viernes, 5 de agosto de 2022

¿Qué tan lejos llegarás? 5 de agosto de 2022 Viernes de la decimoctava semana del tiempo ordinario

 



Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

¿Qué tan lejos llegarás?
5 de agosto de 2022
Viernes de la decimoctava semana del tiempo ordinario
Lecturas para hoy

Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor—Memorial opcional

“El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. Mateo 16:24

Hay una palabra muy importante en esta declaración de Jesús. Es la palabra "debe". Tenga en cuenta que Jesús no dijo que algunos de ustedes tendrán que seguirme cargando su cruz. No, Él dijo que quien quiera seguirme debe ...

Así que la primera pregunta debería ser fácil de responder. ¿Quieres seguir a Jesús? En nuestras cabezas, esa es una pregunta fácil. Sí, por supuesto que lo hacemos. Pero esta no es una pregunta que podamos responder solo con la cabeza. También debe ser respondida por nuestra elección de hacer lo que Jesús dijo que era una necesidad. Es decir, querer seguir a Jesús significa negarse a sí mismo y tomar su cruz. Hmmm, entonces, ¿quieres seguirlo?

Con suerte, la respuesta es "Sí". Con suerte, resolvimos profundamente abrazar todo lo que implica seguir a Jesús. Pero ese no es un compromiso pequeño. A veces caemos en la tonta trampa de pensar que podemos “un poco” seguirlo aquí y ahora y que todo estará bien y que ciertamente iremos al Cielo cuando muramos. Tal vez eso sea cierto hasta cierto punto, pero si ese es nuestro pensamiento, entonces nos estamos perdiendo de lo que se trata la vida y todo lo que Dios tiene reservado para nosotros.

Negarse a sí mismo y tomar su cruz es en realidad una vida mucho más gloriosa que la que podríamos tener por nuestra cuenta. Es una vida bendecida de gracia y el único camino hacia la máxima realización en la vida. Nada podría ser mejor que entrar completamente en una vida de sacrificio total, muriendo a nosotros mismos.

Reflexiona, hoy, sobre si estás o no dispuesto a decir “Sí” a esta pregunta no solo con la cabeza, sino también con toda tu vida. ¿Estás dispuesto a abrazar la vida de sacrificio a la que Jesús te está llamando? ¿Cómo se ve eso en tu vida? Di “Sí”, hoy, mañana y todos los días a través de tus acciones y verás que suceden cosas gloriosas en tu vida.

Mi glorioso Señor, deseo seguirte y elijo, hoy, negar todo mi egoísmo. Elijo llevar la cruz de la vida desinteresada a la que estoy llamado. Que abrace mi cruz con alegría y sea transformado por Ti a través de esa elección. Jesús, en Ti confío.



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