jueves, 24 de marzo de 2022

Eucaristia

 



LA PRESENCIA REAL de 

Jesús  en la Santa Eucaristía

Tomado de: http://ec.aciprensa.com



De acuerdo con las enseñanzas de la teología, un hecho revelado sólo puede ser probado recurriendo a las fuentes de la fe, es decir, la Escritura y la Tradición, a las cuales también se encuentra unido el infalible Magisterio de la Iglesia.

Pruebas de las Escrituras

Las pruebas en las Escrituras pueden ser extraídas tanto de las palabras de la promesa (Jn. 6,26 ss.) y, especialmente, de las palabras de la Institución tal y como quedaron registradas en los Sinópticos y en San Pablo (1 Cor. 11,23 ss.).

Las palabras de la promesa (Juan 6)
Mediante los milagros de los panes y los peces y la caminata sobre las aguas el día anterior, Cristo no sólo preparó a sus oyentes para el sublime discurso que contenía la promesa de la Eucaristía, sino que también les probó que Él poseía como hombre-Dios Todopoderoso, un poder superior a e independiente de las leyes de la naturaleza y podía, por lo tanto, proveer tal alimento sobrenatural, que no era otra cosa, sino su propia Carne y Sangre. Este discurso fue pronunciado en Cafarnaúm (Jn. 6,26-71), y está dividido en dos partes distintas, acerca de cuya relación los exegetas católicos tienen varias opiniones. Nada nos impide interpretar la primera parte (Jn. 6,26-51) metafóricamente y entender por “pan del cielo” a Cristo mismo como el objeto de fe, para ser recibido en sentido figurado como alimento espiritual mediante la boca de la fe. Sin embargo, tal explicación figurada de la segunda parte del discurso (Jn. 6,52-71) no sólo sería inusual, sino absolutamente imposible, como ya reconocen inclusive algunos exegetas protestantes (Delitzsch, Kostlin, Keil, Kahnis y otros).

Primero que nada, toda la estructura del discurso de la promesa exige una interpretación literal de las palabras: “coman la carne del Hijo del Hombre y beban su Sangre.” Así pues, Cristo menciona un trío de alimentos en su discurso, el maná del pasado (Jn. 6,31.32.49.58), el pan celestial del presente (Jn. 6,32 ss), y el Pan de Vida del futuro (Jn. 6,27.51). Correspondiente a los tres tipos de comida y a los tres períodos, hay otros tantos dispensadores: Moisés que les dio el maná, el Padre nutriendo la fe del hombre en el Hijo de Dios hecho carne, finalmente, Cristo dando su propia Carne y Sangre. A pesar de que el maná, como tipo de la Eucaristía, era ciertamente comido con la boca, no podía, por ser un alimento transitorio, proteger de la muerte. El segundo alimento, ofrecido por el Padre Eterno, es el pan del cielo, el cual Él dispensa hic et nunc a los judíos para su nutrición espiritual, considerando que por razón de la Encarnación les presenta a su Hijo como objeto de su fe. Sin embargo, si el tercer tipo de alimento, el cual el mismo Cristo prometió dar en un tiempo futuro, es una nueva refacción, que difiere del anteriormente llamado alimento de la fe, no puede ser otro que su propio Cuerpo y Sangre, para ser realmente comido y bebido en la Sagrada Comunión. Esta es la razón por la cual Cristo estaba tan listo para usar la expresión realista “masticar” (Jn. 6,54.56.58: trogein) cuando hablaba de esto, su Pan de Vida, en adición a la frase “comer” (Jn. 6,51.53: phagein). El cardenal Belarmino (De Euchar. I,3), además, resalta correctamente el hecho de que si en la mente de Cristo, el maná era una prefiguración de la Eucaristía, ésta debía ser más que mero pan bendito, pues de otro modo, el prototipo no superaría substancialmente al tipo. Lo mismo se aplica a otras figuras de la Eucaristía, como el pan y el vino ofrecidos por Melquisedec, los panes de proposición (panes propositionis), el cordero pascual.

La imposibilidad de interpretación figurativa es probada de modo concluyente y más fuertemente por un análisis del siguiente texto: “si no coméis la Carne del Hijo del Hombre, y no bebéis su Sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que coma mi Carne y beba mi Sangre, permanece en mí, y yo en él” (Jn. 6,53-56). Es verdad que incluso entre los semitas, y en la Escritura misma, la frase “comerse a alguien,” tiene un sentido figurativo, es decir, “perseguir, criticar, odiar amargamente a alguien.” Si, entonces, las palabras de Jesús se debieran tomar en sentido figurado, parecería entonces que Cristo les prometía a sus enemigos la vida eterna y una gloriosa resurrección como recompensa por las injurias y persecuciones de que fue víctima. La otra frase, “beber la sangre de alguien,” en la Escritura, especialmente, no tiene ningún significado figurado, excepto aquél de terrible castigo (Is. 49, 26; Ap. 16,6); pero, en este texto, esta interpretación es tan imposible como en la frase “comer la carne de alguien”. Consecuentemente, comer y beber, deben ser entendidas como participación (comer y beber) de Cristo en persona, esto es literalmente.

Esta interpretación concuerda perfectamente con la conducta de sus oyentes y la actitud de Cristo respecto a sus dudas y objeciones. De nuevo, la murmuración de los judíos es la prueba más clara de que ellos entendieron las palabras de Jesús literalmente (Jn. 6,53). Incluso, lejos de repudiar esta interpretación como un craso malentendido, Cristo las repitió en una forma mucho más solemne, en Juan (6,54 ss). En consecuencia, muchos de sus discípulos estaban escandalizados y decían: “Es duro este lenguaje; ¿quién puede escucharlo?” (Jn 6,60); pero en vez de retractarse de lo que había dicho, Cristo más bien los reprochó por su falta de fe, aludiendo a su sublime origen y su futura Ascensión al cielo. Y sin más dificultad, le permitió marcharse a esos discípulos (Jn. 6,62 ss). Finalmente, se volvió a sus doce apóstoles con la pregunta: “¿También vosotros queréis marcharos?” Entonces Pedro se adelantó y con humilde fe replicó: “Señor, ¿dónde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Hijo de Dios.”(Jn. 6,68.69).




Las palabras de la Institución
La Carta Magna de la Iglesia, sin embargo, son las palabras de la Institución, “Esto es mi cuerpo – esta es mi sangre,” a cuyo significado literal se ha mantenido adherida desde los primeros tiempos. La Presencia Real se evidencia positivamente al mostrar la necesidad del sentido literal de estas palabras, y negativamente, refutando las interpretaciones figurativas. Con respecto a lo primero, la mera existencia de cuatro diferentes narraciones de la Última Cena, divididas usualmente en la petrina (Mt. 26, 26ss; Mc. 14, 22ss.) y la doble explicación paulina (Lc. 22, 19ss.; I Cor. 11, 24ss.), favorecen la interpretación literal. A pesar de su sobresaliente unanimidad como observaciones esenciales, la fuente petrina es más simple y clara, mientras que la paulina es más rica en detalles adicionales y más enfocada en citar las palabras que se refieren al cáliz. Es más que natural y justificable esperar que, cuando cuatro narradores diferentes en diferentes países y en diferentes tiempos relacionaran las palabras de la Institución a diferentes círculos de lectores. Pero en ningun lado encontramos la más mínima indicación que de pie a una interpretación figurativa. Si, entonces, la interpretación obvia, literal fuera falsa, el registro en la Escritura debería de considerarse como la causa de una error pernicioso en la fe y del grave crimen de rendir Divino homenaje al pan (artolatría) – una suposición que no queda en armonía con el carácter de los cuatro Escritores Sagrados o con la interpretación del Sagrado Texto.



La Eucaristía: Su Permanencia y Dignidad de ser Adorada



Dado que Lutero arbitrariamente restringió la Presencia Real al momento de la recepción, el Concilio de Trento (Ses. XIII, can. IV) por un canon especial enfatizó el hecho de que después de la Consagración Cristo está realmente presente y, consecuentemente , no se presenta hasta el acto de comer o beber. 

Por el contrario, Él continua Su Presencia Eucarística en las Hostias consagradas y partículas sagradas que permanecen en el altar o el copón después de la recepción de la Sagrada Comunión. En el depósito de la fe la Presencia y Permanencia de la Presencia están tan unidas, que en la mente de la Iglesia ambas continúan como un todo indivisible. Y con razón; puesto que Cristo prometió Su Cuerpo y Sangre como comida y bebida, i.e. como algo permanente (cfr. Jn. 6, 50ss.), así, cuando Él dijo: “Tomen y coman, esto es mi cuerpo,” los apóstoles recibieron de la mano del Señor Su Sagrado Cuerpo, el cual ya estaba objetivamente presente. Esta no-dependencia de la Presencia Real de la recepción real es manifiesta claramente en el caso del Cáliz, cuando Cristo dijo: “Beban todos de él. Pues esto es mi sangre.” Aquí el acto de beber evidentemente no es la causa ni la condición sine qua non para la presencia de la Sangre de Cristo.
Por mucho que le disgustara, incluso Calvino tuvo que reconocer la evidente fuerza del argumento de la tradición (Instit. IV, xvii, sect. 739). No solo defendieron los Padres y entre ellos Crisóstomo con especial vigor, defendieron la permanencia de la Presencia Real, sino que la constante práctica de la Iglesia también estableció la verdad. En los primeros días de la Iglesia los fieles frecuentemente llevaban la Santísima Eucaristía con ellos a sus casas (Cfr. Tertuliano, “Ad uxor.” II, v; Cipriano, “De lapsis”, XXIV) o en largos viajes (Ambrosio, De excessu fratris, I, 43, 46), mientras que los diáconos acostumbraban llevar el Santísimo Sacramento a aquéllos que no asistieran a los oficios divinos (Cfr. Justino, Apol, I, 67), así como a los mártires, los encarcelados y los enfermos (Cfr. Eusebio, Hist. Eccl., VI, xliv). Los diáconos también estaban obligados a transferir las partículas remanentes a recipientes especialmente preparados llamados Pastophoria (Cfr. Constituciones Apostólicas, VIII, xiii). Aún más, ya se acostumbraba en el S. IV celebrar la Misa de los Presantificados (Cfr. Sínodo de Laodicea, can. XLIX), en la cual se recibían las Sagradas Ostias que habían sido consagradas con uno o más días de anticipación. En la Iglesia Latina esta ceremonia ha pasado a ser la Liturgia del Viernes Santo, mientras, que desde el Sínodo Trullano (692), los griegos la celebran durante toda la Cuaresma, excepto los sábados, domingos y en la fiesta de la Anunciación (25 de marzo). Una razón más profunda para la permanencia de la Presencia se encuentra en el hecho de que transcurre algún tiempo entre la Consagración y la Comunión, mientras que en los demás sacramentos tanto la confección como la recepción tienen lugar en el mismo instante. El Bautismo, por ejemplo, dura solo mientras dura la acción bautismal o ablución con agua y es, por lo tanto, un sacramento transitorio. La permanencia de la Presencia, sin embargo, se limita a un intervalo de tiempo cuyo principio es determinado por el instante de la Consagración y el final por la corrupción de las Especies Eucarísticas. Si la Ostia se volviese mohosa o el contenido del Cáliz amargo, Cristo descontinúa su presencia allí.

