lunes, 24 de octubre de 2022

MISAL DIARIO PALABRA DE DIOS. LECTURAS DEL MARTES XXX DEL T. ORDINARIO 25 DE OCTUBRE (VERDE)

 ¿Con qué podré comparar al Reino de Dios?






ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 6, 3-4

Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, porque mis huesos se quiebran y la enfermedad me aflige.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, salvación perpetua de los que creen en ti, escucha nuestra oración por tus siervos, enfermos, para quienes imploramos el auxilio de tu misericordia, a fin de, recuperada la salud, puedan ofrecerte su acción de gracias en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5, 21-33

Hermanos: Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo: que las mujeres respeten a sus maridos, como si se tratara del Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y salvador de la Iglesia, que es su cuerpo. Por lo tanto, así como la Iglesia es dócil a Cristo, así también las mujeres sean dóciles a sus maridos en todo.

Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada.
Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. En una palabra, que cada uno de ustedes ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.


Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.



Del salmo 127


R/. Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.

Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R/.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida". R/.



ACLAMACIÓN  Cfr. Mt 11, 25








R/. Aleluya, aleluya.



Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.

Creció la semilla y se convirtió en un arbusto.

Del santo Evangelio según san Lucas: 13, 18-21

En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas".

Y dijo de nuevo: "¿Con qué podré comparar al Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, cuya providencia dirige cada momento de nuestra vida, recibe las súplicas y las ofrendas con que imploramos tu misericordia en favor de nuestros enfermos, para que la preocupación de ahora por su enfermedad se nos convierta pronto en gozo por su salud. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNION COI 1, 24

Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, auxilio inefable en la enfermedad, ayuda con tu poder a estos hijos tuyos enfermos, para que, aliviados por tu misericordia, vuelvan a ocupar su lugar en la asamblea de tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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