y le cuenta a Jesús sobre este hombre, esperando que Jesús intervenga. Pero Jesús hace lo contrario.

En cierto modo, esta historia es similar a la de un niño que delata a un hermano. Digamos que un hermano hace algo que está permitido por los padres, pero otro hermano está celoso de ello. El resultado es que el hermano celoso chismea por una razón tonta.

El “exclusivismo” se puede definir como una tendencia a pensar que algo es bueno solo cuando lo hago. Es una forma de codicia espiritual en la que nos cuesta regocijarnos y apoyar las buenas obras de los demás. Esta es una lucha peligrosa pero demasiado común para muchos.

El ideal, en nuestra vida cristiana, es buscar las obras de Dios en todas partes y dentro de cada uno. Debemos desear tan profundamente que se construya el Reino de Dios que nos regocijemos cada vez que presenciamos tal actividad. Si, por otro lado, nos encontramos celosos de otro por el bien que hace, o si nos encontramos tratando de encontrar fallas en lo que está haciendo, entonces debemos ser conscientes de esta tendencia y reclamarla como nuestro pecado. no de ellos

Reflexiona hoy sobre tu propia reacción hacia la bondad de los demás. ¿Eres capaz de regocijarte en esa bondad? ¿O te deja con ciertos celos o envidia? Si es lo último, entonces comprométase con la meta de liberarse de estas tentaciones. Nuestro divino Señor desea que participéis de sus buenas obras. Debes buscar tener ese mismo deseo.

Mi Señor liberador, cuando estoy celoso de los demás, especialmente cuando estoy celoso de sus buenas obras, ayúdame a ver esto como mi pecado. En cambio, ayúdame a buscar las muchas maneras maravillosas en que Tú estás obrando en nuestro mundo, y ayúdame a regocijarme en todo lo que haces a través de los demás. Jesús, en Ti confío.


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