Lo adorable de la Eucaristía es la consecuencia práctica de su permanencia. De acuerdo con un conocido principio de Cristología, el mismo culto de latría (cultus latriæ) que se le debe al Dios Trino se le debe al Verbo Divino, Cristo el Dios-hombre y, de hecho, debido a la unión hipostática, a la humanidad de Cristo y a sus partes constitutivas individuales, como, e.g., Su Sagrado Corazón. Ahora bien, identicamente, el mismo Señor Jesucristo está verdaderamente presente en la Eucaristía como está presente en el cielo; consecuentemente Él debe ser adorado en el Santísimo Sacramento (cf. Council of Trent, Sess. XIII, can. VI).
En ausencia de prueba espiritual, la Iglesia encuentra una garantía para, de manera adecuada, rendir adoración divina al Santísimo Sacramento en la más antigua y constante tradición, a pesar, por supuesto que debe hacerse una distinción entre el principio dogmático y la disciplina concerniente a la forma externa de adoración. Mientras que incluso en oriente se reconoce el principio inmanente desde los tiempos antiguos, y de hecho, todavía en el Sínodo Cismático de Jerusalén en 1672, el oriente ha demostrado una incansable actividad estableciendo e investigando con más y más solemnidad, homenaje y devoción a la Eucaristía. En la Iglesia primitiva, la adoración del Santísimo Sacramento estaba restringida principalmente a la Misa y la Comunión. Aún en su época Cirilo de Jerusalén insistió con la misma fuerza que Ambrosio y Agustín sobre una actitud de adoración y homenaje durante la Santa Comunión. En occidente la forma fue abierta a una veneración más exaltada del Santísimo Sacramento cuando los fieles fueron aceptados a comulgar incluso fuera del servicio litúrgico. Después de la controversia con los berengarianos, el Santísimo Sacramento fue elevado durante los siglos XI y XII con el propósito expreso de reparar, mediante su adoración las blasfemias de los herejes y, fortalecer la debilitada fe de los católicos. En el siglo XIII se introdujo, para mayor glorificación del Santísimo las “procesiones teofóricas” (circumgestatio) y también la fiesta de Corpus Christi, instituida en el pontificado de Urbano IV a solicitud de Santa Juliana de Liège. En honor a la fiesta, se compusieron sublimes himnos como el “Pange Lingua” de Sto. Tomás de Aquino. En el siglo XIV creció la práctica de la Exposición del Santísimo Sacramento del Altar. La costumbre de la procesión anual de Corpus Christi fue firmemente defendida y recomendada por el Concilio de Trento (Ses. XIII, cap. v). Un nuevo ímpetu inundó a la gente para la adoración de la Eucaristía mediante las visitas al Santísimo Sacramento, introducidas por San Alfonso Ligorio; en los últimos tiempos numerosas órdenes y congregaciones se han dedicado a la Adoración Perpetua y existen miles de congregaciones laicas de la Adoración Nocturna para velar en adoración al Santísimo; la celebración de Congresos Eucarísticos Internacionales (de los cuales el número 48 y primero del nuevo milenio será celebrado en la ciudad de Guadalajara, en México con la presencia de S.S. Juan Pablo II del 10 al 17 de octubre de 2004 con el tema “La Eucaristía, luz y vida del nuevo milenio”) y Congresos Eucarísticos Nacionales han contribuido a mantener viva la fe en Aquél Quien dijo: “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 20). 
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  MILAGRO EUCARÍSTICO DE VEROLI


Italia - 1570

En la Pascua del año 1570, en la iglesia de San Erasmo en Veroli sucedió un Prodigio durante la exposición del SS. Sacramento (que en aquellos tiempos era depositado en un recipiente cilíndrico que, a su vez, se ponía dentro de un cáliz ministerial, cubierto por la patena), en la tradicional Cuarenta horas de adoración.

 La Hostia consagrada, según el rito tradicional, fue depositada en una píside de plata de forma cilíndrica con tapa y cerradura que viene luego colocada en un gran cáliz ministerial, también de plata y cubierto por una patena. El conjunto viene luego envuelto en una elegante tela de seda. Es necesario precisar que en siglo XV, la exposición del Santísimo en la custodia era poco difundida aunque ya en el Concilio de Colonia (1452) se había hablado de este argumento. Era costumbre que cada confraternidad de la ciudad se organizase para hacer una hora de adoración delante del SS. Sacramento expuesto. Así, los miembros de la confraternidad de la Misericordia, que precedían a los del Corpus Domini y a los de la Virgen, vestidos con telas negras, se dispusieron a rezar de rodillas.

Mientras los fieles oraban, el Niño Jesús apareció en la Hostia expuesta y, desde allí, obró numerosas gracias. De esto habla el documento de mayor autoridad, redactado por la Curia inmediatamente luego de los hechos y es conservado en el archivo de la iglesia de San Erasmo. Bastante detallada es la declaración de un cierto Jacobo Meloni, quien fue uno de los primeros testigos del Prodigio: “y así, alzando los ojos hacia el cáliz, vi a los pies de la copa del cáliz una estrella resplandecientísima y sobre ella aparecía el SS. Sacramento del tamaño similar al utilizado en la Misa por el sacerdote; y la estrella estaba pegada al SS. Sacramento (...) La maravilla llegó al cúlmen cuando se vieron, en torno a la Hostia consagrada, unos niños en adoración, parecidos a pequeños ángeles...”.

Aún hoy, el martes después de la Pascua es recordado cada año el Prodigio con una solemne ceremonia en la que participa también el Obispo. El cáliz y la patena donde fue expuesto el SS. Sacramento ha permanecido siempre custodiado entre los relicarios de los santos, así como la píside de plata. Las sagradas especies de la Hostia milagrosa de Veroli, luego de 112 años aproximadamente, fueron consumadas. En 1970, en ocasión del cuarto centenario del Prodigio, se celebró el tercer Congreso Eucarístico de la diócesis de Veroli – Frosinone. Cada primer viernes del mes se realiza la adoración al SS. Sacramento mientras que las otras iglesias permanecen cerradas. Hoy, el cáliz donde fue expuesto el SS. Sacramento se conserva en la iglesia de San Erasmo y es utilizado para la celebración de la Santa Misa una vez al año, el martes después de la Pascua.

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Milagros Eucarísticos:


Milagro eucarístico Cebreiro

Galicia. España - 1300


Diversas fuentes históricas y arqueológicas sostienen que, sobre el altar de la capilla lateral de la iglesia, estaba celebrando la eucaristía un sacerdote benedictino. Pensaba que, en aquel crudo día de invierno, en el que la nieve se amontonaba y el viento era insoportable, nadie vendría a la misa. Pero se equivocaba. Un paisano de Barxamaior, llamado Juan Santín, va al Cebreiro para participar en la Santa Misa. El monje celebrante, de poca fe, menosprecia el sacrificio del campesino. Pero, en el momento de la Consagración, el sacerdote percibe cómo la Hostia se convierte en carne sensible a la vista, y el cáliz en sangre, que hierve y tiñe los corporales. Los corporales con la sangre quedaron en el cáliz y la Hostia en la patena. La noticia del milagro se propagó por todas partes propiciando así una gran devoción a Cristo. A pesar del tiempo, guerras e incendios, el milagro llega a nuestro siglo como signo poderoso de la verdad: Cristo está vivo, resucitado, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en la Eucaristía.

Los protagonistas de la historia, el monje y el campesino, tienen sus mausoleos en la iglesia, cerca del lugar del milagro Eucarístico.

Desde su apogeo en el medioevo, peregrinos de todas partes de Europa toman las rutas que llevan a la tumba del apóstol en Santiago de Compostela. Una de las paradas del camino es la iglesia benedictina de Cebreiro, famosa por el Milagro Eucarístico que allí ocurrió. El gran tesoro de Cebreiro es la Iglesia del milagro Eucarístico.

En 1486 los Reyes católicos, peregrinos a Compostela, se hospedan con los monjes, contemplan el milagro y luego, donan el relicario donde se ha guardado el Milagro hasta el día de hoy.

En los primeros años del siglo XVII, el P. Yepes escribía: "Yo, aunque indigno, he visto y adorado este santo misterio, he visto las dos ampollas, en una de ellas está la sangre, que parece apenas coagulada, roja como la de un cabrito recién sacrificado, he visto también la carne, que es roja y seca".


El Cáliz y la Patena son afamadas piezas románicas del siglo XII. Este cáliz preside el escudo de Galicia. La leyenda del Santo Grial gallego, como se conoce a este cáliz, se ha extendido por toda Europa. Cebreiro y el Milagro han influido en la obra de Wagner.
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Milagro eucarístico de Alcalá

España 1597

           
  
En 1597, un ladrón arrepentido buscó la confesión en la iglesia de los Jesuitas de Alcalá. Declaró que formaba parte de una banda de moros. Vivían refugiados en los montes y se dedicaban a saquear iglesias y robar custodias y objetos sagrados en los pueblos, convirtiéndose así en verdaderos sacrílegos. El arrepentido llevaba consigo algunas Hostias consagradas para devolverlas entre lágrimas al confesor. El sacerdote, conmovido, se dirigió inmediatamente al superior para informar lo sucedido.


Al inicio, se decidió que las Hostias serían consumadas durante una Misa; pero luego, temiendo que las Hostias fueran envenenadas, como ya había sucedido poco tiempo atrás en Murcia y Segovia, se pensó en conservarlas en un cofre de plata y esperar que se descompusieran naturalmente.

Once años después, las veinticuatro Partículas fueron encontradas intactas. El padre Luis de la Palma, hombre de gran virtud, siendo el Provincial, ordenó que las Hostias fuesen trasladadas a un sótano, junto con algunas hostias no consagradas.

 Meses después, las hostias no consagradas se descompusieron por la humedad; en cambio, las que eran consagradas permanecieron íntegras.

Sólo luego de seis años, el padre de la Palma decidió hacer público el Milagro de las Hostias que se habían conservado intactas.

Mientras tanto, se añadieron otros exámenes por parte del catedrático y médico personal del rey, García Carrera; como también las intervenciones de teólogos ilustres que consideraron la integridad de las Hostias como un verdadero Milagro.

En 1619 las autoridades eclesiásticas otorgaron el permiso oficial para su culto. Las Santas Hostias fueron adoradas públicamente por el mismo rey Felipe III, quien en 1620 presidió una solemne procesión, acompañado por toda la familia real.



Las santas Partículas fueron trasladadas a la iglesia mayor en la época en que Carlos III expulsó a los Jesuitas de España.

 En 1936 las Hostias milagrosas fueron prudentemente escondidas por unos sacerdotes, que poco después serían asesinados por los revolucionarios comunistas que incendiaron la iglesia.

Hasta hoy no se ha logrado encontrar el lugar del escondite a pesar de que se han realizado muchas investigaciones en la iglesia como en la cripta.


Un erudito biógrafo de la ciudad, don Anselmo Raymundo Tornero, ha escrito un volumen con la descripción minuciosa de los datos históricos del Milagro.
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MILAGRO EUCARÍSTICO DE SANTAREM, PORTUGAL. Año 1247



Santarem está situada a mitad de camino entre Lisboa y Fátima, 65 km al norte de Lisboa, 60 km al sur de Fátima.  Ciudad natal de Santa Irene y de San Fernando rey de Portugal


El Milagro:

Fecha del milagro:

Varios historiadores del siglo XV afirman haber leído el documento original, hoy desaparecido, en el cual se data el milagro ocurrido el 16 de febrero de 1247. Otros documentos datan el milagro en el año 1266, la fecha registrada en la copia comisionada por el rey Alfonso IV en 1346. La disparidad de fechas puede muy bien deberse al conocido hecho de que la  misma Hostia ha sido causa de innumerables milagros en diferentes años.


