jueves, 11 de agosto de 2022

¡Siervo malvado! 11 de agosto de 2022 Jueves de la XIX semana del Tiempo ordinario

 




Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

¡Siervo malvado!
11 de agosto de 2022
Jueves de la XIX semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy

Santa Clara, Virgen—Memoria

“¡Siervo malvado! Te perdoné toda tu deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tener piedad de tu consiervo, como yo tuve piedad de ti? Entonces, enojado, su amo lo entregó a los torturadores hasta que pagara toda la deuda. Así hará con vosotros mi Padre celestial, si cada uno de vosotros no perdonare de corazón a su hermano.” Mateo 18:32-35

¡Eso definitivamente NO es lo que quieres que Jesús te diga y te haga! ¡Qué aterrador es oírle decir: “¡Siervo malvado!” Y luego hacer que Él te entregue a los torturadores hasta que pagues todo lo que debes por tus pecados.

Bueno, la buena noticia es que Jesús anhela profundamente evitar una confrontación tan terrible. Él no tiene ningún deseo de responsabilizar a ninguno de nosotros por la fealdad de nuestros pecados. Su ardiente deseo es perdonarnos, derramar misericordia y borrar la deuda.

El peligro es que hay al menos una cosa que le impedirá ofrecernos este acto de misericordia. Es nuestra obstinación en no perdonar a quienes nos han agraviado. Este es un requisito serio de Dios sobre nosotros y uno que no debemos tomar a la ligera. Jesús contó esta historia por una razón y la razón fue que lo decía en serio. A menudo podemos pensar en Jesús como una persona muy pasiva y amable que siempre sonríe y mira hacia otro lado cuando pecamos. ¡Pero no olvides esta parábola! No olvides que Jesús se toma en serio la obstinada negativa a ofrecer misericordia y perdón a los demás.

¿Por qué es tan fuerte en este requisito? Porque no puedes recibir lo que no estás dispuesto a dar. Quizás eso no tenga sentido al principio, pero es un hecho muy real de la vida espiritual. Si quieres misericordia, debes regalarla. Si quieres perdón, debes ofrecer perdón. Pero si quieres un juicio severo y una condenación, entonces sigue adelante y ofrece un juicio severo y una condenación. Jesús responderá a ese acto con amabilidad y severidad.

Reflexiona, hoy, sobre esas palabras poderosamente penetrantes de Jesús. “¡Siervo malvado!” Aunque pueden no ser las palabras más “inspiradoras” para reflexionar, pueden ser algunas de las palabras más útiles para reflexionar. Todos necesitamos escucharlos a veces porque necesitamos estar convencidos de la gravedad de nuestra obstinación, juicio y dureza hacia los demás. Si esa es tu lucha, arrepiéntete de esta tendencia hoy y deja que Jesús levante esa pesada carga.

Señor, me arrepiento de la dureza de mi corazón. Me arrepiento de mi dureza y de mi falta de perdón. Por tu compasión, perdóname y llena mi corazón con tu misericordia hacia los demás. Jesús, en Ti confío


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