Dios, la guía íntima para tu vida

Formato para la Hora Santa

Lección: Dios nuestro Creador es profundamente personal. Él no sólo es “trascendente” de este mundo, es decir, mucho más allá y por encima de él, sino que también es perfectamente “inminente” a este mundo y, más específicamente, perfectamente inminente a ti. Esto significa que Él está presente, es íntimo, bondadoso y amoroso, y anhela consumir cada aspecto de tu cuerpo, mente y alma.

Aunque Dios te conoce con perfecto conocimiento, Él no se impondrá sobre ti ni te impondrá Su amor y guía. Debes invitarlo y permitirle que se apodere de tu vida. Esta es una elección que debes hacer una, dos veces y luego en cada momento de cada día de tu vida.

Nuevamente, Dios quiere “consumirte”. Esto significa que Él quiere recibir de ti tu permiso ilimitado para entrar en cada aspecto de tu vida y ser tu Dios y Guía Divino. Él quiere actuar en ti y a través de ti. Él quiere que Su Corazón viva en tu corazón, que Sus pensamientos se conviertan en tus pensamientos y Sus acciones se conviertan en tus acciones. 

Esto se logra sólo mediante una entrega total e inquebrantable a Él en cada área de tu vida. Nada es demasiado grande para entregarlo a Dios y nada es demasiado pequeño. Todas las cosas, desde el pensamiento más pequeño hasta la acción más visible, deben entregarse al control de Dios, vuestro amoroso Creador y Guía.

Cuando Dios tiene el control de tu vida, no te pierdes. Más bien, cuando Él tiene el control de cada acción de tu vida, te conviertes en aquello para lo que fuiste creado. Fuiste hecho para la unión perfecta con Dios, la unidad, la comunión, la unidad. Fuiste hecho para vivir en Dios y Él en ti. A menos que Dios sea tu Guía en todas las cosas, tu vida carece de objetivo y es confusa.

Reflexión: Detente y reflexiona sobre la hermosa realidad, que tienes al único y Todopoderoso Creador del Universo llamando a la puerta de tu corazón, buscando entrar y guiarte por la vida hacia las alegrías eternas. (Reflexión silenciosa)

Al escuchar Su invitación, digan “Sí” a este Rey, Líder, Maestro y Gobernador de toda la Creación. Dile “Sí” como tu Dios personal e íntimo y Guía por la vida. Entrégale a Él todo lo que eres y todo lo que llegarás a ser. No retengas nada. (Reflexión silenciosa)

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo lo que tengo y poseo… (Reflexión en silencio)