El primer milagro:

Entre los años 1225 y 1247, vivía una mujer en Santarem, que era muy infeliz pues estaba convencida de que su esposo le era infiel. Utilizó toda la astucia de la que ella era capaz para atraer a su esposo, pero no tuvo ningún resultado. Desesperada ante su situación, visitó a una hechicera del pueblo, la cual le prometió que su esposo volvería a amarla como antes con la condición de que le llevara como paga una Hostia Consagrada. Esto atemorizó grandemente a la mujer, pues sabía que aquello sería un gran sacrilegio, pero finalmente accedió. Al recibir la Comunión en su iglesia parroquial de San Esteban, no la consumió sino que salió de la iglesia inmediatamente, se sacó la Hostia de la boca y la puso en un nudo de su pañuelo de cabeza.

Por el camino a la casa de la hechicera, la Sagrada Hostia comenzó a sangrar. La mujer no se dio cuenta de lo que ocurría hasta que se lo comunicaron otros transeúntes, pensando que era ella la que sangraba. El pánico estremeció el corazón de la mujer. Se fue a su casa y puso la Hostia, envuelta aun en el pañuelo, en el fondo de un baúl de cedro donde guardaba sus pertenencias. Allí se quedó, con gran temor, todo el día hasta que anocheció.

Cuando su esposo llegó a la casa esa noche, se fueron a dormir. La culpa de su pecado la atormentaba, y también la duda de saber si la Hostia continuaba sangrando.

En la plena oscuridad de aquella habitación, aconteció un gran milagro. Salieron del baúl brillantes rayos, haciendo que la pareja se despertase. Vieron entonces una espectacular visión de ángeles adorando la Hostia sangrante. La mujer no pudo más y confesó el gran pecado a su esposo. Los dos se arrepintieron y pasaron el resto de la noche arrodillados en adoración y reparación ante la Hostia Milagrosa.

Por la mañana informaron al sacerdote de la parroquia, el cual fue a la casa y escuchó la historia relatada por la mujer. El sacerdote devolvió la Hostia a la iglesia de San Esteban en solemne procesión, acompañado por muchos del clero y laicos. La Hostia continuó sangrando por tres días. Finalmente se decidió ponerla (aún sangrando) en un relicario de cera de abeja. Allí permaneció la Sagrada Hostia por mucho tiempo hasta que ocurrió un segundo milagro.


Segundo Milagro:

El sacerdote encerró la Sagrada Hostia en un envase de cera y lo colocó en el tabernáculo. Fue entonces que ocurrió otro milagro. Cuando el sacerdote abrió la puerta del tabernáculo, el envase de cera se había roto en muchos pedazos. En su lugar había un envase de cristal que contenía la sangre de la Hostia mezclada con la cera. Esta se puede aun contemplar junto al relicario mayor que es del 1782.  En la actualidad la Sagrada Hostia se mantiene en un trono Eucarístico del siglo XVIII, sobre el altar mayor. La Iglesia de San Esteban es también conocida como el  Santuario del Santo Milagro.


Los milagros continúan:

A través de los siglos, la Hostia ha emitido nuevamente sangre y en ella se han visto aparecer varias imágenes de Nuestro Señor Jesucristo. Entre los testigos está San Francisco Javier, el apóstol de las Indias, quien visitó el santuario antes de irse en misión y un arzobispo de Lisboa quien llegó hasta romper el cuello de la ampolla de cristal en su afán de detener el flujo de Sangre.



Desde que ocurrió el milagro hasta la actualidad, todos los años, en el Segundo Domingo de abril, El Milagro Eucarístico sale en procesión desde la casa de los esposos donde ocurrió el milagro, en la Vía delle Stuoie, hasta la Iglesia del Milagro.  La casa ha sido capilla desde 1684.

Se han comisionado estudios e investigaciones canónicas, las más destacadas las de 1340 y 1612, las cuales probaron, sin lugar a dudas, la autenticidad y antigüedad del Milagro Eucarístico. El Milagro Eucarístico de Santarem, es considerado el más importante después del de Lanciano.


El Milagro Eucarístico de Santarém solo dejó la ciudad una vez, cuando las tropas de Napoleón invadieron Portugal en 1810. Por temor a que el Milagro fuese profanado en manos de los franceses, se lo llevaron y terminó en Lisboa, en la Iglesia de Pacao.  Más tarde, al no ser devuelto el Milagro a Santarém, los ciudadanos de esa ciudad hicieron una protesta en masa. El Milagro Eucarístico fue regresado a Santarém en gran secreto, para evitar que la resistencia de los capitalinos, a quienes no se avisó del traslado hasta el 2 de diciembre de 1811.


El santuario fue restaurado por D. Antonio Francisco Marques, obispo de Santarem y abrió sus puertas solemnemente el 7 de marzo de 1996.  Hoy cuenta con un pequeño museo tras el altar mayor. El Milagro de Santarem es expuesto cuando los peregrinos lo piden con anticipación. Entonces lo pueden contemplar muy de cerca. La Sangre sigue en estado líquido, 750 años después de que ocurrió el milagro. La antigua Hermandad Real del Sacratísimo Milagro aún existe.

Papas que han concedido Indulgencias Plenarias al Milagro Eucarístico de Santarem:


Papa Pío IV: (1559- 1565), que concedió Indulgencias a los peregrinos que visiten la Iglesia; Papa San Pío V y Papa Pío VI, que confirmaron los privilegios a los peregrinos que visitan la Iglesia; Papa Gregorio XIV (1590-1591), que concedió Indulgencias Plenarias a todos los miembros de la hermandad del Santo Milagro en su día de entrada a la hermandad y en el día de su muerte.

Santos que están, de alguna manera, vinculados con Santarem y el Santo Milagro:

Santa Irene: Santa Irene, patrona de la ciudad, fue su ciudad natal. Es una mártir del año 653. En la Iglesia de Santa Irene se encuentra el Crucifijo Milagroso de Monteiraz. Los documentos cuentan que el Cuerpo de Nuestro Señor tomó vida (como el Cristo de Limpias) se desprendió y abrazó a una niña pastorcita en la época del Milagro Eucarístico. El Crucifijo que es del siglo XII, todavía se puede venerar hoy. Pertenecía a una comunidad de 12 Monjes Benedictinos (Abadía de los 12 apóstoles).

San Esteban: Protomártir, patrón de la Iglesia del Santo Milagro.

Santa Leonor Alfonso: Hija del Rey D. Alfonso, quién se hizo religiosa de la Orden de las Clarisas y está enterrada en el Monasterio de Santarem.

San Francisco Javier: Visitó la mayoría de los santuarios en Portugal. También visitó la Iglesia del Santo Milagro y dio testimonio de las gracias que recibió, las cuales le ayudaron a descubrir su vocación de misionero, antes de ser enviado a la India por el Rey de Portugal. La imagen de San Francisco Javier se venera en la Iglesia del Milagro.

Santa Isabel de Portugal: La Mayoría de lo Reyes de Portugal, desde aquella época, han visitado el Milagro Eucarístico. Pero las más famosas visitas fueron las dos que hizo la Reina Santa Isabel (Isabel de Aragón), en 1295 y en 1322. Su primera visita ocurrió cuando estaba en camino hacia Coimbra y coincidió con la fiesta de Santa Irene. La segunda visita fue para pedir, ante el Milagro Eucarístico, la paz entre su esposo el Rey Dionisio y su hijo, el futuro Alfonso VI, que estaban en guerra. Pidió que la Hostia Milagrosa fuese llevada en procesión por las calles. Ella misma acompañó la procesión, despojada de sus insignias reales, de su corona y joyas. Se cubrió de cenizas, caminando descalza, con una soga alrededor de su cuello. Este acto penitencial de la Reina fue muy agradable al Señor, quien le concedió la gracia de la paz y reconciliación entre su esposo y su hijo.
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Caravaca de la Cruz  (Murcia. España) - Año 1231 :

El territorio caravaqueño había sido conquistado por el sayid almohade de Valencia, Abu-Zeit, que aquí estaba instalado en los años 1230-1231. El Milagro Eucarístico de Caravaca de la Cruz está relacionado con la celebración de una Misa milagrosa, en la que Jesús apareció en el interior de una Hostia y por medio de un crucifijo. Gracias a ello, el musulmán de Murcia y su familia se convirtieron al catolicismo.


Entre los muchos documentos que testimonian el Milagro, el de mayor autoridad es el testimonio de la época del padre Gilles de Zamora, franciscano e historiógrafo.

El milagro:

Sabemos con certeza que un sacerdote, el padre Gínés Pérez Chirinos, que venido de Cuenca, se había dirigido hacia los moros del reino de Murcia para predicar el Evangelio. Fue capturado y conducido al rey moro Zeyt-Abu-Zeyt, quien le interrogó sobre algunos aspectos de la religión cristiana. Particularmente, el rey se interesó por el significado de la Misa. El sacerdote hizo una larga explicación sobre la importancia de la Misa. Fascinado por la predicación del fraile, el rey ordenó que se celebrase inmediatamente una Misa.

Ya que el sacerdote no contaba con lo necesario, algunos hombres del rey fueron al pueblo vecino de Cuenca, que era territorio cristiano, con el fin de traer todo lo necesario para la celebración. Sin embargo, durante la Misa el sacerdote se turbó mucho cuando se dio cuenta que habían olvidado la cruz que va sobre el altar.

El rey le preguntó cuál era el motivo de su turbación y el sacerdote explicó la razón. Pero el rey  respondió: “¿no será aquella?”. En efecto, en ese momento, dos ángeles depositaron una cruz sobre el altar.

El sacerdote dio gracias al Señor con gran conmoción y lleno de gozo prosiguió con la celebración. Pero el Milagro continuó. En el momento de la consagración, el rey contempló un bellísimo niño que apareció en vez de la Hostia y que lo miraba dulcemente. Después de todas estas manifestaciones milagrosas, el rey y su familia se convirtieron al cristianismo y fueron bautizados. Zeyt-Abu-Zeyt recibió el nombre de Vicente y su mujer, Elena. Desde aquel día, 3 de mayo de 1231, el lugar fue llamado Caravaca de la  Cruz.

Recientemente, la Santa Sede ha concedido a Caravaca de la Cruz el año jubilar, que hace de esta  ciudad la quinta al mundo en poder celebrar el Jubileo Perpetuo (un año santo cada siete in perpetuum). Esto se realiza en el Santuario donde se custodia la Vera Cruz. Las otras ciudades son Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana, Roma y Jerusalén.




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Milagro eucarístico de Cracovia - Polonia




Pintura que representaa la procesión del obispo y los habitantes
 luego del hallazgo de las Sagradas Formas del Milagro en el pantano.





Cracovia - Polonia - 1345

El Milagro Eucarístico de Cracovia se manifestó cuando unas Hostias se preservaron a pesar de estar  en medio del barro; desde allí emitían extraños fenómenos luminosos.


Unos ladrones pudieron entrar en una iglesia, no lejos de Cracovia. Luego de haber forcejeado en el tabernáculo, extrajeron la píside que contenía Hostias consagradas. Poco después se dieron cuenta que la píside no era de oro, entonces la arrojaron a unos pantanos llenos de basura y fango, cerca de Wawel. Inmediatamente surgió del pantano una luz fortísima. Los rayos de luz continuaron durante el día y la noche, por diversos días. Todo el pueblo se dio cuenta de este extraño fenómeno y decidieron advertir del hecho al Obispo de Cracovia. El Prelado escuchó que del pantano fulguraban unos rayos que podían ser vistos a varios kilómetros de distancia. No comprendiendo cómo pudiese ser posible este fenómeno, proclamó tres días de ayuno y oración. Al tercer día todo el pueblo se acercó en procesión, junto  con el Obispo, al lugar del pantano luminoso. Se empezó la búsqueda, hasta que finalmente  un hombre pudo recuperar la píside con las Hostias totalmente íntegras. Ante la luz intensa que emanaban, todo el pueblo comenzó a alabar al Señor y a festejar el Prodigio llenos de conmoción.


