viernes, 1 de enero de 2021

Liturgia de las horas P. Paco Rebollo SIERVOS DEL DIVINO AMOR. OFICIO DE LECTURA, LAUDES, HORAS INTERMEDIAS, VÍSPERAS Y COMPLETAS. - 2 DE ENERO SÁBADO DE NAVIDAD SAN BASILIO MAGNO Y SAN GREGORIO NACIANCENO I VÍSPERAS DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

 


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Del común de doctores de la Iglesia. Salterio I.

 

SANTOS BASILIO MAGNO Y GREGORIO NACIANZO, obispos y doctores de la Iglesia. (MEMORIA)

 

San Basilio nació en Cesarea de Capadocia el año 330, de una familia cristiana; brilló por su cultura y por sus virtudes; comenzó a llevar una vida eremítica, pero el año 370 fue nombrado obispo de su ciudad. Combatió el arrianismo; escribió muchas e importantes obras y, principalmente, reglas monásticas, por las que se rigen aún muchos monjes orientales; ayudó en gran manera a los pobres. Murió el día 1 de enero del año 379.

 

San Gregorio nació cerca de Nacianzo el mismo año 330 y viajó mucho por razón de sus estudios. Primero imitó a su amigo Basilio en la vida solitaria, pero luego fue ordenado presbítero y obispo. El año 381 fue elegido obispo de Constantinopla; sin embargo, a causa de los diversos bandos que dividían a su Iglesia se retiró a Nacianzo, donde murió el día 25 de enero del año 389 o 390. Por su eximia doctrina y elocuencia, mereció el apelativo de «el teólogo».

 

OFICIO DE LECTURA

 

INVITATORIO

 

Si ésta es la primera oración del día:

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.

 

Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: HONDO SABER DE DIOS FUE VUESTRA CIENCIA

 

Hondo saber de Dios fue vuestra ciencia.

su espíritu de verdad os dio a beberla

en la Revelación, que es su presencia

en velos de palabra siempre nueva.

 

Abristeis el camino para hallarla

a todo el que de Dios hambre tenía,

palabra del Señor que, al contemplarla,

enciende nuestras luces que iluminan.

 

Saber de Dios en vida convertido

es la virtud del justo, que, a su tiempo,

si Dios le dio la luz, fue lo debido

que fuera su verdad, su pensamiento.

 

Demos gracias a Dios humildemente,

y al Hijo, su verdad que a todos guía,

dejemos que su Luz, faro esplendente,

nos guíe por el mar de nuestra vida. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Cantad al Señor y meditad sus maravillas.

 

Salmo 104 I - LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN REALIZA LAS PROMESAS HECHAS POR DIOS A ABRAHAM

 

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,

dad a conocer sus hazañas a los pueblos.

Cantadle al son de instrumentos,

hablad de sus maravillas;

gloriaos de su nombre santo,

que se alegren los que buscan al Señor.

 

Recurrid al Señor y a su poder,

buscad contínuamente su rostro.

Recordad las maravillas que hizo,

sus prodigios, las sentencias de su boca.

 

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;

hijos de Jacob, su elegido!

El Señor es nuestro Dios,

él gobierna toda la tierra.

Se acuerda de su alianza eternamente,

de la palabra dada, por mil generaciones;

 

de la alianza sellada con Abrahám,

del juramento hecho a Isaac,

confirmado como ley para Jacob,

como alianza eterna para Israel:

«A ti te daré el país cananeo,

como lote de vuestra heredad.»

 

Cuando eran unos pocos mortales,

contados, y forasteros en el país,

cuando erraban de pueblo en pueblo,

de un reino a otra nación,

a nadie permitió que los molestase,

y por ellos castigó a reyes:

«No toquéis a mis ungidos,

no hagáis mal a mis profetas.»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Cantad al Señor y meditad sus maravillas.

 

Ant 2. No abandonó al justo vendido, sino que lo libró de sus calumniadores.

 

Salmo 104 II

 

Llamó al hambre sobre aquella tierra:

cortando el sustento de pan;

por delante había enviado a un hombre,

a José, vendido como esclavo;

 

le trabaron los pies con grillos,

le metieron el cuello en la argolla,

hasta que se cumplió su predicción,

y la palabra del Señor lo acreditó.

 

El rey lo mandó desatar,

el Señor de pueblos le abrió la prisión,

lo nombró administrador de su casa,

señor de todas sus posesiones,

para que a su gusto instruyera a los príncipes

y enseñase sabiduría a los ancianos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. No abandonó al justo vendido, sino que lo libró de sus calumniadores.

