Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!
Respondiendo al llamado al arrepentimiento
9 de marzo de 2022
Miércoles de la Primera Semana de Cuaresma
Lecturas para Hoy
Santa Francisca de Roma, Religiosa—Memoria facultativa
“En el juicio los hombres de Nínive se levantarán con esta generación y la condenarán, porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y hay algo más grande que Jonás aquí”. Lucas 11:32
Qué manera tan interesante para Jesús de llamar a la gente al arrepentimiento. En pocas palabras, la gente de Nínive se arrepintió cuando Jonás les predicó. Sin embargo, la gente en el tiempo de Jesús no lo hizo. El resultado es que, al final de los tiempos, al pueblo de Nínive se le dará la responsabilidad de condenar a los que no escucharon a Jesús.
Lo primero que debemos sacar de esto es que la condenación por negarse a arrepentirse de los pecados es real y seria. Jesús está hablando de condenación eterna para las personas que no escuchan Su predicación. Como resultado de esta fuerte enseñanza de Jesús, debemos mirar con sinceridad nuestra propia voluntad de arrepentirnos, o la falta de ella.
En segundo lugar, es importante señalar que las personas a las que Jesús reprendió fueron mucho más bendecidas con el mensaje profético que las personas de la época de Jonás. Recuerda que Jonás fue un hombre que, al principio, huía de Dios y de su misión. No quería ir a Nínive y solo lo hizo después de que lo trajeron allí en el vientre de una ballena en contra de su voluntad. Es difícil imaginar que Jonás hubiera predicado posteriormente con un celo de todo corazón. Pero, no obstante, su predicación fue eficaz.
La gente de la época de Jesús fue bendecida al escuchar las palabras reales del Salvador del mundo. ¡Pero nosotros también! Tenemos los Evangelios, las enseñanzas de la Iglesia, el testimonio de los grandes santos, el pastoreo del Santo Padre, los Sacramentos y mucho más. Tenemos innumerables métodos para obtener el mensaje del Evangelio en nuestra era tecnológica y, sin embargo, podemos fallar fácilmente en prestar atención al mensaje de Cristo.
Reflexiona, hoy, sobre tu propia respuesta voluntaria a las palabras de Jesús. Él nos habla de manera poderosa y, sin embargo, a menudo no escuchamos. Nuestro fracaso en escuchar lleva a un fracaso del arrepentimiento completo de nuestros pecados. Si eres tú, reflexiona también sobre las palabras de severa condenación que aguardan a los obstinados. Esta realización debe llenarnos de un temor santo y motivarnos a escuchar la predicación de nuestro Señor.
Salvador del Mundo, sé que me hablas de innumerables maneras. Tú predicas a través de Tus Escrituras, Tu Iglesia y en mi vida de oración. Ayúdame a escuchar tu voz y aceptar todo lo que dices con perfecta obediencia y sumisión. Te amo, mi amado Señor, y me arrepiento de mi pecado. Jesús, en Ti confío.
¡Mi vida católica!
Respondiendo al llamado al arrepentimiento
9 de marzo de 2022
Miércoles de la Primera Semana de Cuaresma
Lecturas para Hoy
Santa Francisca de Roma, Religiosa—Memoria facultativa
“En el juicio los hombres de Nínive se levantarán con esta generación y la condenarán, porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y hay algo más grande que Jonás aquí”. Lucas 11:32
Qué manera tan interesante para Jesús de llamar a la gente al arrepentimiento. En pocas palabras, la gente de Nínive se arrepintió cuando Jonás les predicó. Sin embargo, la gente en el tiempo de Jesús no lo hizo. El resultado es que, al final de los tiempos, al pueblo de Nínive se le dará la responsabilidad de condenar a los que no escucharon a Jesús.
Lo primero que debemos sacar de esto es que la condenación por negarse a arrepentirse de los pecados es real y seria. Jesús está hablando de condenación eterna para las personas que no escuchan Su predicación. Como resultado de esta fuerte enseñanza de Jesús, debemos mirar con sinceridad nuestra propia voluntad de arrepentirnos, o la falta de ella.
En segundo lugar, es importante señalar que las personas a las que Jesús reprendió fueron mucho más bendecidas con el mensaje profético que las personas de la época de Jonás. Recuerda que Jonás fue un hombre que, al principio, huía de Dios y de su misión. No quería ir a Nínive y solo lo hizo después de que lo trajeron allí en el vientre de una ballena en contra de su voluntad. Es difícil imaginar que Jonás hubiera predicado posteriormente con un celo de todo corazón. Pero, no obstante, su predicación fue eficaz.
La gente de la época de Jesús fue bendecida al escuchar las palabras reales del Salvador del mundo. ¡Pero nosotros también! Tenemos los Evangelios, las enseñanzas de la Iglesia, el testimonio de los grandes santos, el pastoreo del Santo Padre, los Sacramentos y mucho más. Tenemos innumerables métodos para obtener el mensaje del Evangelio en nuestra era tecnológica y, sin embargo, podemos fallar fácilmente en prestar atención al mensaje de Cristo.
Reflexiona, hoy, sobre tu propia respuesta voluntaria a las palabras de Jesús. Él nos habla de manera poderosa y, sin embargo, a menudo no escuchamos. Nuestro fracaso en escuchar lleva a un fracaso del arrepentimiento completo de nuestros pecados. Si eres tú, reflexiona también sobre las palabras de severa condenación que aguardan a los obstinados. Esta realización debe llenarnos de un temor santo y motivarnos a escuchar la predicación de nuestro Señor.
Salvador del Mundo, sé que me hablas de innumerables maneras. Tú predicas a través de Tus Escrituras, Tu Iglesia y en mi vida de oración. Ayúdame a escuchar tu voz y aceptar todo lo que dices con perfecta obediencia y sumisión. Te amo, mi amado Señor, y me arrepiento de mi pecado. Jesús, en Ti confío.
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