Aún hoy, en la fiesta del Corpus Domini, se recuerda el Milagro. En la iglesia del Corpus Domini, en Cracovia, se pueden observar las pinturas que describen el Prodigio y encontrar aún los documentos y testimonios de la época. En el año 1345 el rey de Polonia, Casimiro III el Grande, ordenó la construcción de la iglesia del Corpus Domini en honor a un Milagro Eucarístico que sucedió ese mismo año en los campos de Wawel, cerca a Cracovia.

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Milagro Eucaristico en Francia (Faverney )



Custodia con la Sagrada Forma




En el siglo XVII, el protestantismo y el calvinismo se difundieron en Francia a gran velocidad gracias a las ventajas materiales que concedían a los miembros de la nobleza y al clero católico. Esto ponía en grave riesgo la Fe de muchos y creaba incertidumbre, incluso en el interior de los monasterios. En la ciudad de Faverney había una abadía benedictina en la que los monjes estaban alejados de la regla del Fundador. Sin embargo, conservaban el culto hacia la Virgen de Nôtre-Dame la Blanche, conocida por ser muy milagrosa.



En 1608, en la vigilia de la fiesta de Pentecostés, los monjes prepararon el altar para la adoración eucarística. Pero como el espacio en la custodia para la Hostia era demasiado ancho, introdujeron dos Hostias. Concluidas la Vísperas la custodia permaneció expuesta sobre el altar preparado en modo provisorio.



Durante la noche, se desató un gran incendio que destruyó el altar y los ornamentos sagrados.



Al día siguiente, cuando el sacristán abrió la iglesia la encontró llena de humo y el altar que había sido preparado reducido a cenizas. Entonces, gritando, alarmó a los religiosos quienes se dirigieron junto con otras personas al lugar del incidente. Inmediatamente comenzaron a remover los restos con la esperanza de encontrar la Custodia. Poco a poco, cuando el humo inició a dispersarse descubrieron, maravillados que la custodia con la Hostia Magna quedó intacta. La Custodia estaba suspendida en el aire.  Al instante la gente empezó a reunirse para contemplar el Prodigio Eucarístico que presentaba las Hostias intactas a pesar del incendio. Mientras tanto, los religiosos no sabían que decisión tomar y resolvieron pedir consejo a los frailes capuchinos de Vesoul. Estos prepararon inmediatamente un nuevo altar sobre el que había sido quemado, y allí celebraron la Santa Misa. En el momento de la elevación de la Hostia, la Custodia comenzó a descender lentamente hasta posarse sobre el altar.



El 10 de julio, se concluyó el proceso canónico en el que el Arzobispo de Besançon declaraba la autenticidad del Milagro Eucarístico. El 13 de septiembre, el Arzobispo de Rodi, nuncio de Bruxelles, llevó la noticia al Papa Pablo V, quien concedió la Bula de indulgencia. Como consecuencia del Milagro la fe de muchos volvió a encenderse. En 1862, la Congregación de los ritos autorizó la celebración del Milagro. En 1908 fue conmemorado solemnemente los trescientos años del Milagro.



La Partícula milagrosa se conserva hasta nuestros días y es venerada cada año por numerosos peregrinos. 

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MILAGRO EUCARISTICO DE CASIA


HISTORIA DEL MILAGRO EUCARÍSTICO DE CASIA, ITALIA venerado en la Basílica Inferior del Santuario de Santa Rita..

Casia es un hermoso pueblecito anidado en las montañas de la Umbría. Este pueblo es mas conocido por su hija Santa Rita cuyo cuerpo descansa en la basílica, pero también aquí se conserva la reliquia de un insigne milagro Eucarístico que tuvo lugar en Siena, Italia, en 1330.

En la capilla del milagro, debajo del tabernáculo hay una caja de cristal con los huesos del Beato Simone Fidati, quien estuvo envuelto en el Milagro Eucarístico. El Padre Simone fue sacerdote Agustino durante la mitad del siglo 14. Era conocido a través de la Umbría como un hombre sabio y santo, a pesar de que era muy joven. Otros sacerdotes le buscaban para confesarse. Durante el tiempo que el Beato Simone estuvo asignado al monasterio Agustino de Siena, un día un sacerdote vino a el para hacerle esta extraña confesión.

Había perdido su respeto por la Eucaristía. De esto nosotros podríamos deducir que el posiblemente no creía que en la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía. En la vida de este sacerdote no quedaba entusiasmo. Hacía las cosas por rutina y porque tenia que hacerlo, pero cada vez se desprendía mas y mas de Dios y de su congregación.


Este sacerdote recibió una llamada de un enfermo. En vez de poner la Eucaristía en el relicario para llevarla cerca de su corazón, el sacerdote tomó la Hostia e irreverentemente la puso entre las páginas del Breviario. Cuando llegó a la casa del enfermo, lo preparó para recibir la Eucaristía. Abrió el libro para tomar la Hostia y darle la comunión. Al abrir el libro, el sacerdote fue sacudido al encontrar en su lugar dos manchas redondas de sangre en las páginas, una frente a la otra. El sacerdote se fue de la casa con gran pánico, e inmediatamente buscó a Beato Simone, quien era conocido por su santidad.
Beato Simone, escucho al sacerdote contarle su pecado y el milagro, y le dio la absolución. Pero obtuvo de el las dos páginas manchadas de sangre. Una fue puesta en un tabernáculo en Perugia y la otra, con la Santa Hostia adherida fue al monasterio Agustino en Cascia.

El milagro Eucarístico ha sido venerado a través de los años en el monasterio Agustino de Cascia. Fue verificado por el Obispo de allí. Ha sido llevado en procesión solemne durante la fiesta del Cuerpo de Cristo. El Papa ha concedido indulgencias especiales a esos que veneren el Milagro Eucarístico.
En 1930, hubo un Congreso Eucarístico en Norcia, cerca de Cascia. En esta ocasión se hizo una hermosa Custodia para llevar el Milagro Eucarístico. Fue un honor del Sexto Centenario del milagro. Cuando una nueva iglesia en honor de Santa Rita fue construida, al lado del monasterio Agustino, se construyo una capilla especial para el Milagro Eucarístico.

A este milagro se le atribuye un fenómeno muy extraño. ¿O podría ser un milagro dentro de un milagro? A través de los años las personas empezaron a notar un cambio en la pagina con la mancha de sangre. Un rostro comenzó a aparecer en la página. Es casi como si un color mas oscuro apareciera en ciertas partes de la página. Hay algunos que ven el rostro de Cristo. Cuando el sacerdote en el santuario abre el tabernáculo para mostrar a los fieles el Milagro Eucarístico, se pone sus vestimentas. Cuando trae la Custodia al Altar, pone una linterna detrás de la página para mostrar el rostro. Es un perfil perfectamente formado de un hombre con barba y bigote.

El milagro Eucarístico ha sido venerado durante siglos por los fieles y su culto promovido por los Sumos Pontífices con la concesión de especiales e importantes indulgencias, como la de la Porciúncula, que le fue decretada por el Papa Bonifacio IX en 1401. El prodigio es conmemorado de forma especial en la fiesta del Corpus Christi en que se lleva la reliquia en solemnemente procesión.

Para conmemorar el sexto centenario del prodigio en 1930 se celebró un congreso eucarístico de la diócesis de Nurcia en Casia, se inauguró una artística custodia y fue publicada toda la documentación histórica disponible sobre el suceso.
En la misma Iglesia donde está el cuerpo de Santa Rita, se ven alrededor del altar principal, los Milagros de Bolsena/Orvieto, Lanciano, San Antonio y el Burro, Santa Clara de Asis y los Sarracenos, y la Multiplicación de los Panes y los Peces.   Otro vitral muestra un libro abierto, con dos manchas redondas rojas en las páginas una frente a la otra, este es el Milagro Eucarístico de Cascia. 
(Dr. A. MORINI- La reliquia del «Copus Christi» de Casia. Librería Editrice Fimentina - 1930)


MILAGRO EUCARÍSTICO DE SIENA, ITALIA

Desde 1730 y continúa...

Para el año 1730, Siena ya no era la ciudad de gran devoción de los tiempos de Sta. Catalina y San. Bernardino. Mas bien, era un lugar como muchos en Europa, donde los días de fiesta religiosas, eran ocasiones para divertirse. Se fue perdiendo el significado y valor religioso de las fiestas. Todos se reunían en la Plaza del Campo, a celebrar un día libre de trabajo.

Para mediados del Siglo XVII, Europa estaba muy envuelta en el Renacimiento. El interés de la gente estaba en el arte y la cultura. Aunque muchos iban a la Iglesia, no eran necesariamente movidos por un profundo amor a la Eucaristía, ni a la Virgen. Por esto es que en 1730, Siena necesitaba un milagro, una gracia de Dios para la renovación espiritual. En realidad no solo Italia, sino que también Europa, necesitaba un cambio que le hiciera arrodillarse y concentrar su atención en el poder de Dios. En estas situaciones, nuestro Señor no abandona a su pueblo.

Historia del Milagro

Siena tiene en realidad dos milagros Eucarísticos aquí relatamos el más famoso. El segundo se encuentra en la basílica de Casia.

El día antes de la fiesta de la Asunción por la mañana, los sacerdotes de todas las iglesias de Siena consagraron Hostias adicionales previendo la gran muchedumbre que recibiría la Comunión al día siguiente. Todos ellos fueron al espléndido Duomo, la Catedral, para planear las festividades del día siguiente, y tomar parte en la Ceremonia de la Vigilia de esa noche. Como todos los sacerdotes estaban en la Catedral, las Iglesias estaban vacías.

El 14 de agosto, por la noche, ladrones entraron a la Basílica de San Francisco, que está en el extremo norte de la ciudad. Abrieron el Tabernáculo para robar el copón de oro que contenía las hostias consagradas. Se llevaron todo, las hostias y el copón.

Nadie se dio cuenta del crimen hasta la mañana siguiente, cuando los sacerdotes de la Iglesia fueron a celebrar la Misa de la Asunción. Surgió el pánico. La prueba del crimen fue confirmada cuando alguien trajo la parte de arriba del copón, que había encontrado en la calle frente a la Iglesia. Todo el pueblo comenzó a buscar las Hostias perdidas. Todas las celebraciones fueron suspendidas.

El Arzobispo pidió oraciones públicas para que aparecieran las Hostias Consagradas en buen estado. Hasta ese momento no se sabía la razón del porqué las hostias habían sido robadas. ¿Sería por el oro del copón, o por un propósito más diabólico, para profanar y cometer sacrilegios en contra de Nuestro Salvador? De nuevo, el Señor se permite ser vulnerable ante la maldad del hombre. Nuevamente, El se pone completamente en nuestras manos.

Tres días más tarde, el 17 de agosto, mientras un hombre estaba orando en la Iglesia de Santa María en Provenzano, muy cerca de la Basílica de San Francisco, notó que había algo de color blanco dentro de la caja de los pobres. Esto que era blanco tenía forma redonda y parecía brillar. Inmediatamente, se lo fue a decir al sacerdote de esa Iglesia, y éste fue a informarle al arzobispo, quien mandó a uno de sus asistentes a la Iglesia de Santa María.

Cuando el representante del Arzobispo y un sacerdote de la Basílica de San Francisco llegaron a la Iglesia de Sta. María, abrieron la caja de los pobres y encontraron una gran cantidad de Hostias. Algunas se habían enredado con las telarañas dentro de la caja y otras cayeron al fondo. Ellos las contaron para ver si se había perdido alguna. El sacerdote de la Iglesia de San Francisco dijo que la cantidad era correcta, 348 Hostias enteras y 6 mitades. El sacerdote había consagrado 351 Hostias el día 14 de agosto.