 

Ant 3. Se acordó el Señor de su palabra y sacó a su pueblo con alegría.

 

Salmo 104 III

 

Entonces Israel entró en Egipto,

Jacob se hospedó en la tierra de Cam.

Dios hizo a su pueblo muy fecundo,

más poderoso que sus enemigos.

 

A éstos les cambió el corazón

para que odiasen a su pueblo,

y usaran malas artes con sus siervos.

Pero envió a Moisés, su siervo,

y a Aarón, su escogido,

que hicieron contra ellos sus signos,

prodigios en la tierra de Cam.

 

Envió la oscuridad, y oscureció,

pero ellos resistieron a sus palabras;

convirtió sus aguas en sangre,

y dió muerte a sus peces;

su tierra pululaba de ranas,

hasta en la alcoba del rey.

 

Ordenó que vinieran tábanos

y mosquitos por todo el territorio;

les dió en vez de lluvia granizo,

llamas de fuego por su tierra;

e hirió higueras y viñas,

tronchó los árboles del país.

 

Ordenó que viniera la langosta,

saltamontes innumerables,

que roían la hierba de su tierra,

y devoraron los frutos de sus campos.

Hirió de muerte a los primogénitos del país,

primicias de su virilidad.

 

Sacó a su pueblo cargado de oro y plata,

y entre sus tribus nadie se enfermó;

los Egipcios se alegraban de su marcha,

porque los había sobrecogido el terror.

 

Tendió una nube que los cubriese,

y un fuego que los alumbrase de noche.

Lo pidieron, y envió codornices,

los sació con pan del cielo;

hendió la peña, y brotaron las aguas,

que corrieron en ríos por el desierto.

 

Porque se acordaba de la palabra sagrada

que había dado a su siervo Abrahám,

sacó a su pueblo con alegría,

a sus escogidos con gritos de triunfo.

 

Les asignó las tierras de los gentiles,

y poseyeron las haciendas de las naciones:

para que guarden sus decretos,

y cumplan su ley.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Se acordó el Señor de su palabra y sacó a su pueblo con alegría.

 

V. Cantad al Señor, bendecid su nombre.

R. Proclamad día tras día su victoria.

 

PRIMERA LECTURA

 

De la carta a los Colosenses 2, 16--3, 4

 

LA VIDA NUEVA EN CRISTO

 

Hermanos: Que nadie os condene por cuestiones de comida o de bebida, o por razón de fiestas anuales o de lunas nuevas o de sábados. Eso no es más que sombra de lo que había de venir; pero la realidad es el cuerpo de Cristo. Que nadie quiera dar una decisión en contra vuestra, dando preferencia a la mortificación y al culto de los ángeles, fiado en la interpretación de sus propias visiones. El que tal hace está vanamente engreído en su mentalidad, que no entiende sino de miras humanas, y no quiere adherirse a la cabeza (que es Cristo), del cual todo el cuerpo recibe, por articulaciones y ligamentos, su alimento y cohesión, y del mismo obtiene el crecimiento que da Dios.

 

Si con Cristo habéis muerto a los «elementos del mundo», ¿por qué os sometéis, como si vivieseis en el mundo de los elementos, a preceptos como éstos: «No tomes eso, no gustes aquello, no toques lo de más allá»? Cosas son éstas que se consumen por el uso; y tales mandamientos no pasan de ser prescripciones y enseñanzas compuestas por los hombres. En apariencia, se ven razonables, por ser actos de piedad individual, por la sumisión y mortificación corporal que pretenden, pero en sí no tienen ningún valor; sólo sirven para satisfacción de la vida material.

 

Si habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. Poned vuestro corazón en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Porque habéis muerto y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios; cuando se manifieste Cristo, que es vuestra vida, os manifestaréis también vosotros con él, revestidos de gloria.

 

RESPONSORIO    Col 3, 1-2; Lc 12, 34

 

R. Si habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. * Poned vuestro corazón en las cosas del cielo, no en las de la tierra.

V. Donde está vuestro tesoro, ahí está vuestro corazón.

R. Poned vuestro corazón en las cosas del cielo, no en las de la tierra.

 

SEGUNDA LECTURA

 

De las Disertaciones de san Gregorio de Nacianzo, obispo

(Disertación 43, en alabanza de Basilio Magno, 15. 16-17. 19.21: PG 36, 514-523)

 

COMO SI LOS DOS CUERPOS TUVIERAN UN ALMA EN COMÚN

 

Nos habíamos encontrado en Atenas, como el curso de un río que, naciendo en una misma patria, se divide luego hacia diversas regiones (a donde habíamos ido por el afán de aprender) y de nuevo, de común acuerdo, por disposición divina, vuelve a reunirse.

