viernes, 19 de agosto de 2022

Reflexión 231: Atar las manos del castigo

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina

Reflexión 231: Atar las manos del castigo

Si fueras un delincuente, encarcelado por algún delito, lo más probable es que veas la vida desde una perspectiva muy diferente a la de los demás. Todos los días desearíais que se os quitara vuestro castigo y que se os restableciese vuestro estado de libertad. Sin embargo, la sociedad secular rara vez ofrece un acto de misericordia de este tipo. En cambio, la dureza y el juicio es la norma. Pero Dios es muy diferente. Dios es perfectamente consciente de todo lo que has hecho en violación de Su ley. Él ve hasta el más mínimo pecado. Y al final, Él administrará Su estricta justicia sobre todos aquellos que no han sido bañados en la justicia de Su Misericordia. Así que báñate en Misericordia ahora y ayuda a otros a hacer lo mismo. Dios ofrece esta Misericordia de diversas maneras. Una forma específica en que Dios ofrece la Misericordia que aplaca Su juicio es a través de tu corazón. Al ofrecer diariamente su corazón a nuestro Señor y al ofrecerlo diariamente por los demás, el juicio de Dios se transforma. Él ve tu santo corazón, entra en él y luego te permite ofrecerlo para la santificación de los demás. Así podréis ganar muchas almas para Dios por su perfecta justicia de Misericordia (cf.Diario #1193).

Cuando miras a los demás, ¿qué ves? ¿Ves a un pecador que merece el castigo por sus pecados? Si es así, ten cuidado porque así es como Dios te verá a su vez. Esfuérzate por ver los pecados de los demás como oportunidades para orar por ellos y como oportunidades para convertirte en un instrumento de la Misericordia de Dios. Dios invita a tu participación en este acto de expiación y no retiene nada cuando te comprometes con este acto de amor.

Señor, transforma la forma en que veo a los demás, especialmente al pecador. Ayúdame a retener mi propio juicio y, a su vez, a ofrecer mi corazón lleno de amor como un acto de Tu Divina Misericordia. Limpia todas las almas, amado Señor, y perdona todos los pecados a causa de mi amor por Ti. Jesús, en Ti confío.



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