¡Qué largos se hicieron esos tres días en que las hostias estuvieron perdidas! Esos tres días parecieron, los días entre la Crucifixión y la Resurrección.

Un suspiro de alivio y de alabanza al Señor resonó por dos razones. Una razón fue que las Hostias Consagradas se habían encontrado y la otra, que no se habían tomado ninguna. Eso era el temor que todos tenían, que si les interesaba el Copón, desecharan las hostias consagradas en cualquier lugar, o en un basurero.

Recogieron todas las hostias y las limpiaron con sumo cuidado. Se llevaron a la Iglesia de San Francisco en una procesión acompañada por una gran multitud. Una vez que llegaron a la Iglesia, las expusieron para adoración y reparación. La historia del robo se esparció a través de todo el país y muchos empezaron a hacer peregrinaciones a la Iglesia de San Francisco para orar ante las Hostias Consagradas. Esto fue antes de que supieran que en ellas se iba a dar un milagro. Las hostias no fueron distribuidas.

No hay ninguna explicación cierta de porque las hostias no fueron distribuidas. Una de las razones puede ser que gran multitud de personas de Siena y otros pueblos vecinos llegaban para adorar las hostias y así los sacerdotes se vieron forzados a no consumirlas. Otra razón posible es que, aunque las hostias fueron cuidadosamente limpiadas, todavía quedaron algo sucias. En casos como este, en que las Hostias Consagradas han sido de alguna forma contaminadas, no se requiere que sean consumidas. Generalmente, se mantienen reservadas hasta que se deterioren. Cuando esto ocurre la Presencia Real desaparece de ellas. Posiblemente, los Franciscanos querían dejar que las Hostias fueran adoradas por los peregrinos hasta el momento en que se deterioraran, y eso hubiera sido el final de todo. Pero esto nunca sucedió.

Ante el asombro de los sacerdotes, las Hostias no se deterioraban, mas bien se mantenían frescas y con olor muy agradable. Al pasar el tiempo, los franciscanos se convencieron de que estaban presenciando un milagro continuo de preservación.

Algunos personajes importantes de la Iglesia, obispos o cardenales, fueron permitidos recibir una de las hostias. Ellos reportaron que su gusto era fresco y agradable.

Investigaciones

Cincuenta años después de que las hostias fueron recuperadas, se condujo una investigación oficial para comprobar la autenticidad del milagro. El General de la Orden Franciscana, P. Carlo Vipera, examinó las Hostias el 14 de abril, de 1780, consumiendo una y comprobando que estaba fresca e incorrupta. Ya que se habían distribuido unas hostias durante los años anteriores, el General ordenó que las 230 hostias que quedaban fueran colocadas en un nuevo ciborium y prohibió que continuaran distribuyéndolas.

Nueve años después, en 1789, una mas detallada investigación fue hecha por el Arzobispo de Siena. Esta investigación incluyó teólogos prominentes y otros dignatarios. Después de examinar las hostias con microscopio, la comisión declaró que estaban perfectamente intactas y que no mostraban ningún signo de descomposición, ni cambio de color. Tres franciscanos que habían estado presentes en las investigaciones anteriores, fueron cuestionados, por el Arzobispo, bajo juramento. En esta investigación también se reafirmó que las hostias examinadas eran las mismas que habían sido robadas en 1730 y tres días mas tardes descubiertas..

Fue en esta investigación, que el Arzobispo ordenó que una cantidad de hostias sin consagrar se colocaran en un envase herméticamente sellado e iba ha ser guardado bajo llave, por diez años, en la oficina de la Cancillería. Las Hostias Milagrosas se guardaron en un Copón, no sellado herméticamente, sino que en la forma en que habían estado reservadas por los últimos 59 años.

Al final del período de 10 años, el envase de las hostias no consagradas fue abierto en presencia del Arzobispo y varios oficiales. Ellos encontraron que estaban descoloridas, desfiguradas y deterioradas. Entonces, revisaron las Hostias Milagrosas y encontraron que estaban en perfectas condiciones. En 1850, 61 años mas tarde, si hizo una prueba similar, teniendo los mismos resultados. Las hostias sin consagrar reducidas a polvo y las hostias milagrosas mantenían su frescor.

Otras investigaciones se hicieron en diferentes ocasiones. La mas importante fue en el año 1914 y se llevó acabo por la petición del Papa Pío X. Para esto se seleccionaron un panel de distinguidos investigadores que incluía científicos y profesores de Siena y Pisa, como también, teólogos y oficiales eclesiásticos.

Exámenes de ácido y almidón fueron hechos en uno de los fragmentos e indicaron un nivel normal de ambos.

De un examen microscópico, se concluyó que las hostias habían sido hechas de harina de trigo cernido, el cual estaba perfectamente preservado.

La comisión explicó que si el pan sin levadura era preparado en condiciones de limpieza y era guardado en un envase donde no entrara el aire, que estuviera esterilizado, podrían mantenerse por mucho tiempo. El pan sin levadura preparado en una forma normal, expuesto al aire y a la actividad de los microorganismos podría mantenerse intacto por algunos pocos años.

Se concluyó que las hostias robadas fueron preparadas sin precauciones científicas y guardadas bajo condiciones ordinarias que debieron haber causado que se deterioraran rápidamente. Las hostias estaban tan perfectamente preservadas que después de 184 años podían ser consumidas.

El profesor Siro Grimaldi, profesor de química en la Universidad de Siena y director de el Laboratorio municipal, y reconocido por sus muchas distinguidas posiciones en el área de la química, fue el cabeza de la comisión de investigación del año 1914. Dio muchas conferencias sobre la naturaleza milagrosa de las hostias e incluso escribió un libro.

En el año 1922, se llevó a cabo otra investigación en presencia de los Obispos de Siena, Montepulciano, Folignno y Grosseto. Los resultados fueron igual a los anteriores. No había explicación natural por la que las hostias hubieran permanecido sin corromperse por un período de tiempo tan largo (192 años). Lo proclamaron ser un milagro.

En 1950, las Hostias Milagrosas fueron removidas de su antiguo ciborio y puestas en uno mas elaborado y costoso que llamó la atención de otro ladrón. Este en la noche del 5 de agosto, de 1951 cometió otro sacrilegio en contra de las hostias, pero esta vez solo se llevó el ciborio dejando las hostias en una esquina del tabernáculo. Después de contar 133 hostias, el Arzobispo las guardó selladas en un ciborio de plata. Fueron fotografiadas y colocadas en un relicario elaborado en el cual se encuentran hoy.

Los Obispos y oficiales de la Iglesia fueron, solemnemente, en procesión con las Hostias a través de la ciudad, y las tuvieron expuestas por un tiempo.

Las hostias milagrosas son expuestas públicamente en varias ocasiones, pero especialmente el 17 de cada mes, que conmemora el día que fueron encontradas en el año 1730. En la fiesta de Corpus Christi, las hostias sagradas son llevadas en una triunfante procesión a través de las calles de Siena.

Visitantes

Entre los muchos que han visitado las hostias milagrosas para adorar al Señor, tenemos a San. Juan Bosco y el Papa Juan XXIII quién en Mayo 29, 1954, firmó los libros de visitantes. Aunque no pudieron físicamente visitar el milagro eucarístico, los Papas Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII hicieron declaraciones oficiales de gran interés y admiración.

El 14 de septiembre, de 1980, el Papa Juan Pablo II fue a Siena para adorar a Jesucristo en las Sagradas Hostias del Milagro Eucarístico, siendo el 250 Aniversario del Milagro de las Hostias.

Con voz unánime, los fieles, sacerdotes, obispos, cardenales y papas se han maravillado y adorado las sagradas hostias, reconociendo que en ellas se da un milagro permanente, completo y perfecto, que ha durado por 250 años. A través de este milagro las hostias han permanecido completas y con brillo natural, y con el olor característico del pan sin levadura. Como están en perfecto estado de conservación, la Iglesia Católica nos asegura, que aunque fueron consagradas en 1730, siguen siendo verdaderamente el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

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Milagros Eucarísticos en Naju, Corea del Sur

Tomado de: http://forosdelavirgen.org

     Siendo la Eucaristía el vínculo más fuerte que realiza la unión entre todos los cristianos en si y de ellos con DIOS, de una manera maravillosa e incontrovertible, el CREADOR viene a demostrar al mundo a través de la vidente Julia Kim, que en la Santa Misa, en el momento de la Consagración, ocurre de verdad el fenómeno sobrenatural de la “Transubstansiación”.


¡No puedes ganar la victoria sin pasar por la cruz. Debes entender el fascinante misterio de la Santa Eucaristía por la cual Dios viene del Cielo por medio de los sacerdotes para estar contigo. Por lo tanto, has frecuentes confesiones para que recibas al Señor dignamente; abre tu corazón totalmente, consérvalo limpio y ordenado, ámense los unos a los otros para que sean un palacio y un tabernáculo donde el Señor pueda morar. Entonces, el Señor vivirá en ti, aunque eres indigna, y encenderá Fuego en ti! (el 21 de abril de 1991, cuando Julia vio una visión del gran castigo del mundo y del triunfo de la Madre Santísima).

¡La Santa Eucaristía es el centro de todos los eventos sobrenaturales, pero está siendo pisoteada por tantos hijos por medio de sacrilegios, insultos y humillaciones. Por lo tanto, mis mensajes de amor deben ser difundidos por todo el mundo con más vigor para que el tiempo del Señor, quien está presente en la Eucaristía, y el del Nuevo Pentecostés, puedan ser adelantados!. 

 (el 24 de noviembre de 1994, cuando la Santa Hostia descendió milagrosamente en la Capilla en Naju dos veces durante la visita de Nuncio apostólico).

¡Enseña la importancia de la Misa, la importancia del Sacramento de la Confesión y el Misterio de la Santa Eucaristía a todos los hijos en el mundo que no los conocen y, por lo tanto, continúa perpetuamente el don de los Misterios Pascuales de la Última Cena y la Resurrección. El cambio visible de la Eucaristía hoy fue para mostrar que Jesús vino a ustedes por medio del Sacrificio de la Santa Eucaristía, la cual es una repetición del Sacrificio completado en el Calvario, Gólgota, para lavar los pecados del mundo con Su Preciosa Sangre!. (el 31 de octubre de 1995, cuando la especie Eucarística del pan y vino milagrosamente se convirtió en la carne y sangre en la forma de un corazón pequeño en la lengua de Julia Kim ante la presencia de Papa Juan Pablo II durante una misa celebrada en su Capilla privada en el Vaticano).

SÉPTIMO MILAGRO EUCARÍSITICO

Pasó en una tal circunstancia, que la Iglesia Católica en el mundo entero se dio cuenta del hecho. Estaba presente el Nuncio Apostólico de la Santa Sede en Corea. El Arzobispo del Vaticano informó al Director espiritual de la vidente Fray Raymond Spies y las otras autoridades presentes, que no estaba allí en la Capilla como un simple peregrino, vino como representante oficial, en la Celebración Eucarística del 24 de noviembre de 1994, conmemorativa del 2º Aniversario del derramamiento de aceite perfumado por la imagen de NUESTRA SEÑORA.

Primero NUESTRA SEÑORA dijo que Julia fuese a recibir la bendición del Arzobispo y del Fray Spies. Después ELLA le envió el Arcángel San Miguel que le dio una Hostia Consagrada, para ella conducirla a los dos prelados.