 

Por entonces, no sólo admiraba yo a mi grande y querido Basilio, por la seriedad de sus costumbres y por la madurez y prudencia de sus palabras, sino que inducía también yo mismo a los demás que no lo conocían a que le tuviesen esta misma admiración. Los que conocían su fama y lo habían oído ya lo admiraban.

 

¿Qué consecuencias tuvo esto? Que él era casi el único que destacaba entre todos los que habían venido a Atenas para estudiar, y que alcanzó honores superiores a los que correspondían a su condición de mero discípulo. Éste fue el principio de nuestra amistad, el pequeño fuego que empezó a unirnos; de este modo, se estableció un mutuo afecto entre nosotros.

 

Con el correr del tiempo, nos hicimos mutuas confidencias acerca de nuestro común deseo de estudiar la filosofía; ya por entonces se había acentuado nuestra mutua estimación, vivíamos juntos como camaradas, estábamos en todo de acuerdo, teníamos idénticas aspiraciones y nos comunicábamos cada día nuestra común afición por el estudio, con lo que ésta se hacía cada vez más ferviente y decidida.

 

Teníamos ambos una idéntica aspiración a la cultura, cosa que es la que más se presta a envidias; sin embargo, no existía entre nosotros tal envidia, aunque sí el incentivo de la emulación. Nuestra competición consistía no en obtener cada uno para sí el primer puesto, sino en obtenerlo para el otro, pues cada uno consideraba la gloria de éste como propia.

 

Era como si los dos cuerpos tuvieran un alma en común. Pues si bien no hay que dar crédito a los que afirman que todas las cosas están en todas partes, en nuestro caso sí podía afirmarse que estábamos el uno en el otro.

 

Idéntica era nuestra actividad y nuestra afición: aspirar a la virtud, vivir con la esperanza de las cosas futuras y tratar de comportarnos de tal manera que, aun antes de que llegase el momento de salir de esta vida, pudiese decirse que ya habíamos salido de ella. Con estos pensamientos dirigíamos nuestra vida y todas nuestras acciones, esforzándonos en seguir el camino de los mandamientos divinos y estimulándonos el uno al otro a la práctica de la virtud; y, si no pareciese una arrogancia el decirlo, diría que éramos el uno para el otro la norma y regla para discernir el bien del mal.

 

Y, así como hay algunos que tienen un sobrenombre, ya sea heredado de sus padres, ya sea adquirido por méritos personales, para nosotros el mayor título de gloria era el ser cristianos y ser con tal nombre reconocidos.

 

RESPONSORIO    Dn 2, 21-22; 1Co 12, 11

 

R. El Señor da sabiduría a los sabios y ciencia a los que saben discernir: * él revela honduras y secretos, y la luz mora junto a él.

V. Y todos estos dones son obra de un mismo y único Espíritu, que distribuye a cada uno según le place.

R. Él revela honduras y secretos, y la luz mora junto a él.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Señor Dios, que has iluminado a la Iglesia con los ejemplos y las enseñanzas de san Basilio Magno y san Gregorio de Nacianzo, haz que busquemos humildemente tu verdad y que, viviendo según esta verdad, crezcamos en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

LAUDES

(Oración de la mañana)

 

INVITATORIO

(Si Laudes no es la primera oración del día

se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.

 

Himno: PARA VOSOTROS, EL MISTERIO DEL PADRE.

 

Para vosotros, el misterio del Padre;

con vosotros, la luz del Verbo;

en vosotros, la llama del Amor

que es fuego.

 

¡Hontanares de Dios!,

¡hombres del Evangelio!,

¡humildes inteligencias luminosas!,

¡grandes hombres de barro tierno!

 

El mundo tiene hambre de infinito

y sed de cielo;

las criaturas nos atan a lo efímero

y nos vamos perdiendo en el tiempo.

 

Para nosotros,

el misterio que aprendisteis del Padre;

con nosotros, la luz que os dio el Verbo;

en nosotros, el Amor ingénito.

 

¡Hombres de Cristo, maestros de la Iglesia!

dadnos una vida y un anhelo,

la angustia por la verdad,

por el error el miedo.

 

Dadnos una vida de rodillas

ante el misterio,

una visión de este mundo de muerte

y una esperanza de cielo.

 

Padre, te pedimos para la Iglesia

la ciencia de estos maestros. Amén.

