Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina
Reflexión 143: Confianza, confianza y más confianza
Cada reflexión de este libro termina con una oración y cada oración termina con la oración: "Jesús, confío en ti". ¿Pero tu? La confianza no es solo un acto de una sola vez. No es algo que hacemos o no hacemos. Es algo que debemos hacer en un nivel cada vez más profundo. No hay límite para las profundidades de la confianza a la que estamos llamados. Cuanto más profunda sea su confianza, más se sentirá atraído el Corazón de nuestro Divino Señor para derramar Su Misericordia. Un aspecto esencial de crecer en confianza es ver nuestra miseria y pecado. Cuando vemos nuestro pecado sin confiar en la Misericordia de Dios, nos sentimos desesperados. Pero cuando vemos el horror de nuestro pecado y confiamos en Su Misericordia en la misma medida, Él entra y transforma nuestras almas en Su morada santa y pura de amor (Ver Diario # 718).
¿Confías en Dios y en su abundancia de misericordia? Si lo hace, también se dará cuenta de su pecado en gran medida. ¿Ves tu pecado? ¿Eres consciente de tu miserable condición? Si es así, no te desesperes; más bien, véalo como una oportunidad agraciada para confiar aún más en Dios y en Su perfecto amor por usted.
Señor, confío en ti, pero no confío en ti lo suficiente. Ayúdame, primero, a ser consciente de mi miseria y pecado. Pero al ver esta condición miserable, ayúdame a recurrir a Ti en lugar de desesperarme. Que mi confianza nunca termine y que se haga cada vez más profunda para que Tu Corazón se abra y derrames Tu gracia sobre mí. Jesús, confío en ti. Jesús, confío en ti. Jesús, confío en ti.
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