La Hostia que el Arcángel trajo era del tamaño grande, similar aquéllas que los sacerdotes usan en las celebraciones de las Misas. San Miguel no era visible a las personas en la Capilla, sólo era visto por la vidente que acompañó todos sus movimientos. Sin embargo, las personas pudieron ver la Sagrada Partícula aparecer de súbito entre los dedos de Julia.
En la Hostia estaba grabada la imagen de una Cruz entre dos letras: (Alfa) y (Omega), de la misma manera como aparecieron en una foto de otro milagro proporcionado por NUESTRA SEÑORA el 27 de junio de 1993. La Partícula traída por San Miguel ya estaba rota en dos partes cuando Julia la recibió, por ese motivo ella quedó con una parte en la mano derecha y otra en la mano izquierda. De modo inesperado, por fuerza de una poderosa luz venida de arriba, Julia cayó, pero mantuvo los dos pedazos de la Sagrada Hostia en las manos.
En seguida, se levantó cuidadosamente y dio los dos pedazos al Nuncio y a Fray Spies. Los prelados tomaron comunión con uno de los pedazos y el otro, fue distribuido en porciones pequeñas en orden de dar Comunión a las personas que estaban en la Capilla, totalmente perplejas, en completo asombro y temor, delante la grandeza de los eventos.
Aunque fuese la mitad de una Hostia grande, toda la gente en la Capilla, cerca de 70 personas, recibieron la Comunión. Admirados, muchos testificaron que simplemente era una experiencia que desafiaba la comprensión humana, y también eso, hizo recordarles el pasaje evangélico de la multiplicación de los panes. (Mateo 14,13-21).
En el momento en que Julia recibió el pedazo pequeño de la Sagrada Comunión en la lengua, sorprendentemente la Partícula creció alcanzando el tamaño de una Hostia pequeña absolutamente normal. El Nuncio Apostólico al presenciar el fenómeno, respetuosamente quitó la Hostia de la boca de Julia y mostró a las personas. Después con Fray Spies, la puso en la Custodia, guardándolo cuidadosamente afín de testificar esa notable manifestación.

NUESTRA SEÑORA habló a la Vidente, que aquella Hostia grande que el Arcángel trajo, debería ser consumida por un sacerdote, pero San Miguel no lo permitió porque él estaba en estado de pecado y JESUS no podría vivir en él. Esta realidad hace presente una conclusión muy importante: durante la Comunión en las Santas Misas, las personas que están en pecado e insisten en recibir la Hostia Sagrada, ellos no reciben al SEÑOR de verdad porque DIOS solo habita en los corazones limpios y puros. Así ellos reciben “trigo y agua y la propia condenación.”
NUESTRA SEÑORA preguntó a Julia, se ella deseaba recibir la Sagrada Comunión una segunda vez. En esta oportunidad el Arcángel trajo una Hostia más pequeña, igual a aquéllas que los fieles reciben en las Misas, y dio la comunión a vidente.
Cuando ella recibió la Partícula Sagrada en su lengua, en lugar de la Partícula quedarse en la posición horizontal, asumió la posición vertical, como si quisiera estar en pie. El Arzobispo al ver la Partícula aparecer de súbito en la boca de la vidente y observándola en la posición vertical, la quitó inmediatamente y mostró a las personas que no salían de la Capilla. Se hicieron muchas fotos para registrar el sorprendente evento. A continuación, el Arzobispo dio la Hostia a Fray Spies que lo puso en la misma Custodia donde estaba la otra.
Después de todos estos acontecimientos el Nuncio Apostólico quedó lleno de asombro y tan entusiasmado, que no consiguió dormir durante tres noches seguidas, pensando en aquellos extraordinarios hechos sobrenaturales.

8º, 9º Y 10º MILAGROS

Ocurrieron en Naju, el 30 de junio, 1º y el 2 de julio de 1995, con miles de peregrinos que llenaban la Iglesia Parroquial en la conmemoración del 10º Cumpleaños del derramamiento de lágrimas por la imagen de NUESTRA SEÑORA.

La Santa Misa fue por la noche del 30 de junio y concelebrada por ocho sacerdotes. La vidente se sentó en el fondo de la Iglesia y fue la última a tomar comunión. En el momento sagrado de la comunión, de repente, las personas que estaban cerca de Julia pudieron observar el instante en que la Sagrada Hostia en su lengua se transformó en Cuerpo y Sangre del SEÑOR JESÚS.

Asustados y repletos de emoción, muchas personas lloraron delante de la realidad, bien a la vista de todos, que pudieron contemplar el Cuerpo Vivo del propio DIOS. Los sacerdotes y las personas que estaban en las proximidades testificaron el notable fenómeno.
Terminada la Santa Misa, los peregrinos acompañaron la vidente hasta la Capilla, donde se encontraba la imagen de NUESTRA SEÑORA, para el servicio nocturno de oración en continuidad las conmemoraciones.

En el medio de la oración Julia sintió dolores terribles en el área del abdomen, en reparación de los abortos que asesinan tantos inocentes. Entonces sucedió una escena impresionante que retrataba fielmente la resistencia desesperada del niño que no deseaba salir del útero de su madre que quería abortarlo, y por medio de la boca de la vidente, manifestaba todo su pavor y su miedo por la muerte que se acercaba, y gritaba: ” No mamá, no mi madre, no me mate”

 En el silencio de la Capilla, donde sólo se oyeron los gritos dolorosos de la Vidente, Fray Francis Su, de Malasia, invitó a todos quedarse en las rodillas y orar a la conversión de las personas que son responsables por la cruel muerte de los bebés. Con emoción y llorando las personas oraron con gran fe y en agradecimiento a DIOS por aquella experiencia mística maravillosa.

Eran 3 horas y 45 minutos del 1º de julio y toda la asamblea en silencio escuchaban el relato traducido al inglés, de los últimos mensajes de nuestra MADRE BENDITA. Aconteció que mientras hacían la lectura de los mensajes que ella mismo había recibido de la VIRGEN, vio la imagen de JESÚS Crucificado que estaba en la pared, arriba donde estaba la imagen de la VIRGEN MARIA y el SEÑOR con el rostro repleto de sufrimiento, dejaba el sangre salir en cantidad de siete heridas más grandes hechas por los clavos de hierro en los pies y en las manos, por la lanza del soldado romano que clavó en el costado derecho de JESÚS, por la apertura del Corazón traspasado y por la herida en la cabeza causada por la Corona de Espinos. De las siete heridas, salieron el precioso sangre que luego se transformó en círculos blancos, o sea, en admirables Hostias Sagradas.

Algunas personas en la Capilla dijeron que vieron una luz brillante, como si fuese un rayo rápido que salió del crucifijo. Otras personas oyeron un ruido similar a la caída de granizo. Hostias Sagradas salieron de las heridas de JESÚS y empezaron a caer. Fue en este justo momento que Julia se apresuró y estiró las manos con determinación a cogerlas y no permitir que ellas cayesen en la tierra. Pero las Hostias graciosamente evitaron las manos de la vidente y se acomodaron en el altar, a los pies de la imagen de la VIRGEN MARIA, en la presencia de la asamblea sorprendida, que pudieron verlas en el Altar. En el momento en que las siete partículas alcanzaron el altar, fue el instante en que algunas personas oyeron el ruido como si fuera de una granizada.
Ellos también recordaron la demanda de la MADRE BENDITA en 24 noviembre de 1994, haciendo la recomendación a preparar un tabernáculo en la Capilla, al lado de SU imagen. Por supuesto queda bien claro, que esas siete Hostias que llegaron, debían estar destinadas a quedarse allí dentro en un Custodia.
Este milagro fue llevado al conocimiento del Arzobispo local en el mismo día. Sin embargo, él instruyó a Julia y a los otros, a consumir de pronto las Sagradas Partículas y no dejarlas guardadas en el Tabernáculo. En obediencia ellos seleccionaron siete personas para recibirlas: dos sacerdotes y cinco legos, entre ellos estaba la vidente.

En el día siguiente, 2 de julio, los escogidos tomaron comunión. Así que ella recibió el Sagrado Sacramento el milagro se repitió, la Hostia se transformó en Cuerpo cubierto con Sangre, en su lengua. De hecho nadie esperaba otro milagro puesto que se recordaban que en menos de las últimas 48 horas, había se pasado un evento en la Iglesia Parroquial. Pero de esa manera, se entendió que nuestra SAGRADA MADRE estaba tan ansiosa para restaurar una fervorosa devoción a la Eucaristía que envió otra señal sorprendente.

El fenómeno pasó así: La Capilla, estaba repleta de personas con mucha fe, que oraban y se quedaban ansiosas en la expectativa de que algún nuevo hecho pudiera se pasar, al mismo tiempo en que sensibilizadas, estaban agradeciendo al SEÑOR DIOS por toda la enseñanza y demostraciones de amor. Julia fue instruida por el celebrante de la Santa Misa, que por orden del Arzobispo de la Archidiócesis, si ocurriese el Milagro de nuevo, ella debía ingerir inmediatamente la Hostia transformada en Cuerpo y Sangre Vivo del SEÑOR.

Delante del milagro impresionante que se repitió luego enseguida, delante la alegría y conmoción de todos, Fray Su y Fray Marcial que estaban atentos a los eventos, invitaron a las personas a orar delante DIOS y fervorosamente suplicar la misericordia Divina debido al muchos pecados del mundo. Y todos en una postura de adoración admirable, oraron y glorificaron al PADRE ETERNO por aquella señal magnífica y sin igual, mientras Julia se quedaba con la boca abierta para mostrar al SEÑOR, que se filmó y fue fotografiado por las personas. Y para que esto no dejase ninguna duda, los dos sacerdotes mojaron sus dedos en la preciosa sangre bajo la lengua de la vidente y mostraron a todas las personas en la Capilla. Era más una prueba incuestionable y definitiva del fenómeno que había ocurrido.
Después, ellos secaron los dedos en un “Corpóreo”, (pequeño tejido de lino blanco rectangular) no sólo una vez, sino varias veces, hasta que esa tela se quedó sensiblemente marcada por la Sangre de JESÚS. Se guardó celosamente como más un testimonio de esas notables manifestaciones sobrenaturales. Hasta hoy el Corpóreo es conservado en Naju. Fray Marcial, con el mismo dedo que colocó en la Sagrada Sangre del SEÑOR, hizo un señal de la cruz en el rostro de un bebé de seis meses que tenía epilepsia y estaba condenado a la muerte. El bebé se quedó completamente curado desde esa misma noche.

12º MILAGRO EUCARÍSTICO

Ocurrió en el Vaticano en el 31 de octubre de 1995. Julia en compañía de Monseñor Nam Ik Paik, de su marido Julio, de Rose la hija y Raphael un seminarista, participaron de una Santa Misa privada celebrada por el Papa Juan Pablo II. También estaban presentes varias autoridades y personas de la Francia que fueron invitadas.

Durante la Santa Misa, la vidente y sus compañeros fueron autorizados a cantar himnos en coreano. En el momento de la comunión cuando el Santo Padre dio la Sagrada Hostia a Julia, otro Milagro ocurrió, la Partícula Consagrada en la lengua de la vidente se transformó en Cuerpo y Sangre del SEÑOR.
Este milagro fue acompañado minuciosamente por Monseñor Paik que estaba al lado de la Vidente. Él testificó que la Partícula en la lengua de Julia cuando cambió en Cuerpo cubierto con la Sangre, quedó un poco más grande y tomó la forma de un corazón. Este fenómeno fue igual al que ocurrió en el 11º Milagro Eucarístico en Naju, según la palabra del Monseñor, ocurrido en el 22 de septiembre de 1995, durante una Santa Misa celebrada en una montaña próxima a la ciudad por el Obispo Dom Roman Danylak de Toronto, Canadá y concelebrada por dos otros sacerdotes. Terminada la Santa Misa, inmediatamente Su Santidad se acercó de la vidente y testificó el milagro. Él le dio la bendición papal y un Santo Rosario de presente.