 

SALMODIA

Palabra de Dios diaria. P. Francisco J. Rebollo Leòn LECTURAS DEL SÁBADO DE FERIA DE NAVIDAD 2 DE ENERO SAN BASILIO MAGNO Y SAN GREGORIO NACIANCENO (BLANCO “Yo soy la voz que grita en el desierto"

 





ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 44, 15. 14

Los pueblos proclamen la sabiduría de los santos, y la Iglesia cante sus alabanzas; sus nombres vivirán por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que te dignaste instruir a tu Iglesia con los ejemplos y enseñanzas de los santos obispos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, haz que aprendamos humildemente tu verdad y por la caridad la pongamos en práctica. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Que permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio.

De la primera carta del apóstol san Juan: 2, 22-28

Hijos míos: ¿Quién es el mentiroso, sino aquel que niega que Jesús es Cristo? Ése es el anticristo, porque niega al Padre y al Hijo. Nadie que niegue al Hijo posee al Padre; pero quien reconoce al Hijo, posee también al Padre.

Que permanezca, pues, en ustedes, lo que desde el principio han oído. Si permanece en ustedes lo que han oído desde el principio, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. Esta es la promesa que Él mismo nos hizo: la vida eterna.

Les he escrito esto pensando en aquellos que tratan de inducirlos al error. Recuerden que la unción que de Él han recibido, permanece en ustedes y no necesitan enseñanzas de nadie; esta unción, que es verdad y no mentira, los ilustra a través de todas las cosas; permanezcan, pues, en Él, como la unción les enseña.

Así pues, hijos míos, permanezcan en Él, para que, cuando Él se manifieste, tengamos plena confianza y no nos veamos confundidos por Él en el día de su venida.

Reflexión 1: “La” Divina Misericordia

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 1: “La” Divina Misericordia

Nota: Las Reflexiones 1-10 proporcionan una introducción general al Diario de Santa Faustina y a La Divina Misericordia . A partir de la Reflexión 11 comenzaremos a reflexionar sobre su contenido con citas al Diario. Por ahora, durante estos primeros 10 días, use estas breves reflexiones introductorias iniciales para ayudar a sentar las bases para que su comprensión de esta nueva devoción a La Divina Misericordia se medite durante todo el año.

Al hablar de la Divina Misericordia nos referimos a este don de Dios como "La Divina Misericordia". Al reflexionar sobre “La” Divina Misericordia, somos más conscientes de dos cosas: Primero , La Divina Misericordia de Dios es real, definida y concreta. No es un concepto abstracto sino una realidad que debemos comprender y adentrarnos. En segundo lugar , solo hay una Misericordia Divina. Es "El" único regalo de Dios. Todo lo que Dios nos ha dado es un regalo y por este regalo debemos estar eternamente agradecidos.

Esfuércense hoy por hacer de este un año glorioso de reflexión sobre la Divina Misericordia de Dios. Tome la decisión consciente de participar en todos los deseos de Dios para usted este año.

Señor, ayúdame a estar atento a la Divina Misericordia que derramas día y noche. Ayúdame, durante este año de reflexión sobre Tu Misericordia, a permitirle transformar mi vida de una manera real y profunda. Jesús, en Ti confío.



La Madre de Jesús es la Madre de Dios Viernes, 1 de enero de 2021 Solemnidad de María, Madre de Dios

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

La Madre de Jesús es la Madre de Dios
Viernes, 1 de enero de 2021
Solemnidad de María, Madre de Dios
La octava de Navidad, 1 de enero

Lecturas para hoy

Y María guardó todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. Lucas 2:19

Hoy, 1 de enero, completamos nuestra celebración de octava del día de Navidad. Es un hecho litúrgico que a menudo se pasa por alto que celebramos el día de Navidad durante ocho días seguidos. Lo hacemos también con el día de Pascua, que concluye con la gran celebración del Domingo de la Divina Misericordia.

En este, el octavo día de la Octava de Navidad, nos enfocamos en el hecho único y hermoso de que Dios eligió entrar en nuestro mundo a través de una madre humana. María es llamada la “Madre de Dios” por el simple hecho de que su Hijo es Dios. Ella no era solo la madre de la carne de su Hijo, ni la madre solo de Su naturaleza humana. Esto se debe a que la Persona de Jesús, el Hijo de Dios, es una Persona. Y esa Persona se encarnó dentro del vientre de la Santísima Virgen María.

