Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 65: Jesús mi Maestro
¿Te sientes cómodo llamando a Jesús tu Maestro? Algunos pueden preferir llamarlo “amigo” o “pastor”. Y estos títulos son ciertos. Pero, ¿y el Maestro? Idealmente, todos vendremos a entregarnos a nuestro Señor como el Dueño de nuestras vidas. No solo debemos convertirnos en sirvientes, debemos convertirnos en esclavos. esclavos de Cristo. Si eso no le parece bien, simplemente reflexione sobre qué clase de Maestro sería nuestro Señor. Él sería un Maestro que nos dirige con perfectos mandatos de amor. Siendo Él un Dios de amor perfecto, no debemos tener miedo de abandonarnos en Sus manos de esta manera santa y sumisa (Ver Diario #228).
Reflexiona hoy sobre el gozo de estar totalmente entregado a Cristo y estar completamente bajo su dirección. Medita cada palabra que dices y cada acción que haces siendo vivida en obediencia a Su plan perfecto. No solo debemos estar completamente libres de cualquier temor a tal Maestro, sino que debemos correr hacia Él y buscar vivir en perfecta obediencia.
Señor, Tú eres el Dueño de mi vida. Te entrego mi vida en una santa esclavitud de amor. En esta santa esclavitud, te agradezco por liberarme para vivir y amar como Tú deseas. Te agradezco que me mandes según tu perfectísima Voluntad. Jesús, en Ti confío.
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 65: Jesús mi Maestro
¿Te sientes cómodo llamando a Jesús tu Maestro? Algunos pueden preferir llamarlo “amigo” o “pastor”. Y estos títulos son ciertos. Pero, ¿y el Maestro? Idealmente, todos vendremos a entregarnos a nuestro Señor como el Dueño de nuestras vidas. No solo debemos convertirnos en sirvientes, debemos convertirnos en esclavos. esclavos de Cristo. Si eso no le parece bien, simplemente reflexione sobre qué clase de Maestro sería nuestro Señor. Él sería un Maestro que nos dirige con perfectos mandatos de amor. Siendo Él un Dios de amor perfecto, no debemos tener miedo de abandonarnos en Sus manos de esta manera santa y sumisa (Ver Diario #228).
Reflexiona hoy sobre el gozo de estar totalmente entregado a Cristo y estar completamente bajo su dirección. Medita cada palabra que dices y cada acción que haces siendo vivida en obediencia a Su plan perfecto. No solo debemos estar completamente libres de cualquier temor a tal Maestro, sino que debemos correr hacia Él y buscar vivir en perfecta obediencia.
Señor, Tú eres el Dueño de mi vida. Te entrego mi vida en una santa esclavitud de amor. En esta santa esclavitud, te agradezco por liberarme para vivir y amar como Tú deseas. Te agradezco que me mandes según tu perfectísima Voluntad. Jesús, en Ti confío.
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