13º MILAGRO EUCARÍSTICO
Ocurrió en la Capilla de Naju, en el día de la conmemoración del 11º Aniversario del derramamiento de lágrimas por la imagen de NUESTRA SEÑORA. Los peregrinos de muchos países que comparecieron a la oración nocturna en honor de la MADRE SANTÍSIMA, abarrotaban el salón. Cerca de las 3 horas de la madrugada del 1º de julio de 1996, Julia vio la Preciosa Sangre fluir de las siete Llagas de JESUS en el Crucifijo atado en la pared, como en el año anterior.
La Sangre de pronto se transformó en blancas y puras Hostias Sagradas rodeadas por una luz brillante muy densa. La luz se hizo más fuerte y empezó a brillar en todos aquéllos que estaban presentes en la Capilla, así como en las personas que estaban en el lado externo. Entonces una luz muy poderosa radió del Crucifijo y focalizó a la vidente que dio un grito fuerte y cayó (al piso) debido a extremos dolores en siete lugares de su cuerpo: en la cabeza, en el corazón, en ambas las manos, en los pies y en el lado. Los mismos lugares de las heridas más significativas de JESÚS. Todavía ella estaba con la boca abierta después de los gritos de dolor, y entonces, fue cuando las Sagradas Hostias se soltaron del Crucifijo y entraran suave y de manera muy delicada en su boca. Fray Francis Su, dos otros sacerdotes y las personas que se encontraban cerca de la vidente, pudieron apreciar las Partículas Sagradas quedar acomodadas en la boca de Julia Kim.
Después de las 12 horas y 30 minutos del 1º de julio de 1996, de nuevo tuvo dolores fuertes de la crucifixión y empezó sangrar en los orificios de los clavos en las palmas de las dos manos. Fray Raymond Spies, Fray Francis y algunas personas testificaron el evento.
Aproximadamente a las 13 horas del día siguiente, el 2 de julio de 1996, Fray Spies, la Vidente y otras personas, oraban delante la imagen de nuestra SAGRADA MADRE en la Capilla, cuando de repente, Julia gritó muy fuerte y dejó caerse a tierra. Había recibido simplemente una poderosa luz del Crucifijo y había sufrido los mismos dolores de la crucifixión en siete partes de su cuerpo, como en el día anterior, sangrando en las palmas de las dos manos. Colocó guantes para esconder las heridas y la hemorragia, pero los guantes quedaron húmedos con la sangre.
Por recomendación de su director espiritual, a las 16 horas de este mismo día, Julia visitó dos hospitales en Kwangju para mostrar las heridas en las palmas de las manos. Los doctores examinaron las heridas y la hemorragia y emitieron declaraciones por escrito, diciendo que eso tenía origen desconocido y que no podían ser explicadas como cualquier causa natural. En el mismo día, más tarde, el flujo de sangre se detuvo y las heridas de las manos desaparecieron.
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Milagro Eucarístico en Guadalajara (México)

El pasado 24 de julio, durante una Adoración Eucarística, de la Hostia en el Santísimo comenzó a brotar sangre




El padre José Dolores Castellanos Gudiño, el “Padre Lolo” como lo conocen sus parroquianos de María Madre de la Iglesia en Guadalajara, México, podría haber sido llamado a participar en un auténtico milagro eucarístico: el pasado 24 de julio de la Hostia en el Santísimo comenzó a brotar sangre.

Según el Padre Lolo, al estar rezando frente al Santísimo vio una fuerte luz y escuchó unas instrucciones que venían desde la Sagrada Forma. La versión que dio a la prensa fue la siguiente

“Repica las campanas –le dijo la voz-- para que acudan todos, derramaré bendiciones a los que estén presentes y todo el día. Toma tu pequeño sagrario de adoración particular y llévalo al altar de la parroquia, coloca también junto al pequeño sagrario la custodia grande, no abras el Sagrario hasta las tres de la tarde, no antes, haré un milagro en la Eucaristía, el milagro que se realizará será llamado el Milagro de la Eucaristía en la Encarnación del Amor junto con nuestra Madre y Señora, plasmarás la imagen que ahora te digo y la darás a mostrar”.

Más adelante fue ordenado a que transmitiera lo sucedido a los demás sacerdotes “para que les sirviera en su conversión y que a todas las almas llenaría de bendiciones”.  El Padre Lolo respondió: “Señor mío soy tu siervo, hágase tu voluntad”.
Eran las tres en punto de la tarde

El Padre Lolo continuó relatando el pormenor de aquel 24 de julio: “Hice como se me ordenó, dijo después el sacerdote, pedí que abrieran las puertas del templo, eran como las dos y media de la tarde, también mandé que sonaran las campanas como se me dijo. Traje de la pequeña capilla particular este humilde sagrario de madera, lo puse en el altar, puse también la custodia del Santísimo como se me ordenó y a eso de las tres de la tarde las personas que estábamos reunidas rezábamos una estación al Santísimo Sacramento, cuando pregunté que si ya eran las tres de la tarde y todos me dijeron que sí. Me acerqué al Sagrario y al abrirlo la hostia consagrada por nuestro Señor Jesucristo estaba bañada en sangre.”

El padre explicó a los medios de comunicación agolpados en su parroquia que lo que Jesús quiere es que se adore su cuerpo y su sangre unidos a su Santísima Madre y que todos los días 24 de julio se celebrara este milagro como él lo llamó: El Milagro de la Eucaristía en la Encarnación del amor junto con nuestra madre y señora.

“Escuché también que me dijo que se le erigiera en esta comunidad un nicho donde estuviera a la adoración de todas las almas y que si en algún momento quieren mandar hacer estudios que se lleven una parte para que le hagan todos los estudios que quieran”, subrayó el Padre Lolo.

Investigar si excede lo natural

Por su parte, el arzobispo de Guadalajara, el cardenal José Francisco Robles Ortega, pidió que se realice una cuidadosa investigación sobre este acontecimiento con fuerte repercusión en la devoción popular y en las redes sociales.

El vicario general de la arquidiócesis de Guadalajara, monseñor. Ramiro Valdés Sánchez, señaló que "el Evangelio nos dice que el Señor Jesús prometió darnos su Cuerpo y su Sangre como alimento; sabemos por la fe que en el Pan consagrado y el Vino bendecido está el Señor Jesús con Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad. Sin embargo, algunas veces, como ya ha pasado a lo largo de la historia, hay hechos portentosos a los que se les ha llamado Milagros Eucarísticos".

Frente a esto, dijo monseñor Valdés Sánchez, "la doctrina jurídica de la Iglesia Católica manifiesta que cuando haya un hecho extraordinario, fuera de lo común, se tomen las debidas precauciones para conocer si el hecho puede explicarse con causas naturales o es necesario investigar más a fondo para conocer si excede lo natural y se constata como un hecho milagroso o no".

Mientras se determina la posibilidad del milagro, la gente sigue asistiendo a la parroquia de María Madre de la Iglesia, y el Padre Lolo explicando cómo fue “el hecho extraordinario”.


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 EL MILAGRO EUCARISTICO DE BETANIA Venezuela. Lugar de María Reconciliadora

Al que tiene fe le basta la Palabra del Señor: no necesita ver para creer (Juan 20,27-29). Aunque nuestra inteligencia no alcance, confiamos en Su Palabra: “esto es mi cuerpo”... “esto es mi sangre” (Mateo 26,26-28).

Betania es una bella finca ubicada en el estado de Miranda, en Venezuela. En este lugar quiso manifestarse la Santísima Virgen María en el año 1976 trayendo un mensaje de paz y unidad a todos los creyentes y al mundo entero.


Aún así, Jesús quiso demostrarnos mediante este Milagro Eucarístico que en cada Misa y en cada Sagrario de la Tierra se encuentra Él realmente presente en el Santísimo Sacramento Eucarístico, con Su Carne y Sangre, Humanidad y Divinidad. Allí está Su Corazón traspasado de amor por los hombres, recibiendo indiferencias y desprecios, ofensas y sacrilegios de aquellos por los que sufrió hasta la muerte en la cruz.

Es manifestación del amor mas sublime que existe. Solo Nuestro Señor, nos ama de esta forma. El Señor nos sigue dando Su Sangre y Su Cuerpo todos los días en la Eucaristía para sanarnos, liberarnos y sustentarnos, como Él mismo dijo: 'El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida'. (Juan 6,54-56).

...

El 8 de diciembre de 1991, durante la vigilia del día de la Inmaculada Concepción, mientras el padre Otty Ossa celebraba la Santa Misa en la capilla del santuario de Betania, al momento de la Consagración, la Sagrada Hostia comenzó a sangrar. El padre Otty explica lo ocurrido:

"Partí la Hostia en cuatro partes. Cuando miré el platillo, no podía creer lo que veían mis ojos: Vi una mancha roja formándose en la Hostia y de ella comenzaba a emanar una sustancia roja, de modo similar a la manera que la sangre sale de una perforación. Después de la Misa, tomé la Hostia y la protegí en el santuario. Al día siguiente, a las seis de la mañana, observé la Hostia y encontré que la sangre era fluida y luego empezó a secarse. Sin embargo, hasta hoy, todavía luce fresca. Asombrosamente, la sangre está solamente por un lado, sin pasar al otro lado a través de la excesivamente delgada Hostia".

Una muestra del líquido que manó del centro de la Hostia partida fue analizada en laboratorio, comprobándose que es sangre humana.


(La Hostia se conserva en la localidad de Los Teques, en el convento de las Religiosas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, donde es expuesta para la adoración de los fieles y es visitada por numerosos peregrinos.)


Uno de ellos fue el norteamericano Dan Sanford, de New Jersey, que hizo una filmación de la Hostia sangrante en noviembre de 1998. Copia de dicho video, ya digitalizado, es el que aquí te presentamos y en él se observa cómo la Hostia partida se convierte en una hoguera que despide llamas de fuego de un color muy intenso, luego se ve como una perforación de punción con palpitaciones de un corazón vivo, de la que se ven fluir como pequeños ríos de sangre.

El mensaje de este acontecimiento es, sin lugar a dudas, el de la reafirmación de la Presencia Viva de Jesús en la Eucarístía. En estos tiempos donde muchos corazones se han enfriado y no sienten al Señor en las Hostias Consagradas, el Cielo se manifiesta a través de la Sangre de Cristo visible, presente en el Altar de Finca Betania.


¡Entra en la Presencia del Señor con gratitud y reverencia! Que cada Eucaristía y cada visita al Sagrario sea un encuentro único con el Corazón de Jesús, encuentro con el Dios de Amor, el Dios que se manifiesta misericordioso, compasivo, y a la misma vez, con un Corazón traspasado por los pecados nuestros y de toda la humanidad.



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El milagro de Lanciano


La pequeña ciudad de Lanciano se encuentra a 4 kilómetros de Pescara Barí (Italia), que bordea el Adriático. En el siglo VIII, un monje basiliano, después de haber realizado la doble consagración del pan y del vino, comenzó a dudar de la presencia real del Cuerpo y de la Sangre del Salvador en la hostia y en el cáliz. Fue entonces cuando se realizó el milagro delante de los ojos del sacerdote; la hostia se tornó un pedazo de carne viva; en el cáliz el vino consagrado en sangre viva, coagulándose en cinco piedrecitas irregulares de forma y tamaño diferentes.
Esta carne y esta sangre milagrosa se han conservado, y durante el paso de los siglos, fueron realizadas diversas investigaciones eclesiásticas.

Verificación del milagro.

Quisieron en la década de 1970, verificar la autenticidad del milagro, aprovechándose del adelanto de la ciencia y de los medios que se disponía. El análisis científico de aquellas reliquias, que datan de trece siglos, fue confiado a un grupo de expertos. Con todo rigor, los profesores Odoardo Linolli, catedrático de Anatomía, Histología Patológica , Química y Microscopia clínica, y Ruggero Bertellí, de la Universidad de Siena efectuaron los análisis de laboratorio. He aquí los resultados:


La carne es verdaderamente carne. La sangre es verdaderamente sangre. Ambos son sangre y carne humanas. La carne y la sangre son del mismo grupo sanguíneo (AB). La carne y la sangre pertenecen a una persona VIVA.