Aunque convertirse en la Madre de Dios fue un regalo puro del Cielo y no algo que la Madre María se mereciera por sí sola, había una cualidad particular que tenía que la hacía excepcionalmente calificada para cumplir este papel. Esa cualidad era su naturaleza inmaculada.

Primero, la Madre María fue preservada de todo pecado cuando fue concebida en el vientre de su madre, Santa Ana. Esta gracia especial fue una gracia que le fue impartida por la vida, muerte y resurrección futuras de su Hijo. Fue la gracia de la salvación, pero Dios eligió tomar ese don de la gracia y trascender el tiempo para impartirlo a ella en el momento de su concepción, convirtiéndola así en el instrumento perfecto y puro necesario para traer a Dios al mundo.

En segundo lugar, la Madre María se mantuvo fiel a este don de la gracia durante toda su vida, sin elegir nunca pecar, sin vacilar, sin apartarse de Dios. Ella permaneció inmaculada durante toda su vida. Curiosamente, es esta elección suya, permanecer siempre obediente a la voluntad de Dios en todos los sentidos, lo que la hace más plenamente la Madre de Dios que el simple acto de llevarlo dentro de su vientre. Su acto de perfecta unidad con la voluntad de Dios a lo largo de su vida la convierte, además, en la madre perfecta de la gracia y misericordia divinas y perpetuamente en la Madre espiritual de Dios, llevándolo continua y perfectamente a nuestro mundo.

Reflexione hoy sobre estos solemnes misterios de nuestra fe. Este octavo día de la Octava de Navidad es una celebración solemne, una celebración digna de nuestra reflexión. La Escritura anterior revela no solo cómo nuestra Santísima Madre abordó este misterio, sino también cómo debemos abordarlo. Ella "guardaba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón". Reflexiona también sobre estos misterios en tu propio corazón y permite que la gracia de esta santa celebración te llene de alegría y gratitud.

Querida Madre María, fuiste agraciada con una gracia inigualable. Fuiste preservado de todo pecado y permaneciste perfectamente obediente a la voluntad de Dios durante toda tu vida. Como resultado, te convertiste en el instrumento perfecto del Salvador del mundo al convertirte en Su madre, la Madre de Dios. Ruega por mí para que hoy reflexione sobre este gran misterio de nuestra fe y me regocije cada vez más profundamente en la belleza incomprensible de tu alma maternal. Madre María, Madre de Dios, ruega por nosotros. Jesús, en Ti confío. 


La Solemnidad de Santa María Madre de Dios 1 de Enero

 


La Solemnidad de Santa María Madre de Dios es la primer Fiesta Mariana que apareció en la Iglesia Occidental, su celebración se comenzó a dar en Roma hacia el siglo VI, probablemente junto con la dedicación –el 1º de enero– del templo “Santa María Antigua” en el Foro Romano, una de las primeras iglesias marianas de Roma.

La antigüedad de la celebración mariana se constata en las pinturas con el nombre de “María, Madre de Dios” (Theotókos) que han sido encontradas en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa en tiempos de las persecuciones.

Más adelante, el rito romano celebraba el 1º de enero la octava de Navidad, conmemorando la circuncisión del Niño Jesús. Tras desaparecer la antigua fiesta mariana, en 1931, el Papa Pío XI, con ocasión del XV centenario del concilio de Éfeso (431), instituyó la Fiesta Mariana para el 11 de octubre, en recuerdo de este Concilio, en el que se proclamó solemnemente a Santa María como verdadera Madre de Cristo, que es verdadero Hijo de Dios; pero en la última reforma del calendario –luego del Concilio Vaticano II– se trasladó la fiesta al 1 de enero, con la máxima categoría litúrgica, de solemnidad, y con título de Santa María, Madre de Dios.

De esta manera, esta Fiesta Mariana encuentra un marco litúrgico más adecuado en el tiempo de la Navidad del Señor; y al mismo tiempo, todos los católicos empezamos el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María.

El Concilio de Éfeso

El mundo brilla de alegría.



 El mundo brilla de alegría.

Se renueva la faz de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Esta es la hora

en que rompe el Espíritu

el techo de la tierra,

y una lengua de fuego innumerable

purifica, renueva, enciende, alegra

las entrañas del mundo.


Esta es la fuerza

que pone en pie a la Iglesia

en medio de las plazas

y levanta testigos en el pueblo,

para hablar con palabras como espadas

delante de los jueces.


Llama profunda,

que escrutas e iluminas

el corazón del hombre:

restablece la fe con tu noticia,

y el amor ponga en vela la esperanza,

hasta que el Señor vuelva.