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Martes semana sexta Tiempo Ordinario (15 febrero 2022)
Publicado el lunes, 14 febrero 2022| Comentarios desactivadosen Martes semana sexta Tiempo Ordinario (15 febrero 2022)
De Corazón a corazón: Sant 1,12-18 ("Nos engendró por su propia voluntad, con Palabra de verdad, para que fuésemos como las primicias de sus criaturas"); Mc 8,14-21 (“Guardaos de la levadura de los fariseos”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: La “Verdad” es el mismo Jesús, el Verbo o Palabra definitiva de Dios Amor. Todo lo que no suene a esta Verdad, es hipocresía y falsedad. Pero en todo corazón humano y en toda cultura hay una búsqueda de la Verdad y del Bien. Dios nos ha engendrado en la “Palabra” de verdad, nos ha pensado y elegido en Cristo. Somos un pensamiento amoroso de Dios que nos quiere salvar en Cristo. Jesús quiere cargar a toda ovejita perdida en sus hombros, donde cargó su cruz redentora, cerca de su Corazón, porque Dios ama a todos y hace salir su sol sobre buenos y malos (cfr. Mt 5,45). Si no entramos en esta perspectiva salvífica, no entendemos a Jesús.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Cristo murió amando y perdonando a todos, para invitar a todos a realizar un cambio (“conversión”) del corazón. María tenía siempre su corazón abierto a las palabras y a la persona de Jesús (cfr. Lc 2,19.51); por esto es “Madre de la Esperanza” (“Mater Spei”), que nos lleva a todos a “Jesús, nuestra Esperanza” (1Tin 1,1)
Martes semana sexta Tiempo Ordinario (15 febrero 2022)
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De Corazón a corazón: Sant 1,12-18 ("Nos engendró por su propia voluntad, con Palabra de verdad, para que fuésemos como las primicias de sus criaturas"); Mc 8,14-21 (“Guardaos de la levadura de los fariseos”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: La “Verdad” es el mismo Jesús, el Verbo o Palabra definitiva de Dios Amor. Todo lo que no suene a esta Verdad, es hipocresía y falsedad. Pero en todo corazón humano y en toda cultura hay una búsqueda de la Verdad y del Bien. Dios nos ha engendrado en la “Palabra” de verdad, nos ha pensado y elegido en Cristo. Somos un pensamiento amoroso de Dios que nos quiere salvar en Cristo. Jesús quiere cargar a toda ovejita perdida en sus hombros, donde cargó su cruz redentora, cerca de su Corazón, porque Dios ama a todos y hace salir su sol sobre buenos y malos (cfr. Mt 5,45). Si no entramos en esta perspectiva salvífica, no entendemos a Jesús.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Cristo murió amando y perdonando a todos, para invitar a todos a realizar un cambio (“conversión”) del corazón. María tenía siempre su corazón abierto a las palabras y a la persona de Jesús (cfr. Lc 2,19.51); por esto es “Madre de la Esperanza” (“Mater Spei”), que nos lleva a todos a “Jesús, nuestra Esperanza” (1Tin 1,1)
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