El diagrama de esta sangre corresponde al de una sangre humana que fue extraída de un cuerpo humano ese mismo día. La carne está constituida por un tejido muscular del corazón (miocardio). La conservación de estas reliquias dejadas en estado natural durante siglos y expuestas a la acción de agentes físicos, atmosféricos y biológicos, es un fenómeno extraordinario.


Uno queda estupefacto ante tales conclusiones, que manifiestan de manera evidente y precisa la autenticidad de este milagro  eucarístico.

Otro detalle inexplicable: pesando las piedrecitas de sangre coaguladas, y todas son de tamaño diferente, cada una de éstas tiene exactamente el mismo peso que las cinco piedrecitas juntas. 


Conclusiones. ¡Cuántas conclusiones, cuántas ideas y profundizaciones sobre los designios de Dios podemos sacar del milagro de Lanciano!


1. Precisamente cuando los soberbios afirman: "La ciencia enterró la religión, la Iglesia y la oración, que son cosas superadas. Nada de esto es importante". Para éstos el milagro de Lanciano es una respuesta categórica. Es justo la ciencia, con sus recursos actuales que vienen a probar la autenticidad del milagro. ¡Y qué milagro!
2. Realmente un milagro destinado a nuestro tiempo de incredulidad. Pues, como dice San Pablo, los milagros no están hechos para aquellos que creen, sino para los que no creen. Precisamente en este tiempo, cuando un cierto número de cristianos duda de la Presencia Real, admitiendo solo una Presencia espiritual de Cristo en el alma del que comulga, la ciencia la comprueba con una evidencia de un milagro que dura ya más de trece siglos.
3. La iglesia de Lanciano, donde se produjo el milagro, está dedicada a San Longinos, el soldado que traspasó el Corazón de Cristo con la lanza, en la cruz. ¿Coincidencia?
4. La constatación científica por los expertos de que se trata de carne y sangre de una persona viva, viviente en la actualidad, pues esta sangre es la misma que hubiese sido retirada en el mismo día, de una persona viva.
5. Por lo tanto es la misma carne viva, no carne de un cadáver, sino una carne animada y gloriosa, que recibimos en la Eucaristía, para que podamos vivir la vida de Cristo.
6. Un hecho impresionante: la carne que está allí es carne del corazón. No es un músculo cualquiera, pero del músculo que propulsiona la sangre y, en consecuencia, la vida.
7. Las proteímas contenidas en la sangre están normalmente repartidas en una relación de porcentaje idéntica al del esquema proteico de la sangre fresca normal.

Para nosotros, cincuenta años, medio siglo, es prácticamente una vida. Trece siglos nos parecen una eternidad y es tal vez con esta sensación ya de eternidad que "sentimos" el milagro de Lanciano, donde Dios permitió la comprobación por la ciencia de los hombres de sus palabras omnipotentes: 

ESTO ES MI CUERPO, ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO.

Este texto fue publicado en:
Sol de Fátima, nº. 83, Mayo Junio 1982,
Revista Roma de Buenos Aires, nº. 28, Septiembre de 1978,
Legionario de Colombia nº. 5.


La siguiente información se encuentra en la monografía del Profesor Linoli, docente de anatomía e histologia patológica y citogénetica, publicada después de la última investigación científica de la Carne y de la Sangre milagrosa en 1970 y revisada en el año 1991.

Información aportada por la Cardióloga Italiana Marina De Cesare, quien participó en la investigación del milagro.



Después de varias investigaciones, hoy el Milagro Eucarístico se conserva en la Iglesia de San Francisco, en un precioso relicario de plata.



En particular, la Carne tiene una forma redondeada, con un diámetro de entre 55 y 60 mm., de un color entre amarillo oscuro y marrón. La lámina de tejido se presenta sutilizada y ampliamente lacerada en la parte central, debido a su retiro hacia el borde externo, donde se encuentra leventada en pliegues. Es evidente que se trata de un órgano con cavidad, visto en sección trasversal, histológicamente reconocido como corazón. La parte inferior, más espesa, puede ser identificada como ventrículo izquierdo; la parte superior, más delgada como es abitual, puede ser identificada como el ventrículo derecho. A lo largo de los siglos, la Carne milagrosa ha sido objeto de manipulaciones reiteradas que han llevado a la pérdida de partes centrales como la pared interventricular, de la cual sólo han quedado rastros en la base, entre los dos ventrículos. Además, la única cavidad actual fue perdiendo agua, con la consiguiente momificación y reducción de dimensiones.

La Sangre del Milagro Eucarístico, contenida dentro de un antiguo cáliz de vidrio, se presenta bajo el aspecto de 5 fragmentos del peso total de 15.18 gramos, de color amarillo-marrón y de consistencia uniformemente dura.

El estudio realizado en los anos 1970-1971 fue dirigido a:

1) averiguar la estructura histológica del tejido considerado Carne;

2) definir si la sustancia considerada Carne responde a las características de ésta;

3) establecer a qué especie histológica pertenecen la Carne y la Sangre;

4) precisar en los dos tejidos el grupo sanguíneo;

5) indagar sobre los compuestos proteicos y minerales de la Sangre.

1) Estudio Histologico de la antigua Carne de Lanciano

Los pequenos fragmentos extraídos del tejido momificado han sido sometidos a estudios histológicos según métodos clásicos de investigación: coloraciones sobre secciones miotómicas (Mallory, Van Gieson, método de Ignesti, impregnación con plata según Gomori, entre otros) y sucesivo examen en el microscopio electrónico.

El tejido aparece compuesto de fibrocélulas ( = células que componen el tejido muscular) orientadas en sentido longitudinal, oblicuo y trasversal. Las mismas fibrocélulas ponen en evidencia, con mayores agrandamientos, una estructura fibrilar longitudinal, que lleva al reconocimiento de tejido muscular estriado. Las fibras aparecen organizadas en uniones sincítícas, o sea a través de bifurcaciones y recíprocas uniones en los extremos.

Las características antes descriptas conllevan al diagnóstico de tejido miocárdico. De hecho, la orientación de las fibrocélulas y la agregación sincitíca se encuentran sólo en el músculo cardíaco : el corazón, durante la contracción, realiza movimientos complejos de torción, contracciones desde abajo hacia arriba y desde el exterior hacia el interior de la cavidad ventricular. El trabajo resultante tiene como finalidad la expulsión de la sangre desde la cavidad ventricular hacia las grandes arterias. Los músculos esqueléticos no necesitan de tan compleja organización, ya que están constituídos de fibrocélulas dispuestas según la misma orientación. En los fragmentos histológicos se han evidenciado también otras estructuras, típicas del corazón: un lóbulo de tejido adiposo, ramificaciones nerviosas que pertecen a un nervio vago (que regula la frequencia de la pulsación cardíaca) y finalmente estructuras endocardíacas (tejido que reviste internamente el corazón y sus válvulas), ausentes en otros tejidos musculares. Finalmente se evidenciaron estructuras vasculares de tipo arterioso y venoso normales, que no presentan alteraciones estructurales, que más bien pertenecen a un individuo sano y joven.

Es necesario también precisar que no se relevaron sustancias momificantes, las cuales eran empleadas para conservar los tejidos.

Conclusión: el tejido de la antigua Carne de Lanciano partenece a un Corazón. Un Corazón sano.

2) Examen microscópico y microquímico de la antigua Sangre de Lanciano.

Sobre secciones en el micrótomo no aparecen elementos celulares. Los estudios microquímicos han arrojado resultados contrastantes comparando la muestra en examen y sangre humana disecada.

3) Búsqueda cromotográfica de la hemoglobina en la antigua Sangre.

La prueba realizada tanto en la muestra en cuestión como en otras muestras de referencia, demostró la real naturaleza hematosa de la antigua Sangre de Lanciano.

Dicha prueba tiene plena validez para el reconocimiento de la sangre aún en el caso de materiales danados a lo largo del tiempo, que pueden presentar resultados contrastantes con respecto a los exámenes anteriormente mencionados.

4) Definición inmunológica de la especie a la que pertenecen la antigua Sangre y la antigua Carne de Lanciano.

Los tejidos en examen han sido analizados con sueros antiproteína humana, sueros de conejo y sueros de buey.

Conclusión: las pruebas de precipitación han demostrado que la Sangre y la Carne del Milagro Eucaristico de Lanciano pertenecen a la especie humana.

5) Determinación del grupo sanguineo en la antigua Sangre y en la antigua Carne de Lanciano.

Las pruebas empleadas para la determinación del grupo sanguíneo (ABO) han manifestado que tanto la Sangre como la Carne de Lanciano pertecen al grupo AB.

6) Análisis electroforético de las proteinas de la antigua Sangre de Lanciano.

La composición porcentual de las proteínas en el líquido en examen repite los valores conocidos para el suero de sangre humana normal:

albúmina = 61% ;
globulinas alfa-1 = 2,38% ;
globulinas alfa-2 = 7,14% ;
globulinas beta = 7,14% ;
gamma = 21,42%.

La relación albúmina-globulina resulta ser del 1,62% siendo el valor normal de entre 1,13 y 1,73.

Las proteínas fraccionadas de la muestra en examen presentan entonces una curva electroforética parecida a la sangre fresca normal (un suero de sangre no se puede utilizar con fines electroforéticos después de los 2-4 días de refrigerado).

7) Determinación de los minerales (calcio, cloruros, fósforo, magnesio, potasio, sodio) en la antigua Sangre de Lanciano.

Con respecto a las muestras de sangre humana normal disecada, el porcentaje de minerales resultaron alteradas por el contacto con la pared de vidrio del contenedor y por la exposición al polvo de mampostería rico en sales de calcio.

Consideraciones finales

Los resultados de la investigación efectuada sobre fragmentos de la Antigua Sangre y de la antigua Carne que se conoce tradicionalmente con el nombre de Milagro Eucarístico de Lanciano (siglo VIII), se resumen en los siguientes puntos:

- La Sangre es efectivamente tal;

- La Carne pertenece al miocardio;

- La Carne y la Sangre pertenecen a la especie humana;

- El grupo sanguíneo identificado tanto en la Sangre como en la Carne es de tipo AB,

- El examen electroforético de las proteínas de la Sangre se acerca al examen en el suero fresco.

El diagnóstico histológico de miocardio hace que sea poco aceptable la hipótesis de un "falso". De hecho sólo una mano experta en disección anatómica hubiese podido obtener del corazón (órgano cavo) de cadáver una rebanada uniforme y continua, considerando que las primeras disecciones anatómicas sobre el hombre fueron posteriores al 1300.

Además las perforaciones por clavos presentes en el contorno, llevan a deducir que el fragmento de corazón aparecido en el altar de la iglesia de Lanciano estuviese en estado vivo y entonces tendiese, por “rigor mortis” , a retraerse concéntricamente cuestión a la que se opusieron los monjes basilianos, clavando en una tablilla de madera la sección de corazón. En tal modo, el hecho de retraerse centrífugamente ha lacerado el tejido en su parte central, como ya se ha dicho.

Un fragmento de miocardio y de coágulos hemáticos, dejados en el estado natural durante siglos y además expuestos a la acción de los agentes fisicos atmosféricos, ambientales y parasitosos, llegaron a nosotros así, inexplicablemente inalterados aún después de más de un milenio, para someterse a las investigaciones científicas de las que sólo hoy, después de siglos de historia, disponemos. 


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