¡Mi vida católica!
¡El día del Señor es para ti!
18 de enero de 2022
Martes de la segunda semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy
“El día de reposo fue hecho para el hombre, no el hombre para el día de reposo”. Marcos 2:27
Esta declaración de Jesús fue dicha en respuesta a algunos de los fariseos que criticaban a los discípulos de Jesús por recoger espigas en sábado mientras caminaban por los campos. Tenían hambre e hicieron lo que les era natural. Sin embargo, los fariseos lo usaron como una oportunidad para ser irracionales y críticos. Hicieron la afirmación de que al arrancar las espigas, los discípulos estaban quebrantando la ley del sábado.
En primer lugar, desde el punto de vista del sentido común básico, esto es una tontería. ¿Se ofendería realmente nuestro amoroso y misericordioso Dios porque los discípulos recogieran espigas para comer mientras caminaban por el campo? Quizás una mente escrupulosa pueda pensar eso, pero todo el sentido común natural debería decirnos que Dios no se ofende por tal acción.
La declaración final de Jesús sobre esto deja las cosas claras. “El día de reposo fue hecho para el hombre, no el hombre para el día de reposo”. En otras palabras, el objetivo del día de reposo no era imponernos una carga escrupulosa; más bien, fue para liberarnos para descansar y adorar. El sábado es un regalo de Dios para nosotros.
Esto adquiere implicaciones prácticas cuando observamos la forma en que celebramos el sábado hoy. El domingo es el nuevo sábado y es un día de descanso y adoración. A veces podemos ver estos requisitos como cargas. No se nos dan como una invitación a seguir los mandamientos de manera escrupulosa y legalista. Se nos dan como una invitación a la vida de la gracia.
¿Significa esto que no necesitamos asistir siempre a Misa y descansar los domingos? Ciertamente no. Estos preceptos de la Iglesia son claramente la voluntad de Dios. La verdadera pregunta tiene que ver con la forma en que vemos estos comandos. En lugar de caer en la trampa de verlos como requisitos legalistas, debemos esforzarnos por vivir estos mandamientos como invitaciones a la gracia, que se nos dan para nuestro propio bienestar. Los mandamientos son para nosotros. Se requieren porque necesitamos el sábado. Necesitamos la misa dominical y necesitamos un día para descansar cada semana.
Reflexiona hoy sobre la forma en que celebras el Día del Señor. ¿Ves el llamado a adorar y descansar como una invitación de Dios para ser renovado y refrescado por Su gracia? ¿O lo ves sólo como un deber que hay que cumplir? Trate de adoptar la actitud correcta, este día, y el Día del Señor adquirirá un significado completamente nuevo para usted.
Señor que me invita, te agradezco por establecer el Nuevo Sábado como un día para descansar y adorarte. Ayúdame a vivir cada domingo y día de precepto de la manera que Tú deseas. Ayúdame a ver estos días como un regalo tuyo para adorarte y renovarme. Jesús, en Ti confío.

No hay comentarios. :
Publicar un comentario