miércoles, 5 de enero de 2022

Reflexionando sobre la experiencia de la gracia 5 de enero de 2022 Miércoles después de la Epifanía Lecturas de hoy San Juan Neumann, obispo — Memorial de EE. UU.

 



Reflexiones diarias católicas
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Reflexionando sobre la experiencia de la gracia
5 de enero de 2022
Miércoles después de la Epifanía
Lecturas de hoy

San Juan Neumann, obispo — Memorial de EE. UU.

Después de que los cinco mil habían comido y estaban satisfechos, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y lo precedieran al otro lado hacia Betsaida, mientras él despedía a la multitud. Y cuando se despidió de ellos, se fue al monte a orar. Marcos 6: 45–46

¿Qué estaba pensando la gente cuando Jesús los dejó? Llevaban unos días con Él sin comer, Jesús multiplicó cinco panes y dos peces para alimentarlos a todos, se quedaron atónitos por la alimentación milagrosa, y luego Jesús los dejó y se fue solo a orar. ¡Imagínese sus pensamientos y la conversación que la gente habría tenido en esta experiencia!

Quizás algunos hubieran intentado encontrar una explicación racional sobre la multiplicación de los alimentos, otros hubieran creído de todo corazón en un milagro y otros hubieran estado inseguros sobre qué pensar. Esta es la experiencia que tenemos a menudo cuando encontramos el poder y la gracia de Dios en nuestras vidas.

Es posible que no veamos milagros físicos reales todos los días. De hecho, es posible que nunca encontremos uno en esta vida. Pero si estamos abiertos, experimentaremos el poder de Dios vivo en nuestras vidas de manera regular. La mayoría de las veces será sutil y oculto, pero a veces será claro y transformador. La primera pregunta es si tenemos o no los ojos de la fe para ver a Dios obrando, y la segunda pregunta es si dejamos o no que Su actividad nos transforme.

Mientras las multitudes se dispersaban, esta segunda pregunta les habría sido planteada interiormente por Dios. Ellos simplemente fueron testigos del poder de Dios, y ahora que tuvieron esta experiencia, fueron llamados a dejar que los transforme. Fueron llamados a alejarse, saborear lo que sucedió, creer en él y dejar que se hunda.

Reflexione hoy sobre la presencia de Dios en su vida. ¿Cómo te ha hablado Dios, cómo te ha ayudado y cómo ha estado allí en tu momento de necesidad? Es fácil olvidar rápidamente lo que hace Dios. La meta es aferrarnos a todo lo que Él ha hecho y permitir que esa actividad continúe ministrando a nuestros corazones. Reflexione, en este día, en Sus obras del pasado para que esos actos de amor de Dios continúen dando frutos en su vida hoy.

Señor, sé que has estado vivo y activo en mi vida de innumerables formas. Ayúdame a aferrarme siempre a esos dones de gracia. Ayúdame a permitir que Tu presencia en mi vida sea una fuente continua de confianza en Tu plan perfecto. Y cuando parezca que te has ido, ayúdame a saber que siempre estás cerca y siempre trabajando en mi vida. Jesús, en Ti confío.


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